Revertir políticas de Trump no será tan automático como prometió Biden | El Nuevo Siglo
A pesar de un discurso inaugural que pidió unidad las primeras acciones de Biden apuntan a hacer a un lado las políticas de su antecesor.
Foto AFP
Viernes, 22 de Enero de 2021
Redacción internacional

Con 17 órdenes ejecutivas, memorandos y proclamaciones firmadas horas después de su toma de posesión, el presidente de los Estados Unidos Joe Biden trató de enviar un mensaje: el comienzo del desmonte de las políticas de su antecesor, Donald Trump.



Esas reversiones, anunciadas muchas desde la campaña con un típico fin proselitista, apuntan a algunos asuntos de primer orden, como la respuesta a la pandemia, la agenda ambiental y las políticas migratorias, entre las más importantes.

Sin embargo, tras conocerse el alcance de esas primeras decisiones de Biden, queda claro que en varios de los aspectos anunciados hacer un ‘borrón y cuenta nueva’ automático es muy complicado y que tardará algún tiempo para que el timonazo en la Casa Blanca sea más evidente.

Plan anticovid

En un esfuerzo por reforzar "agresivamente" la respuesta de la nación frente a la pandemia, una de las órdenes que firmó Biden designa a Jeffrey D. Zients como el coordinador oficial de la estrategia sanitaria. También restableció la dirección de seguridad sanitaria global y biodefensa en el Consejo de Seguridad Nacional.

Asimismo, se creó la obligación del uso de tapabocas en todas las instalaciones federales. Se trata de una medida que Trump no quiso aplicar pero aún así es insuficiente, ya que su mayor efectividad sería generalizarla. Pero eso no será fácil porque chocaría con las competencias estatales y de seguro se crearía un pulso con algunos gobernadores.

Si bien Biden instó a todos los estadounidenses a usar el dispositivo sanitario en lo que llamó el "desafío de enmascaramiento de 100 días", el llamado podría atentar contra la libertad individual y debe ser discutido por los órganos federados.



En sus primeras medidas, Biden también restableció los lazos con la Organización Mundial de la Salud (OMS), después de que la administración Trump decidiera retirar la membresía y la financiación de la nación el año pasado. A este respecto el doctor Anthony Fauci, quien será el jefe de la delegación de Estados Unidos en la junta ejecutiva de la organización, aseguró que Washington honrará "sus obligaciones financieras con la organización" y garantizó de nuevo su apoyo.

Es más Fauci anunció que Biden hará pública su intención de que Estados Unidos se incorpore al dispositivo Covax, mecanismo puesto en marcha por la OMS para distribuir vacunas contra el covid-19 en los países con menos recursos.

Sin embargo, es claro que tanto en los republicanos como en los demócratas hay muchas voces que insisten en las debilidades estructurales de la OMS así como en su demora para establecer el origen del coronavirus en China.

Inmigración

Con otra orden ejecutiva, Biden reforzó el programa de “Acción Diferida para los Llegados en la Infancia” que protege de la deportación a los inmigrantes traídos a los Estados Unidos cuando eran niños.



No es tampoco un tema automático. La orden pide al Congreso que promulgue una legislación que proporcione estatus permanente y un camino hacia la ciudadanía para esos inmigrantes, decisión que podría tomar meses. Precisamente por ello le tocó al Departamento de Seguridad Nacional anunciar la paralización de algunas de las deportaciones de inmigrantes durante los próximos cien días con el objetivo de revisar las políticas migratorias.

Otras dos órdenes ejecutivas firmadas el miércoles por el nuevo titular de la Casa Blanca revocan el plan de la administración Trump de excluir a los no ciudadanos del conteo del censo y anulan, de paso, la medida que impulsó esfuerzos agresivos para encontrar y deportar inmigrantes ilegales. Una vez más, a pesar del eco mediático que se le dio al anuncio, su aplicación también tomará tiempo y no se esperan resultados efectivos pronto.

Por otra parte, Biden también puso fin a la llamada ‘prohibición musulmana’, que bloqueaba los viajes a Estados Unidos desde varios países predominantemente musulmanes y africanos. Esta medida, sin embargo, solo tendrá cumplimento práctico cuando se reanuden los procesos de concesión de visas.

