Los candidatos Manuel López Obrador, centro, José Antonio Meade, del PRI, y Ricardo Anaya, de derecha, finalizaron sus “precampañas” hasta marzo. Entre coaliciones variopintas y alianzas anti programáticas, se desarrolla la contienda electoral
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LOS PRINCIPALES aspirantes a la presidencia de México, que competirán en las elecciones del próximo mes de julio, finalizaron sus "precampañas" entre discursos apasionados, antes de inscribir formalmente sus candidaturas para reemplazar a Enrique Peña Nieto.
Durante dos meses, los precandidatos realizaron reuniones y asambleas en todo el país para ganarse el respaldo de los ciudadanos antes de registrarse como candidatos ante el Instituto Nacional Electoral (INE) e iniciar sus campañas.
Hasta ahora, el izquierdista Andrés Manuel López Obrador, con su Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), continúa puntero en varias encuestas.
Le siguen sus contrincantes José Antonio Meade, quien sin tener militancia política fue postulado como candidato "ciudadano" por el oficialista Partido Revolucionario Institucional (PRI), y Ricardo Anaya, representante de una alianza entre el conservador Partido Acción Nacional (PAN) y el izquierdista Partido de la Revolución Democrática.
"Vamos a ganar en buena lid, les vamos a ganar aunque se unan a los mafiosos", lanzó López Obrador, aspirante presidencial por tercera vez, durante un evento en la ciudad de Guadalajara (oeste).
Portando un sombrero de mariachi blanco, dijo que sus contrincantes llevan a cabo una "guerra sucia", haciendo creer a la gente que tiene el apoyo secreto de Rusia en las elecciones. "Ahora soy Andrés Manuelovich", bromeó.
Por su parte, el excanciller y exsecretario de Hacienda, Meade, dio un discurso que buscó minimizar los niveles récord de desaprobación del actual mandatario Peña Nieto, cuyo partido enfrentó numerosos escándalos de corrupción.
"¡Quiero ser el presidente de las familias mexicanas! (...) Somos muchos y somos más los funcionarios que queremos que a México le vaya bien", dijo en un evento en Tlalnepantla, en el céntrico estado de México.
En tanto, en el peligroso estado de Veracruz (este), Ricardo Anaya escaló una estructura metálica que sostenía el escenario de su evento para gritar ante la muchedumbre "¡hasta la victoria!".
En declaraciones a la prensa, Anaya minimizó el desempeño de sus contrincantes.
Por otro lado, los precandidatos independientes buscan reunir más de 800.000 firmas para aparecer en la boleta electoral.
Entre ellos está Margarita Zavala, esposa del expresidente conservador Felipe Calderón (2006-2012), que renunció al PAN por diferencias con Anaya, y Jaime Rodríguez "El Bronco", un exmilitante del PRI que ganó la gobernación de Nuevo León (norte) como independiente en 2015.
Al caudillo (López) le sirven los foxistas, los calderonistas, los zedillistas, los salinistas: Silva-Herzog
Las elecciones para designar presidente y renovar el Senado y la Cámara de Diputados tendrán lugar el 1 de julio.
Facebook firmó un acuerdo con el INE, inédito en América Latina, para promover la participación ciudadana en el debate de los candidatos presidenciales.
Alianzas y un nuevo intento
López Obrador la primera vez que perdió con Felipe Calderón le pidió a sus seguidores que fueran a la Plaza de Reforma para denunciar el fraude electoral. Era 2006 y el candidato, quien venía de ser un exitoso alcalde de Ciudad de México, alegaba que había sido víctima de una conspiración de la derecha.
Más de diez años después, López se ha reinventado. De ser un candidato independiente, frontal y un outsider del sistema político, ha pasado a convertirse en un hombre que entiende que su plataforma política, Morena, debe hacer alianzas para llegar a la presidencia. Pero esas alianzas, dicen en México, están desafiando su credibilidad.
El intelectual y columnista del periódico Reforma, Jesús Silva-Herzog Márquez, dijo en un artículo publicado esta semana que aquella coalición “no es ya ni sombra de su base política” y escribe que “Morena ha sido traicionado antes de ganar el poder. El caudillo lo ha entregado al cálculo de sus ambiciones”
“Morena ya ha sido sacrificada. Al caudillo le sirven los foxistas, los calderonistas, los zedillistas, los salinistas”, agrega Silva-Herzog, aludiendo a la falta de ideas del proyecto de López, un hombre caracterizado por privilegiar el discurso programático por el oportunista.
Al otro lado, en una coalición variopinta, el PAN, de derecha, y el PRD, de izquierda, se aliaron contra el hegemónico oficialismo del PRI. En una coalición que ya ha sido llevada a otros escenarios electorales, que también incluye al Movimiento Ciudadano, Ricardo Anaya es el representante de un sector que define como “Por México al Frente”
Anaya, presidente del PRD, ataca la gestión de Enrique Peña- Nieto, acusándolo de aumentar los niveles de desigualdad y la pobreza. Recientemente en Veracruz la colorida coalición unió fuerzas para vencer al PRI, logrando la alcaldía.
Recibiendo todos los ataques, José Antonio Meade, el candidato del PRI, intenta mostrar las cosas buenas de un gobierno deslegitimado en todos los flancos. Pese a la mala gestión de Peña, es el candidato de un partido hegemónico que en más de 100 años sólo ha perdido dos elecciones, de la mano de Vicente Fox y Calderón.
Entre un candidato outsider que busca el establecimiento político, un representante de una coalición variopinta y la cuota del oficialismo, México vive unas elecciones con muchos matices, muchas alianzas, y, según la prensa local, pocas ideas.
López Obrador pica en punta y le saca 11 puntos al segundo, Anaya, de la coalición de izquierda-derecha. Por el desprestigio de su copartidario, Meade no logra subir en los sondes, ante el irrefutable hecho de representar el continuismo de una propuesta que ha fracasado.
Algunas encuestas, como la de El Universal, ubican a Anaya un poco más cerca a López, con una diferencia entre ambos de 6 puntos. Esto ha llevado al hombre nacido en Tabasco (López) a explorar alianzas con el establecimiento político, que le apuesta por una renovación de la derecha, que se junta con la izquierda, o a la maquinaria del PRI, que pese Peña, está bien aceitada, lista para seguir en la presidencia.