Trump y los periodistas | El Nuevo Siglo
Miércoles, 27 de Junio de 2018

Un buen periodista, aquel que cubría la noticia imparcialmente, prácticamente ya no existe. Hoy la gran mayoría presenta las noticias como si estuvieran leyendo una columna de opinión.

¿Se acabó la imparcialidad? En muchos casos, la veracidad de las supuestas noticias, analizadas a través de posiciones muy paralizadas, queda en entredicho. Esto ocurre en todo el mundo, pero hoy es especialmente cierto en Estados Unidos.

Aunque desapruebo, y en algunos casos encuentro repugnantes, muchos de los actos de Donald Trump, hay que reconocer que la mayoría de los medios, con quien Trump mantiene un fastidioso duelo desde su campaña presidencial, cubren sus actuaciones de una manera totalmente parcializada. Trata, descaradamente, de influenciar a la opinión como si la gente no tuviera criterio propio.

Un ejemplo de esto fue el reciente encuentro en Singapur de Trump y el líder coreano Kim Jong-Un, el cual fue tan manipulado por algunos medios, que daba vergüenza. Oímos a algunos periodistas criticar duramente a Trump por haberle dado la mano al líder coreano, un reconocido violador de los Derechos Humanos. Sin embargo, no recuerdo que esos mismos periodistas hubieran puesto el grito en el cielo cuando Obama se fue a Cuba a abrazar a Raúl Castro, segundón de su hermano Fidel, el criminal y mayor violador de los Derechos Humanos del Continente Americano.

No creo que estos periodistas ignoren cuantas personas fueron asesinadas, torturadas o desaparecidas, o languidecen aun en alguna cárcel cubana, simplemente por oponerse a la dictadura de los Castro, durante los últimos 58 años. También omitieron mencionar el sufrimiento del pueblo cubano, el hambre, la escasez, la constante represión y cuantos cubanos tuvieron que huir de la isla, poniendo en peligro sus vidas, aun perdiéndola en su intento por encontrar la libertad. Callar no es mentir, pero si es manipular y es mal periodismo.   

Algunos periodistas han cuestionado si es posible creer en las promesas de Kim Jong-Un de suspender el desarrollo nuclear del país. Alegan, que en dos ocasiones anteriores Corea ha incumplido su palabra. Como en toda negociación, habrá que esperar. Veremos si los firmantes de este acuerdo harán honor a sus palabras. Las cosas no suceden de la noche a la mañana.

Hasta ahora, Trump nada les ha concedido, solo apretones de mano y sonrisas. Trump fue muy claro cuando declaró que, de confirmarse el desmantelamiento nuclear propuesto, quizá USA podría suspender los juegos de guerra que se efectúan en concordancia con Corea del Sur. La palabra clave de lo dicho por Trump fue “quizá” (maybe).

Algo bien distinto se puede decir de las concesiones de Obama a Teherán, otro régimen criminal. Con poca prueba de cumplimiento de sus promesas de parar su desarrollo nucleare, Obama levantó el embargo y les envió ayuda económica. Recientemente el gobierno de Israel presentó pruebas de que Teherán sigue tan campante con su desarrollo nuclear.

Este primer encuentro entre Trump y Kim Jong-Un, desactivó una situación que ponía al mundo al borde de una confrontación nuclear. Esa era la noticia. Naturalmente se debe analizar, mas no disminuir su importancia. Pero quedó claro la vergonzosa manera como están actuando algunos periodistas con agenda propia.