Retos del Ministerio de Educación | El Nuevo Siglo
Foto archivo El Nuevo Siglo
Domingo, 15 de Julio de 2018
Mario F. Hurtado
Hay unas tareas fundamentales a continuar: infraestructura, jornada única, calidad, bilingüismo, evaluación y acreditación, entre otras

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DESPUÉS de la elección de Iván Duque comenzaron las cábalas y las suposiciones sobre quién será el próximo ministro o ministra de Educación. Que como prometió que tendría un gabinete mayoritariamente femenino, iba a ser una mujer, que ideal que sea de un grupo étnico, o que represente a una región del país. Ahí viene la primera petición.  Es claro que para formar un gabinete se requiere de consensos y de acuerdos políticos, pero no se puede nombrar un Ministro de Educación sólo porque sea mujer o porque sea la cuota de una región apartada. Lo importante es que sea una persona con cercanía al sector, que entienda de educación, que no llegue con una cultura de arrasar con todo o que le superen los personalismos y el afán de protagonismo. Por eso, independiente de quién sea, hay unos temas que no se pueden dejar de lado. Si queremos una mejora en el sistema, se necesita continuar unas acciones que han sido exitosas de la administración que termina el 7 de agosto.

Jornada única

Colombia hizo grandes avances en cobertura desde la década del setenta, pero ello requirió hacinar las instituciones educativas con dos y hasta tres jornadas. Lo que hizo que se redujera la intensidad horaria. Hoy el país se encaminó en una revolución por ampliar la infraestructura educativa, con un sistema que si no se hace con una visión a largo plazo, se habría quedado en pequeños proyectos. Si el nuevo Ministerio da respaldo y continuidad a la construcción de colegios, el sueño de tener instituciones públicas con espacios dignos será real y, por fin, los jóvenes colombianos tendrán jornada educativa completa, aspecto que ayudará a combatir la deserción, mejorar la formación de calidad y  prevenir problemas sociales.

Pero la meta de la jornada única no es solo infraestructura, se requiere otro aspecto: la excelencia docente. Por eso, es necesario fortalecer  los espacios de formación y capacitación de los equipos de profesores. De igual forma, trabajar por el perfeccionamiento de la evaluación docente. El video no fue la mejor experiencia, como se expresó en su momento. Los profesores deben ser evaluados también en competencias. Un educador que no sabe argumentar o proponer, difícilmente podrá lograr desarrollar esas competencias en los estudiantes.

La calidad

Existe un prejuicio desde los gremios sindicales con la calidad, pero es necesario implementar políticas por mejorar la educación pública del país y cerrar las brechas con los colegios privados. La primera acción es implementar currículos por áreas y definir la compra de materiales de texto. En todos los estudios se demuestra que el libro es la mejor herramienta de aprendizaje que tiene el educador para enseñar. Pero no solo libros de texto, también dotación de bibliotecas, acceso a plataformas de información, compra de planes lectores y todas las estrategias encaminadas a mejorar los niveles y los hábitos de lectura.

Hay que fortalecer el Día de la Excelencia Académica (Día E) para darle un sentido en función a evaluarse y reflexionar sobre el quehacer en el aula. Mantener los incentivos docentes y los indicadores de medición como el Índice Sintético de Calidad, es clave.

Hay que fortalecer y continuar las formas de evaluación que nos acerquen a los estándares internacionales. Fue lamentable no continuar las Pruebas Saber. Las mismas deben ser censales y permanentes. Un ritmo de evaluación coherente permitirá saber si se mejora en la formación escolar. De igual forma, estructurar las pruebas a las realidades de la escuela. Hoy el Icfes tiene una confusa evaluación de Sociales, que ha convertido en competencias ciudadanas, y la Geografía y la Historia que se enseñan en las aulas no ha estado presente en la evaluación de los últimos años. Evaluar lo que se enseña, la primera tarea.

Bilingüismo

Se debe retomar la política que existió hasta hace dos años. Volver a traer voluntarios nativos, trabajar en la evaluación y formación de los docentes del área. Ampliar en la jornada única las horas para inglés y definir metas de acuerdo al marco común europeo. Todo será posible también si se define un currículo tan necesario en el área, con un programa académico por grados, como hacen los colegios privados, donde las experiencias de éxito deben ser replicables.

El PTA

El Programa Todos a Aprender (PTA) demostró que se puede motivar la formación. Los acompañantes dieron resultados valiosos, por eso se debe fortalecer su operación para que se pueda extender. Además, implementar el PTA en media y secundaria.

Frente a la educación superior

Hay cuatro tareas centrales para el nuevo Viceministro del sector. El primero, fortalecer el programa de acreditación de las universidades públicas, con el acompañamiento y las exigencias necesarias, lo que implica la gestión de recursos destinados a infraestructura y ampliación de cupos.  Segundo, trabajar en la formación docente de alta calidad y en mayor planta y menos cátedra. Tercero, trabajar en la financiación a la demanda, esto para todos aquellos que no acceden a la educación pública. Es decir, hay que fortalecer programas como Ser Pilo Paga y la Financiación Dependiente al Ingreso. Dos tareas en las que el Icetex debe demostrar su capacidad de reinvención. Por último, ya es hora de pensar en un Fondo de Financiamiento para la infraestructura de la educación superior. Una revolución en el sector sería uno de los mayores logros, claro si se hace bien.

Son muchos los retos y las tareas. El sistema educativo es complejo, en integrantes, líneas y acciones. Se necesita una persona que entienda en sector, que gestione recursos, que dé los debates necesarios en función no perder el sueño por una Colombia mejor educada. Necesitamos en educación políticas de Estado y no de gobierno.

(*) Especialista en educación. Twitter: @hurtadobeltran  La opinión del autor no refleja necesariamente la posición del medio y es responsabilidad exclusiva del que la escribe”