En los próximos días estaremos recibiendo los recibos por concepto de impuestos catastrales y de vehículos. Ayer me llamó un gran amigo a comentarme que él ya había recibido su impuesto catastral y que estaba pensando si vendía su vivienda o qué hacía, pues el impuesto  le llegó por la módica suma de veinticinco millones de pesos colombianos y su saldo en el banco es apenas un sobregiro de treinta millones, producto de haber teniendo que pagar los impuestos de retención en la fuente y el IVA sobre los honorarios que ha percibido de las asesoría que presta a distintas firmas. Estaba realmente desesperado, y eso que ni siquiera había recibido aún los impuestos sobre los vehículos y que además pertenece a un pequeño sector de profesionales que viven de su trabajo independiente.

Con tristeza, me decía que había trabajado toda la vida para hacer un capital que se sintetizaba en su residencia, unos vehículos para él y su familia , una pequeña finca y unos ahorros, pero que en este gobierno que termina ya había liquidado sus ahorros e incluso estaba endeudado en más de quinientos millones de pesos, crédito que hizo gran parte para destinarlo al pago de los impuestos que le corresponden bajo la presente administración que, como sabemos, son hasta del setenta y dos por ciento si se miden de manera integral.

Reflexionaba que nunca se había imaginado que después de tantos años de trabajo y ya con bastantes años sobre al hombro, todo se le estuviera desapareciendo por culpa de la situación en la que nos están dejando los malos gobiernos y de impuestos que cada día son mayores y casi confiscatorios. Agregaba que en su momento depositó su confianza, y por tanto su voto, en el Alcalde Peñalosa pero decepcionado se encontraba que también los impuestos que le llegaban del Distrito eran exagerados, mientras las calles y los andenes permanecían llenas de huecos a punto de haberse partido su señora el tobillo a una cuadra de su casa por causa de uno de ellos y uno de sus autos tenerle que cambiar de amortiguadores al caer en una avenida en otro de ellos. Me preguntaba qué pensaba yo respecto a esta situación y se preguntaba por qué se aterraba la gente con las declaraciones del candidato Petro donde decía que iba a incrementar los impuestos a los ricos, si con los actuales gobernantes, tanto a nivel nacional como en la capital, prácticamente la clase media estaba quedando sin nada y lo único que escuchaba o leía en los medios de comunicación eran escándalos por corrupción, inseguridad y problemas de inmigración de venezolanos en diversas zonas del país que estaban creando problemas de empleo, salud, educación, vivienda y también inseguridad. 

Mi repuesta fue una sola. Parece que tanto el gobierno nacional como el de esta ciudad son los jefes de debate del exalcalde Petro. Toda esta situación hace pensar que los colombianos no podemos seguir votando por quienes prometen traer lo mejor y al llegar defraudan al pueblo y lo llevan a la desesperanza. Por eso hay que votar por quienes traigan seguridad tanto ciudadana como jurídica. Quienes no tengan vinculación con los negocios del Estado o conflictos de interés. Debemos elegir a quienes no tienen escándalos de corrupción y que además cumplan lo que prometen. No podemos seguir votando por los mismos porque seremos nosotros los responsables de las consecuencias. Votemos por personas capacitadas y con experiencia y además comprometidas con nuestro país y nuestra gente.