Enfrentamientos en la frontera dejan 1.350 desplazados | El Nuevo Siglo
Anadolu
Jueves, 22 de Marzo de 2018
Redacción Web
Los pobladores tuvieron que huir de San Calixto y Hacarí porque quedaron en medio del fuego cruzado entre los grupos guerrilleros. 

 

Al menos 1.350 pobladores han tenido que huir por los combates que libran rebeldes del ELN y un reducto guerrillero maoísta en Norte de Santander, en el noreste de Colombia, fronterizo con Venezuela, según un informe de la ONU divulgado este jueves.

La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas en Colombia señaló que cientos de habitantes de los municipios de San Calixto y Hacarí se desplazaron hacia "espacios humanitarios de protección".

"En la vereda Mesitas - en Hacarí - se concentran alrededor de 800 personas y en las veredas Villa Nueva y La Primavera - en San Calixto - se encuentran cerca de 550 personas", precisó el informe.

Los pobladores de esta zona del Norte de Santander quedaron en medio del fuego cruzado entre la guerrilla del ELN y un reducto de la desmovilizada guerrilla maoísta Ejército Popular de Liberación (EPL), que se disputan el territorio.

Hasta el pasado jueves habían muerto seis combatientes, según el alto mando militar colombiano. 

Norte de Santander es el segundo departamento con más cultivos de hoja de coca, materia prima de la cocaína y un corredor estratégico para traficar droga hacia Europa y Estados Unidos.

Considerado la mayor secuela del prolongado conflicto armado en Colombia, el desplazamiento se ha recrudecido este año en algunos puntos del país. 

El miércoles la Defensoría del Pueblo denunció que otras 2.200 personas debieron huir a raíz de enfrentamientos que sostienen grupos armados del narcotráfico en los departamentos de Antioquia y Córdoba.

Colombia alcanzó en 2016 un acuerdo de paz con las ya disueltas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), e intenta hacer lo mismo con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la última guerrilla activa reconocida por el gobierno. 

Aunque el conflicto, que en medio siglo deja ocho millones de víctimas, entre muertos, desaparecidos y desplazados, es menos intenso ahora, todavía persiste la lucha en torno al control del narcotráfico y otras rentas ilegales como la explotación clandestina de oro.

La ONU y organizaciones de Derechos Humanos también han advertido sobre un aumento de la violencia en zonas que dejaron los rebeldes marxistas antes de convertirse en partido político.