“Todas las mujeres que pensamos que existe un príncipe azul, una media naranja, una persona destinada para ti, a estar contigo toda tu vida… todas somos unas tontas” es la conclusión a la que llega Catalina tras vivir una relación abusiva en Ping Pong, opera prima de la dramaturga y directora Andrea Parra de la Compañía Caso Teatro; pieza que reflexiona sobre las nociones de amor romántico y la violencia de género a través de las técnicas del teatro de los oprimidos y el teatro foro.
Ping Pong relata la relación de Catalina interpretada por la actriz Daniela Botero y su novio Jóse, interpretado por Juan Esteban Quintero; una pareja de jóvenes que buscan el “Amor Ideal”, pero lo que sería una relación perfecta se va transformando en un pequeño infierno. Los detalles de amor se convierten en control, los reclamos terminan en discusiones y poco a poco el termómetro de la violencia va subiendo.
Frases como: Esa flaca va a ser mía, ¿Para qué quieres trabajar?, Yo sería incapaz de tocarte un pelo, ¿Qué haces cuando estás sola o cuando hablas por Facebook o WhatsApp, ¿A qué hora vine a meterme con una vieja como tú ?, ¡Mira cómo te vistes! Todo lo que hago es para que estés bien, porque me preocupo por ti, porque te quiero, hacen parte del día a día de esta pareja y de muchas más, que no son capaces de reconocer la violencia en situaciones cotidianas.
“Basándonos en la escalera de la violencia, recreamos una historia sobre las pequeñas cosas que construyen una relación de pareja, que suelen pasar desapercibidas, algunas son positivas, otras no; pero sin saberlo nos llevan a eso que tanto tememos y "creemos" conocer: la violencia” afirma la directora Andrea Parra sobre el montaje. Ping Pong, además cuenta con un foro antes y después del espectáculo donde los asistentes pueden participar convirtiéndose en actores y actrices de la obra y buscar una solución para las situaciones que se plantean.
La vivencia de experiencias de agresión en los primeros noviazgos incrementa la probabilidad de involucrarse en relaciones con un patrón agresivo en el futuro, y predice la violencia en las relaciones de pareja adulta. La directora de esta puesta en escena y su equipo creativo utilizan el teatro como un arma de liberación, con el objetivo de desarrollar en los asistentes la toma de conciencia, a partir del análisis social y estructural de este problema. La condición esencial para el teatro foro, es que el espectador ha de ser el protagonista de la acción dramática y se prepare también a serlo en su propia vida.
Esta obra que estará en temporada desde mañana y hasta fin de mes en el Teatro Hombremono de Bogotá, está enfocada en la creación colectiva entre los artistas y el público, pone en escena situaciones cotidianas de opresión, sobre violencia de género y relaciones de pareja; porque la mejor estrategia para evitar fenómenos como este es enseñar a gestionar los conflictos de manera pacífica.