Ecuatorianos eligen Lasso para el cambio | El Nuevo Siglo
Guillermo Lasso retornó la derecha al poder ecuatoriano
Foto Anadolu
Domingo, 11 de Abril de 2021
Redacción internacional

CUANDO avanzaba el escrutinio nacional sobre el 70%, el izquierdista Andrés Arauz reconoció su derrota en el balotaje presidencial de Ecuador ante su rival centroderechista Guillermo Lasso, que logró concitar el apoyo de más de medio país.

Las encuestas volvieron a equivocarse, ya que todas señalaron la última semana que habría un cerrado duelo por la presidencia de Ecuador entre el delfín de Rafael Correa, quien buscaba así retornar al poder en cuerpo ajeno y  su antípoda, el conservador Lasso.

Al cierre de esta edición, el dirigente de 65 años, quien aglutinó buena parte del anticorreísmo bajo las banderas de la derecha, obtenía el 52,51% de los apoyos con el 93,14% de la votación escrutada, según el Consejo Nacional Electoral, revirtiendo el resultado de la primera vuelta y logrando su sueño presidencial en el tercer intento (los otros fueron en 2013 y 2017).

Arauz, de 36 años captaba el 47,49% de los respaldos, mientras que el voto nulo que promovieron los indígenas -factor desequilibrante en esta elección- se situaba en un 16%, un avance notorio frente al 9,55% del primer turno.

"Quiero agradecer a los ecuatorianos que me han brindado su confianza, que han salido a votar con espíritu democrático", comenzó señalando en su discurso de victoria en el que también indicó que la jornada electoral "ha mandado un mensaje contundente: los ecuatorianos creemos en la democracia, creemos en la libertad".

Enfatizó  que "hoy es un día de celebración. La democracia ha triunfado y los ecuatorianos han optado por un nuevo rumbo, uno muy diferente al de los últimos 14 años en Ecuador", por lo que ha dado gracias "por formar parte del Ecuador del encuentro, gracias por darme la oportunidad de ser su presidente y poderlos servir".

"Desde el 24 de mayo próximo asumiremos con responsabilidad el desafío de cambiar los destinos de nuestra patria y lograr para todos un Ecuador de oportunidad y de prosperidad que anhelamos", prometió el mandatario electo.

"Desde hace años he soñado con la posibilidad de servir a los ecuatorianos para que el país progrese, para que todos podamos vivir mejor. Hoy, ustedes han resuelto que eso sea así", dijo en su fortín de Guayaquil. 

También tuvo un emotivo acápite de su intervención al agradecer a decenas a su equipo y socios políticos, entre ellos a su compañero de fórmula, "ahora vicepresidente electo de Ecuador", Alfredo Borrego, así como al exalcalde de Guayaquil Jaime Nebot, así como al partido Social Cristiano, "que han apoyado un proyecto político en beneficio del Ecuador.

Los ecuatorianos eran más que conscientes de que la presidencia se disputaba entre la izquierda y la derecha representadas por dos personajes disímiles en todo: desde la edad, el estilo y la pinta hasta el plan de gobierno.

Tras pasar al balotaje presidencial, Lasso centró su campaña en que los ecuatorianos debían escoger entre "dos modelos: volver al pasado de la violación de derechos humanos, corrupción, mal manejo de la economía" o "del futuro que conduzca a la prosperidad, a una sociedad libre, democrática y de oportunidades".

Renovación y experticia

Y, paradójicamente, Lasso encarnó ese mensaje de renovación ante un rival mucho más joven que él.

Analistas políticos aseguran que, a diferencia de la primera vuelta, para esta jornada decisiva tuvo un mayor peso la agenda política y económica de los candidatos. Y, así, por su formación y experiencia, en momentos en que el país debe enfrentar además del covid, los estragos que éste ha producido tanto en lo sanitario como en lo económico, las obligaciones contraídas con el Fondo Monetario Internacional.