Finalmente, Biden también ordenó la "terminación inmediata" de la declaración de emergencia nacional que permitió a la administración Trump redirigir miles de millones de dólares a la construcción del muro fronterizo con México.



Sin embargo, hay dudas sobre el alcance de esta medida. Por ejemplo, no se sabe qué pasará con los contratos en curso ni el destino de la estructura ya construida. Por más orden ejecutiva de por medio, lo cierto es que hay implicaciones legales y financieras que deben despejarse antes. Por lo mismo, la promesa de campaña en torno a acabar con el muro todavía es muy incierta.

Cambio climático

Otro de los temas clave de la campaña fue el ambiental. Biden firmó de entrada una carta para reingresar a los Estados Unidos en los acuerdos climáticos de París. Esta medida se hará oficial y efectiva hasta dentro de 30 días.

Como se sabe, en 2019 Trump notificó formalmente a las Naciones Unidas que su país se retiraría del pacto, con metas no vinculantes, del que hacen parte más de un centenar de países que trabajan para combatir el calentamiento global, reducir la emisión de gases de efecto invernadero y disminuir la dependencia de los combustibles fósiles.

Los críticos de Biden sostienen que el problema no es reingresar al pacto, sino que se establezca claramente cuáles serán las cesiones y compromisos reales de Estados Unidos para cumplir las metas de reducción de gases, sobre todo en cuanto a la costosa y compleja reconversión productiva y energética. Trump siempre dijo que mientras el resto de las potencias, con China y Rusia a la cabeza, no se comprometieran, tampoco lo haría Washington porque quebrarían miles de empresas y millones de empleos se perderían.



En otras órdenes ejecutivas adicionales, Biden inició la revocación de una serie de políticas ambientales de la administración Trump, incluida la cancelación del permiso para el oleoducto binacional Keystone XL; hacer más estrictos los estándares de emisiones de gases de los vehículos; cumplir una moratoria temporal sobre los arrendamientos de petróleo y gas natural en el Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico; y restablecer un grupo de trabajo sobre los costos sociales de los gases de efecto invernadero.

Estos anuncios, sin embargo, también están sujetos a la revisión de contratos y tratados internacionales, lo que podría llevar a que tarden un buen tiempo en ser aplicados realmente.

Por ejemplo, no parecería coincidencia que el primer jefe de gobierno con el que Biden sostendrá una conversación será con el primer ministro canadiense Justin Trudeau. Es seguro que analizarán la decisión sobre el oleoducto entre Canadá y Estados Unidos. Este proyecto, apoyado por Ottawa, fue lanzado en 2008, cancelado por primera vez por Barack Obama por razones ambientales y luego retomado por Trump.

Economía

Biden se está moviendo para extender una moratoria federal sobre los desalojos y pidió a las agencias, incluidos los Departamentos de Agricultura, Asuntos de Veteranos y Vivienda y Desarrollo Urbano, que prolonguen una moratoria sobre las ejecuciones hipotecarias garantizadas por el gobierno federal. Es una medida que se promulgó en respuesta a la pandemia del coronavirus hasta al menos finales de marzo. Si bien estas moratorias podrían ser de efecto inmediato no constituyen un cambio radical con la política de su antecesor, quien las instauró.

Finalmente, Biden emitió una orden de congelación de todas las nuevas regulaciones puestas en marcha por su predecesor, esto para darle tiempo a su administración de evaluar cuáles quiere mantener vigentes.



Una de las medidas que podría caer en este grupo, pero no se cree que sea modificada por el nuevo mandatario, es la decisión del expresidente de otorgar un amparo de deportación por 18 meses a los venezolanos que se encuentren actualmente en territorio estadounidense por la crisis en su país.

Como se ve, mucho va del dicho al hecho. La intención de Biden de empezar a reversar de entrada muchas de las políticas de Trump, si bien funcionó como gancho electoral, a la hora de las realidades gubernamentales no es tan automática ni discrecional como se prometió.