El Diablo | El Nuevo Siglo
Sábado, 24 de Febrero de 2018

La lectura del Juicio Universal (Editorial Planeta, Barcelona, 1971), de Giovanni Papini, conduce al examen de obras del citado autor y de ahí surge el análisis de El Diablo (Emecé Editores, Buenos Aires, 1968); tal vez el título Juicio Universal se derive de pintura, de igual denominación, de Miguel Ángel, citada en el segundo texto. Un par de definiciones luce pertinente desde el primer momento: diabología y demonología. La primera se refiere a la culpabilidad y el alma de Satanás, sus relaciones con el Creador y el Hombre-Dios, sus encarnaciones y operaciones, actual poderío y suerte futura. La segunda cubre los servidores infernales y terrestres del Diablo, artes de los magos y encantadores, prácticas y crímenes de brujas y hechiceros, magia y misas negras, posesiones diabólicas, pactos con el Demonio. El libro cubre ambos frentes con énfasis en diabología y las referencias son básicamente textuales.

 Papini indica que su obra profundiza en las verdaderas causas de la rebelión del Diablo, sus relaciones con Dios, el regreso de Satanás a su condición anterior y se nos libre del mal; se considera que Satanás fue el más perfecto de los ángeles y arcángeles, en general de los espíritus celestes. Ahora se le ve infame, temido, invisible, omnipotente, negado, adorado, vilipendiado. Hay tres protagonistas en la historia: Dios (a su lado el Dios-Hombre), Satanás y el hombre y este último es visto el más débil y efímero, prisionero y esclavo del Demonio como consecuencia del pecado de Adán y Eva en el paraíso y que afectó a sus descendientes y a la posteridad.

¿Quiénes se salvan? Se supone que los cristianos, o sea una minoría de la humanidad y muchos de estos no son verdaderos creyentes, es decir, la mayor parte de la humanidad es prisionera de Satanás. El Diablo está en todas partes y lo mismo Dios. El Apocalipsis relata la caída de Lucifer y su castigo fue el más terrible: no poder amar. Adán prefirió obedecer a Satanás, desobedecer a Dios y se convirtió en esclavo, cómplice y víctima. La personificación del Demonio es la serpiente. El Diablo está por debajo de Dios y encima del hombre. Una idea sin mucho respaldo: el Diablo es el hermano menor del Dios-Hombre. Lucifer es el Anticristo.