Comunicaciones férreas | El Nuevo Siglo
Miércoles, 2 de Mayo de 2018

“Hace 40 años teníamos trenes”

 

Hace poco tuve que viajar de Cartagena a Santa Marta y me di cuenta que para una persona sin coche, como es el caso de muchos colombianos y todos los turistas, no es nada sencillo llegar de una ciudad costera a otra, aunque su distancia sea de tan solo 240 km y por tierra apenas se demore cuatro horas. Entre las opciones que existen para recorrer este tramo se encuentran el bus o la búsqueda de un carro, bien sea de alquiler o contratado para transportarse. Lo sorprendente es que esta segunda opción puede triplicar el costo de regresar en avión desde Cartagena a Bogotá y posteriormente viajar por el mismo medio de Bogotá a Santa Marta, ya que nuestra comunicación aérea entre las ciudades de provincia es muy mala. 

Para un extranjero vivir esta situación es aterrador. Utilizando España como ejemplo, es difícil encontrar una ciudad a la que no se pueda llegar por tren, tren de alta velocidad española (AVE), bus, avión o incluso nuevas tecnologías como las que utilizan los jóvenes hoy en día de “car-sharing” como bla car y algunos otros.

Al viajar desde Granada a Sevilla quedé asombrado con la nueva línea de alta velocidad que ha sido construida para unir la ciudad andaluza de origen con un pueblo a aproximadamente 100 km de distancia: Antequera. Aunque ésta aún no ha sido finalizada, el tramo que alcancé a ver de la línea AVE consistía en un ramal interminable, una ruta con doble vía a una altura superior a los campos de olivos, como un puente, que permitiría recorrer una distancia de 420 km, de la capital del país a esta ciudad, en cerca de dos horas y media.

Pero incluso ahora, mientras entra en funcionamiento, llegar a Granada desde Madrid es sencillo. Si se opta por el tren se puede llegar a Antequera y tomar un bus de la misma empresa ferroviaria para llegar. O si se dispone de coche, las carreteras son de tal nivel que apenas se tarda tres horas y media.

Infraestructuras así tienen éxito reduciendo el tráfico en las carreteras españolas y mejorando aún más la estupenda movilidad del país. Pensaría un colombiano que para ello los impuestos que deben pagar los españoles superarían de lejos los impuestos que pagamos los colombianos. No siendo así, lo que más sorprende es que en Colombia no podamos contar aún con una infraestructura ferroviaria de este nivel; con más posibilidades para mejorar la calidad de vida de nuestros ciudadanos, disminuir el caos de tráfico que vivimos en nuestro día a día así como los costos de los fletes de carga y mantener en buen estado las carreteras del país. Lo más increíble es que hace cerca de cuarenta años en Colombia contábamos con mejores comunicaciones férreas que las que tenemos hoy en día. Basta recordar el expreso del Sol que nos comunicaba desde Bogotá a Santa Marta; o las que nos comunicaba entre Bogotá y Cali. Definitivamente avanzamos como el cangrejo; un paso adelante y dos atrás. ¡¿Hasta cuándo?!