Es un poco más de medio día y algunas mesas permanecen aún vacías. No es normal. Hace un par de meses, cuando el comercio volvió a abrir y las restricciones impuestas por la pandemia bajaron, el restaurante “A comer se dijo”, un lugar icónico del barrio La Soledad, en la calle 45 con carrera 20 de Bogotá, permanecía lleno.
Aunque sigue estando casi a tope, sus dueños sí ven cómo la clientela ha bajado desde que se vieron forzados a subir en 8% el precio de la carta al almuerzo más popular y barato, denominado 'corrientazo'; todo esto a raíz del incremento de los costos de los alimentos, que vienen subiendo con fuerza desde finales de 2021, y que llegaron a un alza cercana al 20% el año pasado, según el DANE.
Angélica Vélez, administradora del lugar, le contó a EL NUEVO SIGLO cómo han tenido que lidiar con esta situación: “Para poder seguir funcionando le subimos $500 al almuerzo, para no quedar mal con los clientes, pero en realidad era como para subir un poco más; a veces nos toca cambiar, digamos sacar cosas del plato normal, que no lleve mucha papa, sacar platos con otros productos y no los que están más costosos, y así podemos diseñar un menú que sea atractivo para nuestros clientes”.
Ahora el plato llegó a $10 mil, y aunque mantienen la calidad y las buenas porciones, Angélica dice que hay algunas personas que sienten el incremento y llegan a quejarse.
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Daniel Villamizar, uno de los clientes regulares de este restaurante, dice que ya no es tan económico el famoso 'corrientazo' o comer en la calle: “El tamal ha subido de precio, las empanadas han subido de precio, creo que la vida se volvió un poco más gourmet en ese sentido, no estoy diciendo palabras por decirlo, pero el comer buena comida y el comer comida abundante se ha vuelto un privilegio en cierto modo”, señaló.
Andrés y Andrea también suelen visitar “A comer se dijo”, pero ya no es tan frecuente, y entienden que esté más costoso: “Se han incrementado los costos, entonces también tienen que cobrar de acuerdo a como sube la canasta. Hoy en día puede ser un poquito más difícil comer un 'corrientazo' que antes, de pronto la gente que con el salario mínimo le es más difícil comer fuera”, dijo Andrés Cepeda.
Estilo “gourmet”
Alejandra Tejada es una emprendedora, dueña de “Al gratín”, un restaurante cercano a la Universidad Nacional que se ha caracterizado por sus platos económicos y ofrece un almuerzo un poco más estilizado a muy buen precio. Sin embargo, también explica que el alto costo de los insumos le ha obligado a incrementar el valor de sus comidas, e incluso a ofrecer la bebida de acompañamiento aparte del menú.
“Para producir los almuerzos ha estado muy variable. Más o menos desde octubre y noviembre del año pasado venimos sufriendo incrementos sobre todo en lo que son productos animales, lo que es carne, pollo, lácteos, salsamentaria en general; la verdura también está cara, aunque algunas veces baja, pero otras veces sube muchísimo, es muy inestable, es muy difícil así generar estrategias para mejorar las ventas”, explicó Alejandra.
Mónica Vargas, una comensal que conoce el restaurante desde hace tiempo, se sorprende pero entiende que los precios hayan subido: “Te puedo decir que muchísimos productos subieron el doble, e incluso algunos productos y servicios se incrementaron tres veces más de lo que costaban antes; las verduras son de los productos que subieron, lo mismo que las frutas. Con este problema económico que hubo después de pandemia, sí he visto que también la alimentación de la gente ha decaído mucho, o sea, el alimentarse correctamente, porque ya no hay acceso para muchas cosas como el arroz”, mencionó.
A pesar de los incrementos, las gerentes de estos dos restaurantes consideran que mantener la calidad y el buen servicio es fundamental para seguir a flote, pero que sin lugar a dudas tener la inflación y el costo de vida alto para sus clientes las ha puesto en una encrucijada.
Mientras que para las personas que frecuentan los famosos ‘corrientazos’, encontrar un lugar que ofrezca un menú variado, bien proporcionado y económico es cada vez es más difícil.