Es demasiado pronto para pronosticar el resultado de las elecciones presidenciales y se recuerda que las perspectivas de Álvaro Uribe no eran brillantes para su primer período. The Economist predijo que el triunfador final sería Germán Vargas quien se encuentra en los primeros lugares en las encuestas; adelantó, al principio, su campaña por firmas y su aparente alejamiento de Cambio Radical fue una táctica temporal por las dificultades de algunos de sus líderes: se considera una eventual alianza entre los líderes mencionados.

La elección presidencial será un duelo entre coaliciones y, en el momento, se  configuran cuatro: (a) la derecha encauzada por los ex presidentes Uribe y Pastrana para decidir entre Iván Duque, Marta Lucía Ramírez y Alejandro Ordóñez, (b) la definida con Sergio Fajardo, (c) la de izquierda con Gustavo Petro y Carlos Eduardo Caicedo, (d) la integrada por Humberto De la Calle y Clara López. Las versiones definitivas se concretarán conocido el resultado de las elecciones legislativas.

Complace que Humberto De la Calle sea candidato a nombre del partido liberal y no por firmas porque esta vía impulsa el caudillismo: experiencia desafortunada durante el siglo XIX; De la Calle se ocupó de uno de los grandes problemas de Colombia, o sea, la paz y enfrentaría el segundo, es decir, la corrupción y, en este sentido, son evidentes su compromiso y el de César Gaviria.

El Centro Democrático es uno de los contendores principales: Uribe es formidable y arrastra votos. Las encuestas son lideradas por Sergio Fajardo y Gustavo Petro: éste con gestión brillante como congresista y deficiente como ejecutivo; falta ver cómo evolucionan el Centro Democrático y otras tendencias.

Controversia: decidir entre listas cerrada y abierta y  preferible la primera de ser más democrática. Quien escribe es partidario de la Calle, se mantiene en el liberalismo, su padre le presentó a Gabriel Turbay, se alternó con Turbay Ayala y Darío Echandía y se participó en la multitud presente en el asesinato  del hermano de Echandía. Se votó por Horacio Serpa y Antanas Mockus: mala suerte para ambos. Criterio para no considerar candidatos o nombres: lance acusaciones sin pruebas. Inmerecida impopularidad doméstica del presidente Santos, en contraste con la internacional, y tendrá que esperar el juicio de la historia para mejorar.