Bogotá y sus basuras | El Nuevo Siglo
Miércoles, 28 de Febrero de 2018

Hace tan solo 15 días inició, en la ciudad de Bogotá, la nueva etapa de recolección de basuras. Van a ser ya más de quince años en que distintas administraciones han intentado llevar a cabo un proceso licitatorio con este fin. 

En la administración Petro hubo un gran debate del porqué estatalizaba de nuevo un servicio que había sido concesionado a particulares pero, aun así, el exalcalde creó la empresa Aguas de Bogotá y puso en marcha su nuevo esquema.  Recordemos  cómo en aquella oportunidad se presentó una gran crisis en la recolección de basuras, pues aunque al principio se quiso que Aguas de Bogotá, con 3.400 nuevos empleos, asumiera la responsabilidad de toda la ciudad, rápidamente se evidenció un caos en su implementación, por lo que se tuvo que rectificar y llamar de nuevo a particulares para que asumieran esta labor en gran parte Bogotá. 

Hoy, después de un proceso al que nadie criticó por manejos sospechosos y oscuros, salieron cinco empresas adjudicatarias que se han hecho cargo de las cinco zonas en las que se dividió la capital para estos efectos. Los empleados de Aguas de Bogotá, al enterarse que ésta no participaría en el nuevo esquema, protestaron porque perderían sus empleos y mediante acciones de salvajismo, que llegó al daño de motores de vehículos, los pincharon, apedrearon y obstaculizaron el funcionamiento de los recolectores de basuras. Como consecuencia de ello los recolectores no pudieron llevar a cabo su labor y fue así como se presentó una gran emergencia sanitaria que afortunadamente finalizó al ponerse en funcionamiento el nuevo esquema. 

 

Es evidente que no ha sido fácil ponerse al día en la recolección de basuras que dejó la protesta de empleados de Aguas de Bogotá.  Como consecuencia del proceso licitatorio, el Procurador consideró que se presentaron fallas al no tener en cuenta en la licitación el tema de los desperdicios mixtos y por tanto quedar por fuera de la recolección de basuras lo que se ha llevado en puntos específicos en algunas zonas que perjudican la limpieza e imagen de la cuidad. 

Lo más complicado para los nuevos concesionarios, en especial aquellos a los que les ha correspondido las antiguas zonas que tenía Aguas de Bogotá, ha sido el saboteo y vandalismo de los que han sido objeto por parte de quienes han perdido el empleo y de quienes están interesados en que este nuevo esquema no funcione . Además que por haber sido llevado a cabo este proceso en época preelectoral, también hay quienes lo ha politizado con intereses electorales. 

Es muy simple. Hay registros documentales que muestran cómo después de pasar los camiones recolectores por algunas zonas, las personas sacan de nuevo basura e incluso rompen las bolsas y esparcen su contenido para hacer creer y simular que los recolectores no han hecho su labor. Las autoridades deben estar atentas a estas conductas saboteadoras que perjudican no solo la administración y los concesionarios, sino a todos los habitantes de Bogotá.