Que Duque gobierne | El Nuevo Siglo
Jueves, 21 de Junio de 2018

El país eligió Gobierno tras una campaña que pasó a la historia con debate caliente, entre derecha e izquierda; el populismo perdió repitiendo hasta la saciedad, lo malo de la política, sin sustentar tesis nuevas. Reiteró estrategias trasnochadas por izquierdas fracasadas o cojeando, en otros países. 

Y quedó claro que un listado de 12 candidatos para primera vuelta no siempre es garantía de democracia viva, sino ganas de “vitriniar” a ver que sale para lograr figuración, en alguno de los partidos políticos, por cierto desgastados.

Eso significa quemar dinero como pólvora y perder tiempo en estamentos estatales y de Gobierno, todo para complacer, presuntas intenciones políticas bajo la sombra de partidos sin nombre.  

Duque, sin experiencia en ejercicio político o algún cargo gubernamental, dejó claro que no gobernará con retrovisor, ni junto al mentor para que lo dirija, desde las cuerdas del ring, al mejor estilo boxístico.

El país le ha creído por su moderada exposición frente a Petro y su fatigante lamento por todo; Duque trazó compromiso para ejercer la presidencia con autonomía y decisión, sin lagartería, ni paracaidistas disputando cargos en Gobierno.

Está por demostrarse ese juramento; ojalá lo cumpla en los primeros 100 días, con gobierno equilibrado en balanza justa, sin el invierno de corrupción ni mañas politiqueras, hábiles para filtrarse en todo.

El populismo ofreció cielo y tierra a pobres sin precisar el origen financiero para hacerlo, lamentándose como sacrificado; eso sembró pánico en el sector privado de la economía, como sucede en el espejo venezolano.

Desde círculos académicos de jurisprudencia y economía con experiencia surgen propuestas para que en adelante, aspirantes a la presidencia, acrediten sus hojas de vida, verificadas en el país o el exterior, si la hay en estudios profesionales.

La iniciativa profesional privada apunta a que la política en adelante despeje camino, con futuros aspirantes que propongan estrategias con esencia y contenido, sin inflar problemas, conocidos hasta la saciedad; se trata es de curar males del país, con creatividad acorde a ciencia y tecnología de este siglo.

Duque sin mucho rodaje en el ámbito partidista salvó parte su puntaje por su expresión conciliadora. Agrega preparación como economista y coordinador de programas de financiación social del BID, en Latinoamérica y Colombia.    

Al final la campaña miró hacia el firmamento, sin fanatismos ni resentimientos. Y que Duque gobierne, con gabinete integrado de su puño y letra, sin presiones ni esnobismos, para los ejes de moda que nunca faltan en el país imitador.

Duque sí tiene jefe: Son 10 millones 300 mil ciudadanos que alientan su elección, para impulsar nueva plataforma, si es que hay cambios de fondo, en la Colombia desconfiada a la renovación.