Simplificación monetaria | El Nuevo Siglo
Martes, 27 de Febrero de 2018
  • La eliminación de tres ceros en el peso
  • Exigencia de una economía globalizada

 

La posibilidad de una reforma monetaria en Colombia que lleve a la eliminación de tres ceros en las denominaciones de billetes y monedas más altas está de nuevo sobre la mesa. Esta vez por cuenta de una propuesta del Fiscal General de la Nación destinada a darle un golpe mortal a las mafias y organizaciones criminales que tienen grandes fortunas escondidas, muchas de ellas representadas en inmensas cantidades de dinero en efectivo que no han podido ‘lavar’ para darle apariencia de origen legal.

No es la primera vez que se habla de eliminar los tres ceros en el peso colombiano. De hecho en la última década varios proyectos de ley en esa dirección de han hundido en el Congreso. Lo que sí resulta novedoso es que ahora se proponga no tanto por aspectos típicamente monetarios y de armonización cambiaria frente a las divisas más fuertes del mundo, sino como mecanismo para golpear financieramente a la delincuencia organizada tipo carteles del narcotráfico y minería ilegal, grupos armados ilegales, bandas criminales emergentes y hasta redes de corrupción de amplio espectro. No se puede desconocer que aunque en los últimos años las autoridades colombianas han avanzado mucho en materia de detección y decomiso de capitales y bienes ilícitos, el lavado de activos todavía es muy alto, razón por la cual se requiere de medidas más audaces para golpear a estas mafias en donde más les duele, el bolsillo. Es evidente que si se procediera a una eliminación de los tres ceros de la moneda local, esas organizaciones tendrían que salir rápidamente a tratar de monetizar sus fortunas ilícitas y allí podrían ser más fáciles de identificar e incautar.

La idea del Fiscal General tuvo eco en no pocos sectores políticos, gubernamentales, gremiales y sociales que la consideraron positiva para atacar la economía subterránea. Sin embargo, varias voces señalaron que hay otros mecanismos más efectivos para rastrear los grandes capitales de origen espurio, e incluso no faltó quien advirtiera que anunciar la reforma monetaria podría producir un efecto colateral negativo en el frente cambiario porque las grandes mafias saldrían afanosamente a cambiar los billetes colombianos que tienen encaletados por dólares en el mercado negro e informal.

Lo cierto es que tras la propuesta del Fiscal General, tanto la Casa de Nariño como el Ministerio de Hacienda anunciaron que a mediados de marzo, una vez arranque el último tramo de la legislatura del saliente Congreso, se radicará el respectivo proyecto de ley para la eliminación de los tres ceros en el peso colombiano. Si bien consideró positiva la idea del jefe del ente acusador, el Gobierno aclaró que la modificación monetaria se motiva más en aspectos típicamente económicos. Incluso precisó que en 2015 se había pensado avanzar en esa dirección pero se acordó con el Banco de la República congelar la iniciativa hasta tanto la inflación no estuviera controlada por debajo del 4 por ciento, lo que ya se cumplió a finales de 2017. Es más, el Ejecutivo indicó que en atención a esa proyectada reforma, en la serie de nuevos billetes que se pusieron recientemente en circulación ya los ceros no aparecen sino que se reemplazaron por la palabra “mil”.

Para algunos expertos y gremios, Colombia debe proceder hacia la eliminación de los tres ceros en su papel moneda, toda vez que la economía local es  estable, no hay sobresaltos cambiarios extremos, las emisiones extraordinarias de dinero están restringidas y cada vez es más obligatorio en esta era de mercados globalizados facilitar la conversión y negociación monetaria, no sólo frente al dólar y el euro, sino de cara a las divisas emergentes de potencias asiáticas o ante los países latinoamericanos que siguen apostando a la dolarización. Se recuerda, incluso, que la eliminación de esos tres ceros en Colombia aumentaría nuestra competitividad frente al real brasileño, el peso mexicano o el sol peruano. Es más, esa simplificación monetaria es uno de los requisitos mediatos para entrar y mantenerse en el OCDE, proceso que ya nuestro país está a punto de culminar.

Obviamente la eliminación de los tres ceros no es un asunto automático. Todo lo contrario, no sólo requiere la mencionada reforma legal sino un proceso de transición serio, eficaz y que no implique un alto grado de afectación a la sociedad, obviamente bajo la tutela del Emisor. También es necesario calcular los respectivos costos de la mutación monetaria, aunque tanto el Banco como el Gobierno consideran que sería mucho más bajo que los anteriormente planeados pero no concretados. Lo importante, por el momento, es que los candidatos presidenciales y al Congreso se pronuncien respecto de la viabilidad de la propuesta, ya que será un tema que les corresponderá tramitar o aplicar.