Las paradojas políticas | El Nuevo Siglo
Sábado, 10 de Febrero de 2018

Los diccionarios de nuestra lengua castellana coinciden en definir la palabra  "Paradoja" como aquel hecho extraño que, por lo absurdo, es opuesto al sentido común y a la opinión general. Y estos hechos suelen ser muy comunes en el campo de la política, en donde se dan como flores silvestres. Basta dar un sencillo y superficial vistazo.

Veamos, por ejemplo, un caso que bien podría ser emblemático. El del exguerrillero Gustavo  Petro Urrego. Conocido de autos desde hace muchos años, la lógica política recomendaría a las mentes pensantes unas sólidas reservas sobre su devenir público y sus promesas de campaña. Pero está ocurriendo todo lo contrario. A pesar de sus bien probadas ineficiencia e ineficacia administrativas al frente de la Alcaldía  Mayor de Bogotá y de las recurrentes imágenes que demuestran cómo convirtió a nuestra querida capital en un inmenso basurero hoy, contra toda sindéresis, encabeza la mayoría de las encuestas y sondeos.

Después de probar y comprobar hasta el cansancio que la templanza, la tolerancia y la prudencia en el juicio no son precisamente su fuerte, resulta ahora que es el favorito de no pocos electores para encauzar y dirigir la convivencia entre los colombianos. Con verbo fácil pero difícil discernimiento, este señor se está convirtiendo rápidamente en el abanderado del cambio que demanda  el país para una  paz estable y duradera. Desde luego todo lo que el personifica es un fiel calco de su traumática personalidad. Y  de este mismo material están fundidos sus lugartenientes y sus seguidores. Su elección sería el mayor contrasentido de nuestra democracia.

Otro personaje bien paradójico y bien contradictorio es el expresidente Álvaro Uribe Vélez. Después de haber ejercido el mando supremo con las respuestas adecuadas a las necesidades del momento, en la hora presente ha sido incapaz de domeñar sus ansias trasnochadas de poder y en una lucha sin cuartel con su sucesor está tratando de hacer "tabla rasa" de muchas de nuestras instituciones. Ha convertido la arena política en un pugilato en donde "todo vale" con tal de imponer su sacrosanta voluntad. Cuando la templanza y la temperancia- que no es lo mismo- le aconsejaban el descanso del guerrero, el ex-mandatario ha preferido mantener su vivac de campaña, en batalla abierta por lo que considera sus "tres huevitos" doctrinales 

Otra de las patologías a estudiar bien podría ser esa vida en constante contravía que le ha tocado en suerte a Germán Vargas LLeras. Políticos inteligentes si hay. Con una envidiable preparación académica y empírica por haber librado mil batallas partidistas y manzanillescas, este bogotano está listo para cruzarse la banda presidencial pero...es víctima de sus propios demonios y de un carácter también de los mil demonios. Muchos lo quieren pero son más los que le temen y eso tampoco es bueno para sumar adhesiones. La última semana ha coqueteado con los conservadores para llevarlos al altar, pero lo triste es que parece que estos han perdido su virginidad y no tienen como poder cumplirle a cabalidad.

Adenda

 

Marta Lucía Ramírez también  tiene sus veleidades paradójicas: Después de abandonar al  conservatismo, ahora quiere que el partido la apoye. ¿Quién la entiende? ¡Por favor!