El presidente venezolano, Nicolás Maduro, cedió varias funciones a su vicepresidente, Tareck El Aissami, lo que según analistas busca elevar el perfil del funcionario de cara a una eventual candidatura presidencial.
El Aissami, abogado de 42 años que se autodefine como "radicalmente chavista", ahora podrá expropiar bienes, traspasar el presupuesto de ministerios o nombrar viceministros, dentro de sus nuevas 15 atribuciones.
"Es deber del Ejecutivo velar por la celeridad, eficiencia y eficacia de la administración pública", señala el decreto que formaliza la decisión, publicado en la gaceta oficial.
El vicepresidente podrá además "dictar decretos de expropiación o adquisición forzosa, previa instrucción" de Maduro; "aprobar, diferir o negar" las partidas presupuestarias de los ministros; firmar jubilaciones, o exonerar de impuestos a algunos sectores.
"Le dan más poder, aunque no en áreas estratégicas, que están reservadas para los militares. Son atribuciones que puede aprovechar mediáticamente, lo están preparando para una eventual candidatura presidencial", dijo este martes a la AFP la politóloga Francine Jácome.
La figura del vicepresidente es clave en el contexto de la crisis venezolana, pues de ser revocado mediante un referendo, Maduro sería reemplazado por él durante el tiempo que le reste de gobierno. El período finaliza en enero de 2019.
El Aissami "es un hombre de absoluta confianza del presidente Maduro y también lo era del (fallecido) presidente Hugo Chávez, quien le dio importantes responsabilidades", señaló a la AFP Juan Barreto, exalcalde chavista de Caracas.
Jácome previó que, por su perfil, "no hay duda de que (el vicepresidente) hará expropiaciones. Ahora puede tomar decisiones que lo hagan lucir con fortaleza", sostuvo.
Entre las nuevas potestades también están crear o liquidar entes descentralizados y nombrar a sus presidentes o directivos.
En el cargo desde hace un mes, El Aissami es uno de los hombres más poderosos del chavismo y, a la vez, blanco de ataques de la oposición por acusaciones sobre supuestos nexos con el narcotráfico, que él niega tajantemente.
Tras su designación, Maduro, con una baja popularidad, también lo puso al frente el llamado "comando antigolpe", un grupo integrado por varias figuras fuertes del chavismo que tiene por objeto contrarrestar presuntos planes desestabilizadores de la oposición.
Media docena de adversarios del gobierno han sido detenidos como parte de las acciones de ese equipo.