En la semana que termina Gustavo Petro se estrenó como jefe de la oposición y se despachó por largo rato, no solo contra el gobierno de Juan Manuel Santos sino, muy especialmente, contra todo lo que es, hace y representa el ex presidente Álvaro Uribe Vélez. Él sabe que el ex mandatario es muy buen blanco y juega con ventaja sabiendo que no le va a responder y que en esa orilla no hay alguien más que lo pueda hacer con eficacia y contundencia.
Petro, pues, tiene las ganas, el conocimiento, la experiencia y las circunstancias para ir consolidando su liderazgo opositor y cada vez se convence más que el próximo cuatrienio bien puede ser suyo si juega bien sus fichas y sabe esperar. Con todo el cariño y el respeto que le tenemos y nos merece Martha Lucía Ramírez, a ella le va a quedar muy difícil tratar de “meter en cintura” al ex guerrillero. Esa tarea amerita un gladiador de la talla de Uribe Vélez y no estamos muy seguros de que la quiera asumir.
Con un escenario así montado Petro se va a dedicar a lo que mejor sabe hacer: oposición frontal y visceral. Para llevar a cabo esta tarea. Petro no necesita ni de bancada ni de partido. Se basta solo. Sabe además que sus adversarios actúan la mayoría de las veces como simples montoneras. Sin propósitos, sin programas y sin consignas. El humor y el estado de ánimo del caudillo es la señal de lucha. Cambio Radical y la U no tienen norte conocido. El conservatismo y el liberalismo solo obedecen a las agendas electorales de los caciques regionales. Como se ve al presidente Duque no le será fácil cuadrar tanto mico para la foto.
Un panorama proclive a la indisciplina, tanto en la bancada de gobierno como en las bancadas de la oposición. Tal es la incertidumbre que dos semanas antes de instalarse el Congreso nadie sabe quiénes serán sus mandatarios, tanto en la Cámara alta como en la baja. Y si el presidente Duque cumple su palabra de nombrar, “jóvenes técnicos” en su gabinete, esto se va a complicar aún más. No vemos por ahora, como marcharán las relaciones entre los palacios legislativos y el palacio del Ejecutivo.
El presidente Duque hará bien en descansar, pero hará mejor en diseñar pautas sólidas para apuntalar su próxima administración. En un tema ha coincidido con Petro: la lucha contra la corrupción. Y lo han hecho porque es la mejor vitrina y la que más prensa concita. Lo que no estamos muy convencidos es, si el tan cacareado referendo va a ser de alguna utilidad práctica e inmediata o se convertirá en otro saludo a la bandera. De todas maneras las predicciones petristas pueden ser la crónica de una muerte anunciada.
Adenda:
Pueda ser que el papel protagónico que espera a Martha Lucía Ramírez, sea como resultado de un sólido y desinteresado apoyo de su partido, el conservatismo. Ambas partes tienen mucho que ganar y por eso será muy aconsejable buscar una mejora en la mutua relación.