En medio de las difíciles tratativas entre el Gobierno y el Comité Nacional del Paro con el fin de sentar las bases para un proceso de negociación que lleve al país a superar la ola de paros, vandalismo, bloqueos viales y desabastecimiento de los últimos 25 días, el alto comisionado de Paz, Miguel Ceballos, jefe de la delegación oficial en la mesa, presentó renuncia.
En carta de dimisión al presidente Iván Duque, fechada el 3 de mayo, el alto funcionario indicó que después de 33 meses en el cargo “por razones de carácter personal… renunció irrevocablemente”.
Sin embargo, en entrevista con la periodista María Isabel Rueda publicada ayer por El Tiempo, Ceballos profundizó en las razones de su paso al costado en un momento tan delicado para el país y cuando no han terminado las complicadas tratativas entre Gobierno y sindicalistas para instalar la mesa de negociación que levante el paro.
Ceballos indicó que desde diciembre pasado le había informado a Duque que dejaría el Gobierno y el 3 de mayo oficializó su dimisión a partir del 26 de este mes.
Interrogado, entonces, sobre por qué aceptó que el Presidente lo nombrara coordinador de la negociación con el Comité de Paro, Ceballos dijo que “… mi responsabilidad era apoyar al Presidente y responder a lo que él me encargaba, hasta el último día”.
Tras descartar que haya fracasado en este frente, Ceballos dijo que logró instalar la mesa, abrir el diálogo con la contraparte y valorar sus posiciones sin sacrificar los aspectos esenciales de la institucionalidad.
“Aquí no se ha dejado nada a medias. Hay que recordar que los trabajos tienen etapas, y la primera etapa fundamental era lograr lo que el Presidente me solicitó. Primero que todo, crear una agenda de conversaciones para llegar a acuerdos sobre lo fundamental; esa agenda se estructuró. Y segundo, interlocutar con el Comité Nacional del Paro para llegar a un acuerdo sobre las garantías para la protesta social pacífica, que permita la instalación de una mesa de negociación. Ya la negociación que sigue no le corresponderá al Alto Comisionado para la Paz, porque no tengo facultades; al no ser ministro de ninguna cartera no podría negociar, por lo que esa negociación ya no corresponderá a mi oficina. Por lo tanto, considero mi labor cumplida”.
Roces con Uribe
Ya en cuanto a las funciones propias de su cargo, el saliente Alto Comisionado dijo que durante 17 meses, con apoyo del Vaticano y la ONU, estuvo haciendo una verificación de la voluntad de paz del Eln “… que arrojó como resultado que ese grupo aún no tiene esa voluntad, porque no ha liberado a todos los secuestrados y sigue cometiendo actos criminales. Eso es muy claro, y ya consideraba yo que mi labor de verificar esa voluntad se había cumplido”.
Sin embargo, admitió que estaba en desacuerdo con algunas gestiones con esa guerrilla que el expresidente Álvaro Uribe hizo sin permiso ni informar a la Oficina del Alto Comisionado.
Tras señalar que el país se debatía entre dos caras de una misma moneda, Uribe y Gustavo Petro, y cada sector buscaba que esta cayera de su lado, Ceballos sostuvo que sentía que “… ambos han sido irresponsables en presionar a este Gobierno y al Congreso para que la moneda se incline más hacia su lado. Tengo muchas distancias, que conoce el país con Petro, y tengo otras muchas también con Uribe”.
Aunque reconoció que el expresidente transformó al país en un momento en que se necesitaba, Ceballos admitió que tenía una diferencia con él. “… Siento una incomodidad con el expresidente Uribe, y se refiere a algo esencial que tiene que ver con mi trabajo como Comisionado. En dos ocasiones, desafortunadamente, no fui consultado por Uribe en un par contactos que tuvieron él y representantes suyos con el Eln. Un primer contacto se produjo en un viaje a Cuba a través de uno de sus representantes, sin que yo fuese consultado; y hubo un segundo momento en el cual él se reunió en su casa, como él mismo lo ha expresado en la revista Semana, con el señor Juan Carlos Cuellar, quien es un ex combatiente del Eln que acaba de ser nombrado por nuestro Gobierno como gestor de paz…”.
Ceballos precisó que “… en esas dos ocasiones no fui consultado por Uribe. Siento que él tenía la confianza, pero, además, el deber de consultar al Alto Comisionado para la Paz sobre contactos con el Eln, y no lo hizo. Y eso, por supuesto, creó en mí una incomodidad, que aún permanece, no porque no solamente no haya sido consultado, sino porque hay el respeto a la dignidad de un cargo tan complejo como el mío, en el cual el contacto que pueda derivar en un resultado que ayude a la paz o que aleje a la paz, hace parte esencial de mis funciones”.
Ceballos puntualizó que, cuando se enteró, informó a Duque del viaje de los enviados de Uribe a Cuba y cuando el tema trascendió públicamente, el Presidente lo autorizó para contar al país que el Comisionado para la Paz no tenía conocimiento de eso.
Reacciones
Tras conocerse la decisión de Ceballos, precisamente cuando la delegación gubernamental estaba reunida ayer –por cuarta vez esta semana- con el Comité de Paro en busca de sentar las bases para arrancar la negociación del “pliego de emergencia”, hubo varias reacciones.
De un lado, el expresidente Uribe prefirió no entrar en polémicas con el saliente alto funcionario. “El doctor Miguel Ceballos es una muy buena persona, qué le voy a contestar yo que tengo tantos enemigos malas personas!”.
De otro lado, fuentes del Comité de Paro indicaron a distintos medios de prensa que esperaban que la renuncia de Ceballos no afectara el ritmo de las discusiones con el Gobierno de cara a la instalación de la mesa de negociación.
Anoche, al cierre de esta edición, el presidente Duque ni la Casa de Nariño se habían pronunciado respecto a la renuncia de Ceballos y sus señalamientos a Uribe.
Esta es la tercera renuncia que el alto Gobierno registra en el marco la ola de paros que comenzó el 28 de abril. El 3 de mayo dimitió el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, en medio de la polémica por la ya retirada reforma tributaria. Luego, el día 13, dimitió la canciller Claudia Blum y ahora el turno fue del Alto Comisionado. De igual manera, Duque designó cuatro ministros: Hacienda (José Manuel Restrepo), Cancillería (Marta Lucía Ramírez), Comercio (Ximena Lombana) y Cultura (Angélica Mayolo).