Crisis del “Aquarius”: victoria de los “duros” en Europa | El Nuevo Siglo
Foto archivo AFP
Domingo, 17 de Junio de 2018
Redacción internacional con AFP

MÁS allá de la ola de solidaridad en España, la crisis del barco humanitario "Aquarius" confirma la "victoria de los duros" en una Unión Europea (UE) que prioriza el control de sus fronteras a la acogida de migrantes, según los expertos.

"El 'Aquarius' es la ilustración de un cambio lento del paisaje político europeo sobre las cuestiones migratorias; de la victoria de las posiciones más restrictivas, de los duros", dice a la AFP Yves Pascouau, investigador en la universidad francesa de Nantes.

Lejos quedan las imágenes de solidaridad en estaciones de trenes del centro de Europa en el momento álgido de la crisis de refugiados en 2015 y los llamados a la UE por parte de la canciller alemana, Angela Merkel, a quien su política de acogida pasó factura electoral.

Desde entonces, además del conocido como grupo de Visegrado (Polonia, Rumanía, Eslovaquia y República Checa), contrario a la acogida de refugiados, el discurso antiinmigración caló en otros países como Austria e incluso Italia, en primera línea de crisis migratoria.

El flamante ministro del Interior italiano, el ultraderechista Matteo Salvini, rechazó el desembarco del barco fletado por una oenegé con 629 migrantes socorridos a bordo y clamó "VICTORIA" cuando el nuevo gobierno socialista en España se ofreció a acoger el "Aquarius".

"Las posiciones antiinmigración están ahora más extendidas. Al grupo de Visegrado, podemos agregar Austria, Italia, Dinamarca, Bélgica", agrega el experto en temas migratorios, para quien la "victoria de los duros" quedó plasmada en la cumbre de Bratislava en 2016.

Los países europeos instauraron en la capital eslovaca su hoja de ruta para dejar atrás años de crisis económica y migratoria con un nuevo impulso al bloque tras la retirada de Reino Unido en marzo de 2019, basado principalmente en la defensa y la protección de fronteras.

Protección de fronteras 

Para la investigadora del think tank español CIDOB con sede en Barcelona, Elena Sánchez Montijano, "parece claro que efectivamente se va a reforzar el papel de Frontex [Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas]".

"Algunos tendrán un discurso más o menos duro, pero en eso pueden estar de acuerdo", agrega a la AFP la investigadora, que apunta también al aumento de los acuerdos con terceros países, tanto de tránsito como de origen de los migrantes, y a una política de retorno "efectiva".

¿Y dónde queda la acogida? Como señalan los expertos, la cuestión de seguridad desplazó a la política de asilo, cuya reforma está "muerta", en palabras del responsable belga de Migración Theo Francken el 5 de junio en Luxemburgo tras una reunión con sus pares.

Desde 2015, casi 500.000 migrantes llegaron a las costas de Italia y un millón más a las de Grecia. Las reglas europeas estipulan que estos países son los encargados de gestionar las solicitudes de asilo, ya que fueron el primer territorio europeo que pisaron.

Para enfrentar la crisis migratorias, la UE adoptó excepcionalmente cuotas para repartirse hasta septiembre de 2017 los refugiados desde Italia y Grecia, pero algunos países del Este no acogieron ninguno y otros están muy por debajo de sus compromisos.

La fallida propuesta de reforma de Bulgaria, que ejerce la presidencia pro témpore de la UE, retomaba la idea de mantener cuotas de reparto de refugiados entre los países del bloque en casos excepcionales, una línea roja para muchos países entre ellos Austria.

Viena, que asume en julio la presidencia, ya advirtió que se centrará en la protección de las fronteras exteriores. Para Stefan Lehne, de la Fundación Carnegie Europe, impedir el desembargo de barcos es "poco probable" que se convierta en una política europea por estar en contra de los principios humanitarios.

 'Arma de doble filo'

El gobierno italiano, una coalición de fuerzas euroescépticas e incluso de ultraderecha, podría beneficiarse del acento puesto en la seguridad, ya que, como apunta Lehne, "avivar el miedo a la migración es un elemento central del modelo" del éxito de los "populistas".

La decisión del nuevo gobierno de España de acoger el "Aquarius" en el puerto de Valencia (este), especialmente por una "cuestión humanitaria", simboliza en este contexto que "no en todos los países de la UE el discurso antiimigración se está instalando", asegura la especialista en temas migratorios del CIDOB.

Pero Sánchez Montijano advierte que puede convertirse en "un arma de doble filo", porque la mayoría de los migrantes no lograrán una "protección internacional", reservada esencialmente en la UE a sirios, afganos e iraquíes, según cifras de 2017.

El ministro del Interior español, Fernando Grande-Marlaska, aseguró el jueves que los migrantes serán tratados "de la misma manera" que los más de 9.000 llegados desde principios de año a España por mar. En su mayoría, se les considera migrantes económicos.

Los mandatarios europeos querían confirmar su nueva política de asilo durante la cumbre europea del 28 y 29 de junio en Bruselas. Pero, además de la falta de acuerdo, la reunión está precedida por las acusaciones cruzadas entre los líderes francés e italiano.

Emmanuel Macron provocó la ira del país vecino tras acusar al gobierno de Italia de "cinismo e irresponsabilidad" por no acoger el "Aquarius" y Giuseppe Conte criticó a Francia por "mirar hacia otro lado en materia de inmigración". /