Médicos respetables | El Nuevo Siglo
Martes, 20 de Marzo de 2018

“Generalmente los de las EPS son mediocres y ostentosos”


Por fortuna aún existen médicos respetables y dignos del juramento Hipocrático al  que se comprometieron por honor al momento de obtener su grado profesional.


No obstante, pareciera que son más los indiferentes, antipáticos y deshumanizados, que transcriben datos a un computador y ni se acomiden a examinar al paciente, tal cual sucede en las EPS.


El verdadero médico es aquel de cualidades innatas, a cuyos méritos académicos se le suman la ética, la crianza familiar recibida, y su buen trato para con las personas; además de su solidaridad con los enfermos, base fundamental para encarar la profesión como un apostolado al servicio de la comunidad.


Algo dignificante, un  compromiso a la altura de una obligación tan importante como la salud humana.


Mientras de los egresados en serie, de cualquier clase de universidad y vinculados a las EPS, mejor ni hablar.


Mediocres, ostentosos,  burocratizados, descamisados que no inspiran respeto y sin mayor relevancia.


Me ocupo de este tema en el día de hoy luego de conocer la experiencia vivida por una persona durante un tratamiento quirúrgico, de la cual podrían extractarse cosas buenas, regulares y malas, particularmente en lo concerniente a la atención prehospitalaria, de por sí deficiente; aunque la hospitalaria también deja mucho que desear incluidos los riesgos al posible contagio con una de esas bacterias de los quirófanos o de las UCI por falta de asepsia.


Aun así, y siendo objetivos,  es pertinente reconocer la atención de afamados galenos fuera serie, no de las EPS obviamente, sino particulares, de los mejores hospitales y clínicas del país, a los que por fortuna se puede recurrir a través de la medicina pepagada o cancelando particularmente sus honorarios, en un evidente contraste con la mala calidad que ofrece el sistema de "seguridad" social de nuestro país.


Gracias a lo cual, el que posea recursos tiene a la mano la forma de amortiguar esas dificultades.
Sin embargo, por tratarse de una alternativa costosa, no es viable para todos los bolsillos, teniendo la mayoría que padecer el calvario de las EPS donde el paciente está obligado a esperar hasta que "haya plataforma disponible" con el fin de asignarle una cita cinco o seis meses después, hecho que se repite con frecuencia, habiendo  enfermos que primero fallecen sin enterarse siquiera de su próxima consulta.


Mientras tanto, el descuento de su ingreso mensual es obligatoriamente riguroso, habiendo personas que aportan en algunos casos hasta más de un millón de pesos mensuales sin que nunca reciban atención a cambio.
Episodio que hoy comparto con ustedes porque se ha vuelto un gravísimo problema de salud pública nacional, sin que se haga nada por remediarlo.


"Juro por Apolo el Médico y Esculapio, por Hygeia y Panacea y por todos los dioses y diosas, poniéndolos de jueces, que éste mi juramento será cumplido hasta donde tengo poder y discernimiento."(Hipócrates de Cos, 460 a.C – 370 a.C) 
Reza el juramento Hipocrático de los médicos, el mismo que en las EPS ha pasado  a un segundo plano; pues no hay "poder, capacidad ni discernimiento", condiciones para hacer bien las cosas, mucho menos para mejorar la atención al usuario.


Solo resta esperar que las diligencias para lograr el reembolso de los gastos adicionales en los que cada quien debe incurrir para suplir las ineficiencias,  logre recuperarlos, luego de superar los inconvenientes normativos que se argumentan para negarse a reconocérselos, además de las demoras en el trámite, característicos de administraciones paquidérmicas y mañosas. 
A  lo cual, se agrega que las EPS tampoco reconocen la incapacidad médica laboral si se trata de un caso atendido a título particular, terminándose injusta e inevitablemente por afectar el patrimonio del paciente. ¡Qué horror...!