Una misión de expertos de Naciones Unidas ha analizado el impacto del vertido de crudo a mediados del mes de enero frente a las costas de Perú y ha instado a las autoridades del país a que respondan a las necesidades de la población más afectada por el incidente.
Desde el organismo han puesto de manifiesto que, hasta la fecha, no se han llevado a cabo evaluaciones de perjuicios ni análisis de las necesidades que pueda tener la población de la zona.
"Se recomienda realizar cuanto antes un análisis de necesidades de la población afectada que garantice la puesta en marcha de mecanismos de comunicación y participación de las comunidades en los planes de asistencia y de recuperación socioeconómica", ha recalcado la misión de la ONU.
En este punto, ha remarcado que es responsabilidad del Estado poner en marcha vías de comunicación con la población para conocer el impacto que ha tenido sobre su día a día el vertido de petróleo con el fin de que esto influya en la implementación de soluciones a los problemas sociales, asegurando también "altos índices de transparencia".
Esta misión de Naciones Unidas se ha desplegado sobre el terreno a petición del propio Gobierno de Perú, que solicitó una evaluación del impacto socioambiental del vertido, y pidió que se asesorara a las autoridades en la gestión y coordinación de la respuesta al incidente.
Finalmente, el grupo de la ONU ha remarcado que el derrame de petróleo sobre las costas podría tener un efecto negativo a largo plazo en especies de marisco y conchas, por lo que ha recomendado implementar un plan de monitoreo ambiental para establecer un calendario para la reapertura segura de las playas y el consumo de marisco de la zona.
Unos 18.000 metros cuadrados de playa han sido afectados por el vertido de petróleo, una situación que, según ha defendido la empresa petrolera responsable, Repsol, fue causada por un "fenómeno marítimo imprevisible" a raíz del tsunami causado por la erupción de un volcán en una isla de Tonga.