Los marginados | El Nuevo Siglo
Jueves, 14 de Junio de 2018

Ante los actuales retos sociales, el mandatario elegido está obligado a seguir orden de prioridades. Todas son igualmente exigentes e imponen entrar de lleno en cada una de las situaciones. Los marginados, se atienden con acciones, no con visitas y abrazos.

Sin discusión, la fila la encabezan entre otras, la guerra anticorrupción, ajustes en Acuerdo de Paz, justicia  a la justicia, reorganización en salud, fortalecimiento pensional, freno a tributación exagerada, mantener impulso al agro y, abrir compuertas al empleo.

De fondo y con drama de dolor en grupos familiares olvidados, los marginados, están en más del 60 por ciento del territorio del país; sin descartar que sean más, con Guaviare, Vaupés y Amazonas.

El Gobierno saliente afirma que en sus dos periodos, 5 millones de personas salieron de la pobreza. Puede ser cierto, pero los marginados siguen creciendo en ciudades y periferias. Basta ver, la cadena montañosa nororiental y, la sur, con Ciudad Bolívar en Bogotá. 

La realidad es profunda. Las cifras totales pueden caer en inexactitudes no por ineficiencia del -Dane-, sino porque llegar a los puntos del drama humanitario, es difícil por la topografía.

Por ejemplo, Timbiquí- Cauca, está en una profundidad, a menos del nivel del océano Pacífico, ligeramente salvado por un círculo boscoso, que permite respiración entre humedad y altas temperaturas, para más de 15 mil personas.

Desde el año pasado se cita a Chocó, Guajira, y Cauca con más índice de pobreza extrema, entre 56, 50 y 46 por ciento, respectivamente, incluidas comunidades indígenas, algunas desconocidas por su lenguaje, según Naciones Unidas y Organización Mundial de la Salud.

El crudo revolcón de aguas y derrumbes en  Hidroituango y cuatro poblaciones más de Antioquia, amenaza a más de 350 mil personas, además a zonas vecinas a Córdoba y Bolívar, al paso del río Cauca; todo en medio de serios interrogantes a futuro.  

El nuevo Gobierno tendrá que llenarse de razones válidas de ingeniería en el sitio y sus incidencias en la región, donde están viviendas de Cáceres, Tarazá Valdivia y Puerto Valdivia; expertos internacionales sugieren desalojo definitivo, aunque disminuya el invierno. Esa topografía no es habitable.     

El resto de marginados está en comunas de Medellín, Cali, Buenaventura y Tumaco, entre otros; y el deplorable lunar en rincones de Cartagena, con viviendas desvencijadas sobre el mar; igual Barranquilla y Santa Marta, exhibidas como botones de turismo al exterior.

La tarea de rescate y auxilio requiere organismo estatal especializado. Los menos que se espera es reubicación en lugares habitables y no tugurios, en margen de ríos y quebradas.    

Quien sea Presidente queda frente a un foco monstruoso, que reclama pilas cargadas, con fuente económica y, equipo de profesionales para gobernar.