Cuando decidió dar el salto del ciclismo de montaña al de ruta, el único que tenía claros sus objetivos era el propio Egan Bernal, quien por entonces soñaba con competir en las tres grandes, Tour de Francia, Giro de Italia y Vuelta a España. Hoy solo tiene una tarea pendiente, la de la ronda ibérica, y aunque en este momento disputa la etapa más dura de su vida, no será extraño que vuelva por sus fueros.
No todos los organismos responden del mismo modo a los tratamientos médicos tras sufrir accidentes tan graves como el de Egan, pero hay antecedentes que permiten ser optimistas sobre su regreso a la competencia de élite.
Justamente su representante, Giuseppe Acquadro, en la conversación que tuvieron esta semana, le recordó al zipaquireño que Marco Pantani sufrió un accidente similar en 1995 (se estrelló contra un carro todo terreno) y que volvió tan fuerte que ganó el Giro de Italia en 1998.
“Egan y Marco Pantani nacieron el mismo día y han sufrido una mala suerte similar en accidentes. Esperemos que Egan se recupere tan bien como lo hizo Marco y siga teniendo el mismo éxito”, dijo Acquadro.
Unido a ello, Egan, en el diálogo con su representante, cuando le dijo que vendría a visitarlo, dejó ver algo de optimismo, al responderle que “tal vez yo vaya a Europa”.
De acuerdo con los expertos, la recuperación será larga y nadie garantiza que su rendimiento vuelva a ser el que lo llevó a ganar el Tour de Francia en 2019 o el Giro de Italia el año pasado.
Pero a la vez dicen que Egan es un superdotado y que por su condición de deportista de alto rendimiento, su recuperación puede ser rápida y que no sería raro verlo corriendo en alguna de las tres grandes al cabo de uno o dos años.
El pedalista es realista y por eso dijo que estuvo al 95% de perder la vida o quedar parapléjico al estrellarse contra la parte trasera de un bus cuando descendía a 70 kilómetros por hora. Sin embargo, el estar consciente y lúcido genera optimismo.
Sus inicios
Egan nació en Bogotá, pero su familia se radicó en el municipio cercano de Zipaquirá. Su padre, Germán, quien fue ciclista de ruta en su juventud, su madre Flor Marina y dos hermanos, el mayor de ellos Egan. Fue precisamente su progenitor quien lo inició desde los cinco años en el camino de la bicicleta.
A sus ocho años participó en su primera carrera, la ganó y el premio consistía en una beca de formación en una escuela de ciclismo, donde permaneció por más de un año. Posteriormente se centró en el ciclomontañismo bajo la dirección del exciclista de ruta Fabio Rodríguez, iniciando su trayectoria en categorías inferiores.
En 2011 inició su carrera en el ciclismo de montaña (MTB), corriendo en varios equipos amateur y profesionales, logrando triunfos en categorías júnior y cadete.
En abril de 2013 ganó el Campeonato Panamericano en la categoría cadete de MTB en Tucumán, Argentina. Posteriormente, en julio fue campeón nacional juvenil en Cuenca, Ecuador, y en septiembre campeón latinoamericano cadete en Catamarca, Argentina, y también campeón nacional prejuvenil B en Colombia.
Al año siguiente, logró una medalla de plata en el Campeonato Mundial de Ciclismo de Montaña en categoría júnior en Hafjell, Noruega, secundando al danés Simon Andreassen. También obtuvo bronce en el Panamericano en Brasil, luego fue medalla de oro en la Copa Nacional AMPM en Cartago, Costa Rica, y ocupó el tercer lugar en la Junior Series realizada en Vermont, Estados Unidos.
Para marzo de 2015 se coronó campeón panamericano júnior en el municipio de Cota. Para entonces ya había sufrido una lesión de consideración, una fractura de clavícula que requirió tratamiento quirúrgico dos semanas antes.
También fue campeón en las World Junior Series realizadas en San Dimas, California, y obtuvo medalla de bronce en el Mundial de Ciclismo de Montaña en categoría júnior en Vallnord (Andorra).
