Francisco José Lloreda cree que el precio del crudo en Colombia no va a subir, pero además dice que se debe entender que el sector de hidrocarburos es necesario para el mundo.
Con los precios del petróleo que han alcanzado máximos de casi una década, rondando entre los US$110 y los US$130, además de las sanciones a Rusia, la industria se ve en un momento coyuntural, pues debe suplir la demanda, pero también se enfrenta a la transición energética, por la que se aboga con más ahínco.
EL NUEVO SIGLO habló con Francisco José Lloreda, presidente de la Asociación Colombiana del Petróleo (ACP), quien dijo que el precio de los combustibles no subirá mucho en el país y explicó, además, las necesidades del sector.
EL NUEVO SIGLO: ¿Qué implica el precio del petróleo en la actualidad? ¿Podría mantenerse más allá de la guerra en Ucrania?
FRANCISCO JOSÉ LLOREDA: Eso va a depender de dos cosas; la primera, de cómo evolucione la democracia, y lo segundo, de cómo, en el marco de esta guerra y su evolución, se comporten los mercados internacionales en general.
¿Por qué digo lo anterior? Porque el incremento principal de los precios del petróleo desde el año antepasado se debió principalmente al proceso de reactivación de la economía a nivel global; el mundo empezó a demandar más petróleo, más gas y más carbón, entre otras fuentes energéticas, para atender el proceso de reactivación que en parte no se esperaba.
Esto podría asignarle a este proceso de recuperación el incremento de precios hasta alrededor US$80 el barril, pero a partir de ese precio lo que hemos visto en las últimas semanas es que los precios llegan a US$120, es decir han estado por encima US$40 el barril, y eso está asociado más con la crisis hoy y la guerra en Ucrania.
ENS: ¿Qué factores pueden incidir en ese comportamiento de las cotizaciones?
FJLL: Es difícil anticiparse a hacer elucubraciones sobre el comportamiento de los precios a futuro porque va a depender de qué pasó con el proceso de reactivación económica y cómo evolucione la guerra en Ucrania, porque lo que los países, especialmente los europeos, no están dispuestos es a quedarse sin energía, porque la energía es de las cosas más difíciles de suplir. Por eso, entonces, se está comprando un petróleo costoso, comparativamente, porque no se ven, por ningún motivo, quedarse sin petróleo, quedarse sin gas, quedarse sin carbón. Porque un país sin electricidad colapsa totalmente. Esos son los dos factores que tendríamos que analizar y monitorear.
ENS: ¿Cómo puede el país utilizar los recursos extras que entren por petróleo? ¿Es posible aumentar el nivel de producción, como se ha llegado a decir?
FJLL: No es fácil, por varias razones. Lo primero, porque las inversiones en pozos de desarrollo son inversiones que pasan por un análisis de mediano y largo plazo y las empresas en general son cautelosas si no tienen claridad sobre qué va a pasar a mediano y largo plazo.
Es decir, si se llega a un acuerdo pronto entre Ucrania y la Federación Rusa, con los países de la OTAN, y se supera la guerra, seguramente el nerviosismo que hoy en día explica en parte los altos precios, llevaría a que retornen a un rango menor y más razonable. Entonces, en general, en esta industria no se toman decisiones de inversión a la ligera y esto independiente de la gran necesidad que hay en este momento a nivel mundial de producir más petróleo y más gas.
Lo segundo, porque el mensaje en Colombia para este año es que las empresas ya han definido un programa de inversiones ambicioso, que es superior en US$4.000 millones, un 43% superior al del año pasado, donde el grueso va destinado a producción. Entonces a lo que las empresas están apostando es a poder hacer realidad este programa de inversiones. Es más, si logramos el programa de inversiones tanto a nivel exploratorio, como a nivel de producción, será extraordinario, porque no conozco que se haya presentado en los últimos años una ejecución que se haya logrado a cabalidad; se terminan aplazando los proyectos, las inversiones, por distintos motivos.
