El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, reconoció el sábado el genocidio armenio, el primer mandatario estadounidense en calificar así la muerte de un millón de armenios a manos del imperio Otomano a partir de 1915.
"Recordamos las vidas de todos los que murieron en el genocidio armenio de la era otomana y nos comprometemos nuevamente a evitar que una atrocidad semejante vuelva a ocurrir", dijo Biden en un comunicado.
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"Afirmamos la historia. No lo hacemos para culpar, sino para asegurar que lo que ocurrió no se repita nunca".
Un funcionario estadounidense reiteró que la intención no era culpar a la Turquía moderna, a la que el funcionario calificó de un "aliado clave de la OTAN".
"La intención de la declaración -la intención del presidente- es hacer esto de una manera ejemplar centrada en los méritos de los derechos humanos, y no por ninguna razón más allá de eso, incluida la de echar la culpa", dijo el funcionario a los periodistas.
Por su parte, el primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, consideró este sábado que el reconocimiento del genocidio armenio por parte del presidente estadounidense, Joe Biden, representa un "gran paso", en el 106º aniversario de la masacre entre 1915 y 1917 por el Imperio otomano.
En un mensaje en su cuenta de Facebook, Pashinyan dio las gracias a Biden "por el gran paso hacia la justicia y el inestimable apoyo a los descendientes de las víctimas del genocidio armenio".
Este reconocimiento representa "un ejemplo esperanzador para todos aquellos que solo aspiran a construir una comunidad internacional justa y tolerante", añadió.
Ereván intentó durante décadas que la masacre de 1,5 millones de armenios durante la desintegración del Imperio otomano fuera considerada como un genocidio.
Esta visión de los hechos recibió la aprobación de historiadores y de numerosos países, pero es negada por Turquía.
Cabe recordar que las autoridades armenias pidieron en repetidas ocasiones una indemnización financiera a Ankara y la devolución de propiedades a los descendentes de las víctimas del genocidio.
Turquía niega que esos hechos fueran una ejecución étnica intencionada y considera que entre 300.000 y 500.000 armenios murieron, y un numero parecido de turcos también, durante el conflicto que enfrontó a fuerzas armenias y el ejército ruso contra el ejército otomano, en plena Primera Guerra Mundial.