Se quedó en Europa con la intención de enrolarse en un equipo de ruta. Fue presentado a Gianni Savio, propietario de la escuadra italiana Androni Giocattoli-Sidermec, de categoría profesional continental que lo puso a prueba en una competición de categoría júnior, la Sognando Il Giro delle Fiandre, la ganó, e inmediatamente Savio lo contrató por cuatro temporadas. Algunos meses después reveló que las pruebas realizadas en el centro de estudios fisiológicos dirigido por Michele Bartoli arrojaron unos valores excepcionales en las pruebas de consumo máximo de oxígeno (VO2Max) lo que confirmaba el talento y potencial de su nuevo pupilo.
En febrero debutó en el ciclismo de ruta en el Tour del Mediterráneo, prueba en la que consiguió un top 10 en una de las etapas.
Y, los resultados empezaron a llegar rápidamente, en marzo, en la Settimana Internazionale Coppi e Bartali ganó su primera clasificación de los jóvenes, logro que se volvería habitual en las carreras por etapas que correría de ahí en adelante.
Superdotado
Desde sus inicios en el ciclismo de montaña, hace unos 14 años, el nacido en Bogotá pero ‘naturalizado’ en Zipaquirá, dio muestras de sus condiciones.
Participó en categorías inferiores, logró medallas de plata y bronce en los mundiales de 2014 y 2015, en categoría júnior. Para 2016 inició la transición a la ruta con el equipo italiano Androni Giocattoli-Sidermec de categoría profesional continental.
En sus dos primeras temporadas, en 2016 y 2017, cumplió con actuaciones destacadas, ganando la camiseta del mejor joven en varias competencias, y algunos triunfos en la general. Además del Tour del Porvenir 2017, lo que le valió para ser contratado por el equipo Sky, de categoría UCI WorldTeam, a partir de la temporada 2018.
Su debut en la categoría WorldTour fue increíble para sus 21 años, con actuaciones destacadas en el Tour Down Under, la Volta a Cataluña, su primer triunfo de etapa y podio en el Tour de Romandía, y la clasificación general más dos etapas en el Tour de California.
También obtuvo la medalla de oro en Campeonato Nacional en la modalidad de contrarreloj y la Colombia Oro y Paz. Debido a esto, su equipo lo llevó a su primera carrera de tres semanas, el Tour de Francia, donde confirmó sus condiciones como corredor de grandes vueltas.
Su segundo año en el WorldTour 2019 fue el de la consagración, alzándose con la general de la París-Niza, la Vuelta a Suiza y el Tour de Francia.
2020 no fue el mejor año para el ‘Joven Maravilla’. Los resultados no se dieron y le apareció un dolor en la espalda que le restó posibilidades en las carreras en que compitió.
El año pasado, si bien su dolor de espalda no había desaparecido totalmente, el gran objetivo de Ineos para Egan Bernal en la temporada es el Giro de Italia… Y lo ganó, con Daniel Martínez como su gran escudero.
Dura etapa
El gran objetivo de Egan para este año era el Tour de Francia y para prepararlo, junto a su equipo, el Ineos, decidieron hacerlo en Colombia, por carreteras de Boyacá y Cundinamarca.
Como parte de la preparación estaba mejorar en las etapas contrarreloj y por ello el pasado lunes entrenaba en una bicicleta especialmente diseñada para este tipo de fracciones.
Descendía a 70 kilómetros por hora cuando chocó contra un bus que estaba estacionado a un lado de la vía. El resultado, ya se conoce, así como que ha sido sometido a seis intervenciones quirúrgicas.
Ello forma parte de la etapa que acaba de iniciar y que es una de las más duras de su vida. Al tiempo que dure en la clínica de la Universidad de la Sabana habrá que sumar el periodo de recuperación, las terapias y el lento retorno a montar en bicicleta y la confianza para volver a salir a carretera.
Falta mucho para que esto ocurra, pero Egan es un campeón de élite, un superdotado física y mentalmente y solo queda esperar que con el paso del tiempo esté en la línea de partida de una de las grandes.