Presiones sobre el régimen comunista en Corea del Norte | El Nuevo Siglo
AFP
Jueves, 14 de Enero de 2021
Redacción internacional con AFP

El congreso del partido en el poder que acaba de terminar en Pyongyang volvió a ilustrar las presiones ejercidas sobre la economía y el régimen norcoreanos, en un contexto de pandemia, sanciones internacionales y fracaso de las negociaciones nucleares con Washington.

El líder Kim Jong Un se disculpó varias veces por la mala gestión económica y prometió futura prosperidad económica, mientras se hacía elegir secretario general del partido, un cambio destinado a asentar su autoridad.

Pero este congreso, teóricamente organizado cada cinco años, no dejó señal alguna de que el régimen considere abrir su economía para mejorar la situación de sus ciudadanos, o modificar el statu quo con Washington. Al contrario, Kim mandó el mensaje al próximo presidente de Estados Unidos, Joe Biden, de que proseguirá desarrollando programas militares prohibidos, si Washington no hace concesiones.

Analistas creen que el régimen norcoreano es consciente de que el desarrollo de su economía depende del fin o de una flexibilización de las sanciones. Pero Pyongyang no parece dispuesto a renunciar a sus programas nucleares y balísticos, que son la causa de éstas.

Kim, cuya relación con Donald Trump había mejorado tras los insultos iniciales, presentó a Estados Unidos como el "principal enemigo" de Corea del Norte y prometió proseguir su programa nuclear.

Para el líder norcoreano el cambio de inquilino en la Casa Blanca es todo un desafío, pues Biden está asociado estrechamente a la doctrina de "paciencia estratégica" de la era Obama, y su presidencia se anuncia como un retorno a la diplomacia estadounidense más ortodoxa.

Además, Pyongyang no puede permitirse una acción importante de provocación, como un ensayo nuclear o un disparo de misil intercontinental, ya que ello irritaría profundamente a su rival y aliado, China.

Por otra parte, Corea del Norte cerró de inmediato sus fronteras el año pasado cuando el coronavirus apareció en China, una medida que ha sido más eficaz que todas las sanciones para aislar aún más al régimen, puesto que tuvo como consecuencia una muy seria reducción de sus intercambios comerciales con Pekín.

"Antes de disimular esta triste realidad, el régimen optó por reconocer que las cosas van mal" explica Soo Kim, exanalista de la CIA.

Pero el partido considera que la mejor respuesta a aportar a los fracasos de la planificación es más planificación.

Desde que heredó el poder a la muerte de su padre en 2011, Kim Jong Un aceptó una muy relativa flexibilización del control estatal sobre la economía, al permitir el desarrollo de iniciativas privadas muy modestas. Ello contribuyó a la emergencia de algo parecido a una clase media en Pyongyang, y favoreció el enriquecimiento de la élite con buenos contactos.