La puerta de África (II) | El Nuevo Siglo
Lunes, 12 de Marzo de 2018

Las imágenes de muchos marroquíes a las puertas del enclave español de Melilla en 2014, hacen que muchas personas perciban las relaciones entre Marruecos y Europa como la de un país de grandes olas migratorias que buscan el Continente como esperanza, reflejan una lucha de siglos entre el Sultán de Marruecos y los reyes de Francia y España desde hace más de cinco siglos.

Otra imagen para recordar, fue la de 1985, cuando el papa Juan Pablo II, se convirtió en el primer jefe de la Iglesia católica que pisaba un país islámico y visitaba a los menos de 30.000 católicos residentes en Marruecos, entrevistándose con el rey Hassan II, el cual, no sólo intervino en su calidad de jefe de Estado, sino también como autoridad religiosa, presidente de la Conferencia Islámica y por entonces presidente de la Liga Árabe. La Santa Sede y Marruecos tienen relaciones diplomáticas desde 1976 y únicamente las “suspendieron”, por así decirlo, cuando en 2006 el Embajador marroquí fue llamado a consultas a su país, luego de que Benedicto XVI en la Universidad de Ratisbona evocara el islam en un comentario que hizo tambalear el diálogo cristiano-islámico.

Es curioso, en tiempos de laicismo, que, así como la reina Isabel II es la cabeza del anglicismo, el rey Mohammed VI sea la autoridad incuestionable del islam, así como promotor de la tolerancia y la moderación religiosa.

"Cristianos y musulmanes", dijo el Papa, "tenemos muchas cosas en común. Abraham es para nosotros el mismo modelo de fe en Dios, de sumisión a su voluntad y de confianza en su bondad. El primer problema que se presenta al joven hoy es el de los valores que ha de escoger para construir su personalidad". Y agregó: "cristianos y musulmanes nos hemos comprendido mal generalmente y, a veces, en el pasado nos hemos opuesto, e incluso agotado, en polémicas y guerras".

Hoy, el rey, con los dos cargos inseparables de Jefe de Estado y “Comendador de los creyentes”, Amir al-Mouminine y, a su vez, como descendiente del profeta Mahoma, es el guardián constitucional de la tolerancia, como lo señala el artículo 41 de su carta política, no obstante la existencia de un artículo en el Código Penal, el 220, que castiga con una pena de seis meses a tres años de prisión, a quien “emplee medios de seducción con el fin de sacudir la fe de un musulmán o de convertirlo a otra religión”, algo inevitable en países con estas creencias.

Sin embargo, en noviembre 22 de 2013, el rey Mohammed VI y Barack Obama suscribieron una declaración conjunta en la cual se comprometieron a explorar más canales de cooperación, con el fin de mejorar el diálogo interreligioso en la región y, particularmente en Marruecos, reconociendo el papel del rey en términos de paz religiosa.

Marruecos, que recibe 11 millones de turistas al año, es la cuna de la universidad de Fez, por donde pasaron Averróes y Maimónides, tiene mucho para aportar a nuestra cultura.

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