Panorama de elecciones en América Latina | El Nuevo Siglo
Domingo, 4 de Marzo de 2018
Natalia Mariño*
Costa Rica, Venezuela, Paraguay, Colombia –no es parte de este análisis- México y Brasil tienen elecciones presidenciales este 2018, en medio de una coyuntura caracterizada por la corrupción rampante y una particular inclinación política de los candidatos 

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EL PANORAMA de América Latina para el 2018 puede definirse en dos palabras: elecciones y corrupción. Costa Rica, Venezuela, Paraguay, México y Brasil elegirán este año su próximo presidente en medio de una coyuntura difícil, donde todos los países mencionados presentan casos de corrupción exacerbados e inestabilidad política. Esta situación ha generado desconcierto en la población que busca un cambio en los dirigentes que detentan el poder.

 

El primero en el calendario en ir a las urnas fue Costa Rica. El 4 de febrero se llevó a cabo la primera vuelta de los comicios presidenciales en los cuales se enfrentaron 13 candidatos pero ninguno logró el 40% requerido, de tal manera que para la segunda vuelta competirá el pastor cristiano Fabricio Alvarado del partido Restauración Nacional, un expresentador de televisión, contradictor del matrimonio homosexual y defensor de los valores tradicionales de la familia.

 

Su contrincante es Carlos Alvarado por el partido Acción Ciudadana, un aspirante de centro izquierda “representante de la renovación generacional que experimenta una de las democracias más sólidas de América Latina”, dice Álvaro Murillo en El País. Este candidato toma una postura menos radical que su contendor. A pesar de su estabilidad interna, Costa Rica se enfrenta a casos de corrupción y sobretodo a inquietantes índices de violencia.

 

Paraguay: no reelección, pero

El turno le sigue a Paraguay el 22 de abril. Como antecedente cabe resaltar que en marzo de 2017, un grupo de senadores aprobó a puerta cerrada un proyecto de ley que permite la reelección presidencial, cuando la Constitución lo prohíbe. La oposición a este proyecto liderada principalmente por el Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) y otros manifestantes que entraron al Congreso, provocaron un incendio en forma de protesta. Los candidatos a estas elecciones son Mario Abdo Benítez quien representa a la Asociación Nacional Republicana y por el otro Efraín Alegre del PLRA. La agrupación de izquierda, Frente Guasú, no pudo integrar las mesas de votación. 

 

Maduro, Falcón y un pastor

 

Posteriormente los ojos estarán puestos en Venezuela dado que el 22 de abril se realizarán las elecciones convocadas por el oficialismo, donde las garantías de transparencia electoral son cuestionadas. Según la Constitución venezolana los comicios deberían realizarse en 2019, pero el chavismo quiere adelantarlas para demostrar su “legitimidad”. Ante este panorama electoral no se vislumbra una posibilidad real de un candidato fuerte capaz de derrotar a Nicolás Maduro, pero sí existen contrincantes.

Javier Bertucci, el pastor evangélico que se postula en cabeza del partido Esperanza por el Cambio, oficializó su candidatura ante el Consejo Nacional Electoral. Le acompaña Henri Falcón, también desertor chavista que fue parte de la MUD rompiendo su postura de no participar en estos comicios. Los otros candidatos son Francisco Visconti, Luis Alejandro Ratti y Reinaldo Quijada. Se destaca de este caso, similar al costarricense, un auge importante de la iglesia evangélica en la política.

 

AMLO, y México

 

Con tres aspirantes a la presidencia, el primero de julio los mexicanos están citados para votar por el sucesor de Enrique Peña Nieto. El primero de ellos es Andrés Manuel López Obrador (AMLO) quien concentra todos los partidos de izquierda y es el candidato del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA). Puede definirse como “un nacionalista que quiere erradicar la corrupción pero que cree que Fidel Castro es un héroe, encabeza las encuestas antes de las elecciones de julio”, afirma un especial de Financial Times.

En intención de voto Obrador cuenta con un 37.4%, le sigue muy de cerca Ricardo Anaya, candidato del Partido Acción Nacional (PAN) y del Partido de Revolución Democrática (PRD), con un 37%, según el más reciente sondeo realizado por el Universal y Política en Línea. Finalmente está José Antonio Meade representando al Partido Revolucionario Institucional (PRI) con un 24.7%. Este partido se encuentra desacreditado por “sus intentos fallidos de luchar contra el crimen y la corrupción y de improvisar en la economía”, asegura The Economist.

 

Lula es de Temer

Esta sucesión de elecciones culminará el 7 de octubre en Brasil. Luiz Inácio Lula da Silva puntea como el candidato favorito en cabeza del Partido de los Trabajadores (PT). Esto representa un caso excepcional en vista que el expresidente se encuentra en un juicio político por hechos de corrupción, pero que según Datafolha, puntea con un 34% en la intención de voto. El Tribunal de Apelación ratificó su condena y la aumentó a 12 años y un mes de prisión por lavado de activos y corrupción. El exmandatario se considera inocente y tal como lo manifiesta su defensa “estas decisiones tienen motivaciones claramente políticas para sacarlo de la arena política”, dijo Cristiano Zanin Martins, abogado de Lula.

A estas alturas no se conoce cuál será el futuro de Lula en las próximas elecciones, no obstante ratificó su candidatura ante el PT. Uno de sus contrincantes es Jair Bolsonero del Partido Social Cristiano de extrema derecha que ha manifestado tener tendencias racistas y homofóbicas. Finalmente, Michel Temer, el actual presidente de Brasil ha dado indicios de presentarse para los comicios de octubre, sin embargo cuenta con bajos índices de popularidad.

 

Con este panorama planteado no se puede afirmar que haya una tendencia evidente a la derecha o izquierda en estas elecciones en América Latina. De acuerdo con Aldo Olano, profesor de la Universidad Externado de Colombia, lo que se vislumbra en gran parte de estas elecciones es “un ascenso de los partidos evangélicos en la región” que tiene su lógica en el desprestigio que tienen los partidos políticos tradicionales. Esto le permite a las iglesias cristianas influir en política por medio de los partidos, asegura Olano. Las excepciones a lo anterior son México y Paraguay, pero no se quedan atrás por encontrarse, especialmente los mexicanos, es una incertidumbre frente al nuevo rumbo que tomará su país.

Independientemente de los resultados en cada uno de los países en cuestión, hay un común denominador en los asuntos que enfrentarán los nuevos gobiernos. La corrupción, la economía, la fragmentación de los partidos tradicionales y el auge de tendencias evangélicas en la política, es el panorama actual de las elecciones que se avecinan.

Este panorama de elecciones genera expectativa para el mundo. Como lo afirma el especial de Financial Times, “Para finales de año, dos de cada tres latinoamericanos, de países que producen US$4 billones de producción económica, tendrán nuevos presidentes”. Esto reafirma que el riesgo y la incertidumbre política tienen efectos en los mercados financieros, pero especialmente genera zozobra el escenario futuro que puede derivarse del panorama actual.

 

*Profesional en Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Externado de Colombia.