Entonces, si las empresas comprometidas con un programa de inversiones logran ejecutar, ya sería muy bueno para Colombia y sería muy bueno para los sectores.
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ENS: Esta coyuntura también ha hecho que el mundo se vuelque nuevamente hacia las energías tradicionales: gas, petróleo, carbón, pero al mismo tiempo hace que se hable de una mayor aceleración en la transición energética. ¿Ustedes cómo ven el panorama y en qué trabajan para adaptarse al cambio?
FJLL: La industria pasa por un momento muy paradójico, en un ambiente que en general no es tan favorable a la industria, donde el sector financiero en muchos países le ha cortado los créditos y ha decidido no financiar proyectos de hidrocarburos. Lo paradójico es que ahorita el llamado del mundo entero es: “produzcan más petróleo y más gas”, no solo para que la oferta esté más acorde con la demanda creciente de petróleo y gas, sino ante la eventualidad de sustituir la oferta de petróleo y gas en Europa. Entonces es una paradoja porque es una industria en la que en los últimos cinco años, o un poco más, hay mucha desinversión. La industria no invierte lo que invertía hace 10 años.
Pero estamos cosechando lo que se ha sembrado, entonces lo que uno esperaría y lo que está ocurriendo, incluso desde el año pasado antes de la guerra, y que se está viendo en el mundo y en Colombia, es que se entienda que la industria petrolera no es el enemigo, que esta industria ha aportado al desarrollo económico, social, ambiental, independiente de la velocidad con la que cada país vaya dándole manejo al calentamiento global y vaya avanzando en atracciones turísticas, lo cierto es que esta industria es clave y es necesaria y lo será durante muchas décadas a nivel mundial y en Colombia.
Todo esto para indicar que no es fácil, en esta coyuntura de precios que no sabemos cuánto va a durar, en general para las empresas y no solo en Colombia, a nivel mundial, que tomen decisiones importantes de inversión, cuando venimos de tantos años de satanización de la industria petrolera y dificultades para acceder a financiación.
ENS: En ese sentido, ¿cuál es la estrategia que ustedes están adoptando?
FJLL: Lo primero es tener claro cuál es el reto y para eso entender qué es lo que está pasando y no queremos entre todos alcanzar. Eso es el proceso de calentamiento del clima y esto obedece principalmente a lo que llamamos la generación de gases de efecto invernadero. Lo que tenemos claro es que el enemigo del planeta no es la industria, no es el petróleo, el gas, ni siquiera el carbón; estos contribuyen en mayor o menor medida dependiendo de la región del mundo y del país a la generación de gases de efecto invernadero, como también lo hacen otras actividades económicas.
Recuadro
A reducir los gases efecto invernadero
ENS: ¿Qué perspectiva tiene el país en ese objetivo de reducir los gases efecto invernadero?
FJLL: El 94% de los gases de efecto invernadero del planeta es generado por el fenómeno de la evaporación del agua y ese 6% es el que está asociado con la actividad humana. Y ese 6% y lo que es atribuibles al sector energético, varía dependiendo de la región del mundo. Colombia contribuyó con 0,04% de gases de efecto invernadero y dentro de ese 0,04%, la operación de la industria representa el 6%, y el transporte aéreo, terrestre, marítimo, fluvial, alrededor del 12%.
Eso en el caso de Colombia, entonces debemos apreciar esto en perspectiva, porque para poder entender cuál es la mejor estrategia para que no se siga calentando el planeta, se necesita del Gobierno, que no solo ha tenido claro que esta industria es importante y necesario que continúe, sino que también es necesario promover otras fuentes que conocemos como renovables o no convencionales, eólica, solar y también apostarle a la reforestación y deforestación. En el caso de Colombia, el 55% de los casos de efecto invernadero están asociados al sector agrícola, ganadero, temas de bosques y en la tierra.