Los tatuajes ya no son una marca indeleble en la piel | El Nuevo Siglo
Foto Agence France Press
Lunes, 20 de Marzo de 2017

Diferentes razones llevan a una persona hacerse un tatuaje. Estas pueden ir desde la rebeldía hasta el amor, pero hay muchos que se arrepienten, principalmente por motivos laborales, rompimientos amorosos, pérdida de la estética, por cambios con el paso del tiempo o porque simplemente se han cansado de él.

Sin embargo gracias a los avances que ha tenido la tecnología, existen diferentes maneras de remover, aclarar o alterar los tatuajes, con un equipo adecuado y por especialistas idóneos para garantizar que el tatuaje sea borrado sin dejar cicatrices.

La dermatóloga de Dermosalud, Olga Lucía Forero Pérez, en diálogo con EL NUEVO SIGLO,  dice que “En el proceso de remoción de un  tatuaje se pueden ver manchas transitorias en la piel, presentadas por la inflamación que genera el láser. Una vez terminado el tratamiento la piel vuelve a su color original sin dejar cicatrices.  Es normal que quede una pequeña sombra casi imperceptible que corresponde a los residuos de tinta que no es completamente removida por el láser”.

Anteriormente las personas se sometían a tratamientos que dañaban la piel con ácido, escisiones o dermoabrasión, pero las investigaciones y la modernización de las técnicas con láser, permitieron que los procedimientos de eliminación se volvieran más comunes, en casos como la realización de un mal trabajo, a una palabra incorrectamente escrita y fechas erróneas.

Los tatuajes son modificaciones de color en la piel, plasmadas con agujas u otros utensilios que inyectan pigmentos que se graban en la capa de la dermis, situada por debajo de la epidermis en la que se crea un dibujo, una figura o texto.

Pero cada vez es más frecuente que las personas, en algún momento de su vida, decidan hacerse una transformación en la piel. Como le pasó a Juan Felipe Urueña, un joven que por un impulso, a los 15 años se tatuó una telaraña de 17cm de largo por 13 cm de ancho en el codo del brazo derecho de color azul cielo y ahora está arrepentido.

Después de un tiempo, Juan Felipe decidió realizarse el tratamiento de remoción del tatuaje por dos razones: “La primera fue porque estaba mal hecho, cuando me di cuenta esto era demasiado tarde, el tatuador ya había terminado el proceso. La segunda es porque me quiero incorporar a la Fuerza Aérea Colombiana, y para ello no debo tener ninguna modificación en la piel, la cual se me convirtió en un tatuaje indeseado”.

Urueña asegura que “cada sección es dolorosa, porque a medida que va avanzando el procedimiento, la molestia va en aumento,  a causa de que el tatuaje va tomando un color más claro y se necesita más potencia en el láser, para que vaya fraccionando la tinta del dibujo”.

Esto se debe a que el láser produce pequeñas pulsaciones de una intensa luz que atraviesa las capas superiores de la piel, el cual se basa en la absorción del pigmento y la fragmentación del tinte a partículas más pequeñas, permitiendo al sistema inmunológico eliminarlas posteriormente.

La dermatóloga Forero explica que “es un tratamiento largo en el cual utilizamos un láser de última tecnología llamado Q Switch y se requieren de 3 a 8 sesiones según el tipo de tatuaje, las cuales deben ser  realizadas mínimo cada dos meses. Durante todo el proceso el paciente debe seguir las instrucciones del especialista que le está efectuando la remoción y evitar exposición al sol”.

La mayoría de tatuajes se pueden remover, el costo de la terapia por sesión varía según el tamaño y color de la modificación de la piel. Según Juan Felipe, el costo que tiene borrarse la telaraña es de 6 millones ochocientos mil pesos, durante ocho sesiones que deben realizarse para que desaparezca el tatuaje de su brazo, de las cuales solo lleva tres en la clínica dermatológica Dermosalud.

Añade Forero que “lo ideal antes de realizarse un tatuaje es consultar con un dermatólogo. Es importante que el paciente conozca a profundidad las implicaciones que tiene hacerse una transformación de tinta en el cuerpo. Por otra parte hay pieles sensibles que podrían reaccionar a la elaboración del tatuaje  y dejar algún tipo de cicatriz que permanecerá a pesar de remover el pigmento con láser”.