El nuevo mandatario ecuatoriano anticipó que tendrá las mejores relaciones no solo con el FMI sino con todos los organismos multilaterales de crédito y que está a favor de los acuerdos de libre comercio, por lo que -dijo- de manera urgente su país será parte de la Alianza del Pacífico (Colombia, Chile, México y Perú).

Como se sabe, Ecuador pasó de desdeñar los préstamos del FMI a sobrevivir gracias a ellos, y la protesta no tardó. El país que ardió en las calles en 2019 espera ahora del mandatario electo que revise el pacto de austeridad con el ente financiero, sin hundir aún más la economía.

El país que dolarizó su economía hace dos décadas -precisamente a consecuencia de una crisis bancaria- terminó 2020 con una caída del 7,8% del PIB y aspira a retomar el rumbo con una expansión de hasta 3,5% al finalizar este año, según proyecciones oficiales.

El FMI concedió en marzo de 2019 un crédito por 4.200 millones de dólares a Ecuador, que no fue desembolsado en su totalidad porque Quito incumplió condiciones. En septiembre de 2020, en medio de la pandemia, otorgó otro por 6.500 millones, que está en vigencia.

La deuda externa pública de Ecuador, con 17,4 millones de habitantes, creció de 26.897 millones de dólares (27% del PIB) en mayo de 2017 a 45.199 millones (45% del PIB) en enero pasado, de acuerdo al Banco Central.

Además de reglas de austeridad, el FMI impuso a Ecuador más impuestos, medidas anticorrupción, el aumento del IVA y una ley que dé independencia al Banco Central. El plan apunta igualmente a que el país reduzca hasta el 57% el peso de la deuda total sobre el PIB, incluida la interna, que asciende ahora a 63.885 millones de dólares (63% del PIB).

¿Quién es?

De 65 años, este exbanquero y del Opus Dei pero ante todo anticorreísta, conquistó el poder para la derecha conservadora, el que no tenía desde 1996.

De una familia de clase media, es el último de 11 hermanos y adquirió fama como banquero, escalando hasta la presidencia del Banco de Guayaquil, uno de los más grandes del país y del que sigue siendo de los principales accionistas.

Se separó de la actividad bancaria en 2012, cuando fundó el movimiento Creando Oportunidades (CREO), que en su momento contó con el respaldo de la derecha. Sobre su pasado como banquero cabalgan sus opositores. 

Lasso, casado con María de Lourdes Alcívar con quien tiene cinco hijos y volverá a ser abuelo, por octava vez en junio,  tomará las riendas de este país de 17,4 millones de habitantes en reemplazo del impopular Lenín Moreno.

Acosado por las críticas ante la lenta vacunación contra el covid-19, el presidente también deja una economía dolarizada en números rojos: en 2020 el PIB retrocedió un 7,8% y la deuda pública total alcanzó el 63% del Producto Interno Bruto.

Araúz, listo a dialogar

Por su parte, Arauz tras admitir su derrota dijo que es hora de hacer una "reflexión honesta, una autocrítica real", si bien ha aseverado que tenía en su "mente y corazón" que ganaría para "impulsar verdaderas políticas de transformación".

"El poder no ha sido un capricho para mí, mi única intención es ser un servidor público. Seguiré sirviendo al pueblo del Ecuador, desde la trinchera que nos toque estaremos sirviendo a nuestro pueblo, construyendo programáticamente, con profundidad de ideas, formando a las siguientes generaciones", agregó.

Asimismo, ha prometido que seguirá "trabajando para hacer realidad todas mis políticas y propuestas por el bien del Ecuador y del pueblo ecuatoriano".

"Nos encontrarán listos para dialogar, conversar y trabajar", añadió el joven líder del correísmo, al tiempo que ha agregado que "en todo lo que esté en contra del beneficio de las grandes mayorías, nos encontrarán trabajando para evitarlo".