El Papa Francisco pidió a los diez nuevos santos de la Iglesia, que canonizó en multitudinaria ceremonia en la plaza de San Pedro, abran vías de diálogo e inspiren soluciones pacíficas en un mundo en el que aumentan "las tensiones y las guerras".
"Mientras las tensiones y las guerras aumentan tristemente en el mundo, que los nuevos santos inspiren soluciones y caminos de diálogo, especialmente en los corazones y las mentes de quienes ocupan puestos de responsabilidad y están llamados a ser protagonistas de la paz y no de la guerra", dijo el Pontífice.
Entre la decena de canonizados, estuvo la religiosa ítalo-uruguaya Francisca Rubatto (1844-1904), quien dedicó parte de su vida a ayudar a los pobres de varios países de América del Sur. Es la primera santa que tiene Uruguay.
Durante la ceremonia, la primera en tres años debido a la pandemia de coronavirus, fueron proclamados además de Rubatto otros nueve santos, entre ellos el místico francés Charles de Foucauld (1858-1916), considerado como el referente contemporáneo de la llamada 'espiritualidad del desierto' y Lázaro, conocido como Devasahayam, el primer santo laico indio que luchó por la igualdad entre las personas sin importar su proveniencia o casta.
También fueron elevados a la gloria de los altares el periodista holandés Tito Brandsma, ejecutado en el campo de exterminio nazi de Dachau en 1942, el fundador de los Padres de la Doctrina Cristiana, César de Bus; la cofundadora de las Pequeñas Hermanas de la S. Familia, María Domenica Mantovani; las religiosas francesa María Rivier y a la italiana María de Jesús; el sacerdote Luigi María Palazzolo, fundador de la Congregación de las Hermanas de los Pobres; el sacerdote Justino María Russolillo, fundador de la Sociedad de las Divinas Vocaciones; la religiosa María Francesca di Gesù Rubatto, fundadora de la escuela de las Hermanas Capuchinas de la Madre Rubatto y María di Gesù Santocanale, que fundó las Hermanas Capuchinas de la Inmaculada de Lourdes.
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"Estos santos fomentaron el crecimiento social y espiritual”, destacó el Pontífice al tiempo que rechazó la idea de la santidad como "una meta inalcanzable" o como una que es "de fotocopia".
Francisco dijo ante los 45 mil peregrinos congregados en la plaza romana que "todos estamos llamados a la Santidad, a una santidad única e irrepetible. Sí, el Señor tiene un proyecto de amor para cada uno, tiene un sueño para tu vida. Acógelo. Y llévalo adelante con alegría".
Considerado el país más laico de América Latina, Uruguay contó con una delegación formada sobre todo por religiosos, entre ellos el obispo Carlos Collazzi, expresidente de la Conferencia Episcopal del Uruguay.
La canonización de "Madre Rubatto", como solía ser llamada, será festejada en Uruguay con una misa en el santuario y el 29 de mayo será celebrado otro oficio en la Catedral de Montevideo.
Proclamada beata por el papa Juan Pablo II el 10 de octubre de 1993, le fue reconocido por la Iglesia en 2020 haber intercedido en un segundo milagro, lo que le permitió llegar a la gloria de los altares, tal como fijan las normas del Vaticano.