La cumbre de Helsinki fue para Putin | El Nuevo Siglo
Foto Agence France Press.
Lunes, 16 de Julio de 2018
Redacción internacional

Enchapadas en oro, las puertas del Palacio Presidencial de Helsinki, Finlandia, recordaron esa foto de Sergei Ilnitsky en la que Vladimir Putin entraba al Kremlin como un “nuevo Zar” (así lo título The Economist).

A paso firme, con mirada al piso y acompañado de su hasta ayer peor enemigo, Vladimir Putin caminó la casa del presidente finlandés como si fuera la suya. No sólo por la cercanía geográfica y cultural de este país con Rusia, sino, además, porque Donald Trump le dio todas las garantías para que así se sintiera.

La cumbre entre Trump y Putin en Helsinki fue para muchos un desborde de cordialidad del primero con el segundo, mostrando complacientes frases de amistad y duras críticas del estadounidense contra las instituciones de su país a las que tildó de “estúpidas”.

 

Dos formas

Apegado a la tradición diplomática rusa de Andrei Gromyko, Putin fue certero en sus frases y se contuvo de hacer apreciaciones por fuera de contexto, distanciándose del estilo de su homólogo. Helsinki demostró que la política exterior en Washington y Moscú hoy se entiende de maneras radicalmente distintas, aunque se diga que hay coincidencias.

Trump, al contrario, fue enfático en aclarar que los dos países podían tener relaciones amistosas y, tras dos horas de reunirse en privado con el ruso, dijo en conferencia de prensa que su relación “nunca ha sido peor de lo que es ahora. Sin embargo, eso cambió hace aproximadamente cuatro horas. Realmente lo creo”. “Muy, muy buen comienzo”, resaltó.

En una cumbre rápida y, según la palabra de ambos mandatarios, “sustancial”,  se tocaron temas como el comercio internacional y la reducción de armas nucleares tanto en sus países como en el resto de naciones.

Un día antes, mientras Putin se mojaba en Moscú premiando a los campeones del mundo, los franceses, Trump había llegado a Finlandia culpando a sus antecesores de “dejar hundir” las relaciones bilaterales hasta el peor nivel.

Este contexto previo, que despertó de inmediato la reacción de sus críticos a nivel local, hizo que el mandatario norteamericano marcara la cumbre alrededor de un tema: la no colusión de Rusia en la campaña estadounidense de 2016.

El viernes el Fiscal encargado de investigar la trama rusa, Robert Mueller, había dicho que 12 hackers rusos estaban implicados en la intercepción de los computadores del Partido Demócrata durante la campaña presidencial de 2016. La acusación fue anunciada precisamente tres días antes para que el Presidente, según algunos analistas, tuviera suficiente indicios para demostrarle a Putin que su país efectivamente había interceptado a los demócratas.

En la cumbre, sin embargo, sucedió todo lo contrario,  al menos por lo que se puede concluir después de las declaraciones a la prensa. Antes que hacer énfasis en las declaraciones de Mueller, Trump fue contundente contra las instituciones de su país. Dijo que la investigación ha sido un “desastres para nuestro país” declaración que va en la misma línea a la que dio dos días antes en la que concluyó que el FBI estaba teniendo “una cacería de brujas” contra su equipo.

A este tema, según el norteamericano, le dedicaron bastante tiempo a puerta cerrada, lo que llevó concluir que existe una negación “extremadamente fuerte y poderosa” para demostrar que no existe ningún vínculo entre el Kremlin y la intercepción a la campaña.

 

Poco sustancial

En cuanto a otros temas, la cumbre fue poco sustancial rayando con lo irrelevante. La anexión ilegal de Crimea por parte de Rusia -según el Derecho Internacional- la guerra en Siria y el acuerdo nuclear con Irán, no fueron prioritarios en la agenda de los mandatarios, pese a que en la previa existía una enorme expectativa sobre ellos.

“La postura del presidente Trump en Crimea es bien conocida y él la respalda firmemente”, dijo Putin. “Él continúa sosteniendo que fue ilegal anexarlo, nuestro punto de vista es diferente”. Ante la certeza del ruso Trump no tuvo más opciones que contenerse y suscribir sus palabras.

Como en este caso, Putin pareció sacarle ventaja al norteamericano, inexperto en este tipo de reuniones. Más de tres periodos como presidente de Rusia, además de una larga carrera como funcionario de la seguridad secreta, hacen que los encuentros bilaterales suelan inclinarse a su favor.

Aparte de los problemas con Ucrania, el mandatario ruso también hizo hincapié en las diferencias con Washington frente al acuerdo nuclear con Irán.  A diferencia de Trump que retiró hace dos meses a su país del acuerdo, el ruso aclaró que siempre ha dicho que es un “gran éxito”.

Al final de la conferencia de prensa un periodista le preguntó sobre la posible amistad con su homólogo norteamericano a lo que respondió: “¿De dónde sacaste la idea de que el presidente Trump confía en mí o que confío en él? Él defiende los intereses de los Estados Unidos de América y yo defiendo los intereses de la Federación Rusa. Tenemos intereses en común y estamos buscando puntos de contacto “.

 

Lluvia de críticas

En Estados Unidos muchos calificaron la actuación de Trump en Helsinki como “fracaso” y “traición”.  Incluso periodistas como Robin Wright, de The New Yorker, dijeron que fue peor que el encuentro entre John F. Kennedy y el primer ministro soviético Nikita Khrushchev, en 1961, desatando el desplazamiento de misiles rusos.

Según Robert Kagan, del “Council of Foreign Relations”, “Trump ha cambiado la política de cada presidente estadounidense, republicano o demócrata, desde que Estados Unidos y Rusia se convirtieron en rivales globales y potencias nucleares” y agregó que “nunca antes habíamos tenido un presidente estadounidense que compartiera los objetivos de Moscú”.

Senadores de la talla de John McCain, republicano pero en claro desacuerdo con el Presidente, comentó que “la conferencia de prensa de hoy en Helsinki ha sido uno de los desempeños más vergonzosos de un presidente estadounidense que podamos recordar”.

En palabras da McCain “ningún presidente anteriormente se ha humillado de forma más abyecta ante un tirano”. Pero al menos en las palabras de Putin y Trump “la atmósfera fue “franca” y los resultados “muy exitosos y útiles”.