Constituyente y reforma a justicia | El Nuevo Siglo
Viernes, 6 de Abril de 2018

El debate público en Colombia ha ido perdiendo el tono y la calidad que tuvo en otras épocas. En el pasado se adelantaron célebres debates en el Congreso que transcendieron a la academia y a la opinión pública en general, como en el de la pena de muerte, el tratado Herrán-Hay, el de la función social de la propiedad en la reforma del 36, la ley agraria, la reforma del 68 y los debates de la Constituyente de 1991, entre otros.

Hoy los debates en el Congreso son más personalistas que ideológicos y el que se promueve en otros escenarios ha ido tomado ese cariz por cuenta de la pasión con que se miran temas o propuestas, particularmente si vienen de los aspirantes presidenciales.

Es lo que ocurre con la de reunir en una sola Corte la cúpula judicial, que muchos descalifican con adjetivos que no son reflexivos, sin un análisis juicioso, porque le buscan segundas intenciones. Debilitar la acción de tutela sería impensable.

Es oportuno que se promueva un debate abierto que busque identificar las fortalezas y debilidades de esa iniciativa y de las que se propongan sobre la justicia. En otros términos, que con argumentos se examine la conveniencia o inconveniencia de esta y otras propuestas en el marco de un proceso de reforma a la justicia. Lo que si es cierto es que ese esquema ha sido aplicado en otros países, como Estados Unidos, en los que esa experiencia ha sido positiva.

Con frecuencia se habla de la necesidad de reformar los órganos que tienen a su cargo la administración de justicia para fortalecerlos e implementar medidas que permitan superar las debilidades que hoy muestran. Todo ello en el marco de los fallidos intentos de reforma que se han presentado y de la crisis que han generado los episodios de corrupción últimos.

Lo cierto es que una sola Corte con salas especializadas que reúna la jurisdicción ordinaria, contenciosa y constitucional, acabaría con lo que se conoce como choque de trenes por la aplicación de la figura de la tutela contra sentencias judiciales, y podría darle mayor vigor a la jurisprudencia nacional, porque las decisiones se tomarían con el aporte de magistrados de las diferentes especialidades.

Este es un tema que se relaciona con la discusión del diseño constitucional de la estructura de administración de justicia, que se debe adelantar sin ninguna prevención. Por ello podemos decir que al debate hay que aproximarse con la mente abierta y con mucho rigor, porque sí hay necesidad de introducirle ajustes a la administración de justicia y de evaluar qué órganos o qué procedimientos no han venido funcionado bien.

Pero la reforma a la justicia y la reforma política que se reclaman con urgencia no pueden hacerse por la vía ordinaria, como ha sido demostrado con suficiencia. Hay que pensar en una Constituyente limitada porque a través del camino del referendo constitucional, que también se intentó en el primer gobierno del expresidente Uribe, tampoco se pudo.