El “profe” Bermúdez | El Nuevo Siglo
Miércoles, 28 de Febrero de 2018

El reconocimiento a la labor pedagógica cumplida por el maestro Luís Miguel Bermúdez, ponderada  por Bill Gates,  al seleccionarlo entre los mejores 10  educadores del mundo, es una lección ejemplar que debe extenderse a  sus colegas, por cuanto  su tarea fue  ideada a partir del reconocimiento de una situación real  que hay que verla sin prejuicios y  criterios “mojigatos”. Su trabajo se concretó a prevenir,  inteligentemente, el embarazo de adolescentes que impulsados por sus apetitos genitales terminaban gestando un fracaso como consecuencia de una precoz e irresponsable satisfacción de su natural  juvenil sexualidad.

Desempeñando su oficio en un colegio en la zona de Suba D.C., establecimiento en el cual  anualmente se desataban  hasta setenta gestaciones involuntarias, producto de una satisfacción improvisada, trató  con franqueza la situación, tanto con las jóvenes como con los concubinos, haciéndoles entender que el instinto hay que aceptarlo consciente y racionalmente. ¡De encontrar el equilibrio entre la emoción y la razón!

Su experimento redujo el fenómeno  a tal grado que en el año 2017 desapareció completamente la situación  y ello  no significó la frustración del deseo estimulado por la excitación cotidiana provocada por la “pornografía” de la publicidad, sino porque educó a los protagonistas de esas vivencias a tomar las precauciones necesarias para evitar las consecuencias trascendentales derivadas de la satisfacción de sus instintos sexuales únicamente objetivos.

La comprensión del tema se hace simple en la medida en que se comparte con los actores de este “espectáculo”  y se les escucha cuando sienten la necesidad de expulsar su angustia existencial, angustia generada por la “responsabilidad” que se asume cuando  se trae al mundo a un nuevo ser que conscientemente nunca se aceptó su llegada.

El error consiste en dejar que el joven adolescente, trátese de mujer u hombre, sea un autodidacta  respecto del conocimiento que se debe adquirir de esta conducta o comportamiento del ser humano. El maestro suele ser el ejemplo que se recibe  de lo que sucede en el entorno social en que se habita. Entorno en el cual el espectáculo sexual es un artículo de primera necesidad. No se olvide que se educa con el ejemplo.

Resumiendo la lección que el ensayo del maestro Bermúdez contiene, debe admitirse que uno de los factores  determinantes del embarazo de las adolescentes, ocurrido con tanta frecuencia, es la “ignorancia” de  la pareja  acerca de las consecuencias que se derivan del cambio de la masturbación por la relación de piel. Si  se asume con franqueza y sin prejuicio el uso de los anticonceptivos se estará recorriendo un trayecto de madurez emocional que transformara ese traumático suceso, permitiéndole a cada uno de los personajes el ejercicio  libre de sus deseos conscientemente.

Esta conclusión resulta de las conversaciones que con frecuencia se tienen con  jóvenes victimas de esa “improvisada e irresponsable” relación sexual, contacto que se transforma en un motivo de frustración existencial y fracaso prematuro de la vida.