LA FORMACIÓN académica debe tener componentes de desarrollo humano, emocional y cognitivo, esto es aún más necesario frente a los desafíos que surgen para los estudiantes en periodo escolar, en medio de la emergencia sanitaria a causa del Covid-19. Resulta importante analizar los proyectos educativos de forma integral para promover estilos de educación que desarrollen el máximo potencial de los estudiantes, no solo en aspectos tradicionales, sino en una visión integral que promueva el bienestar dentro y fuera del aula.
Para Daniel Rivero, fundador del colegio Monte Helena resulta fundamental “escuchar a los niños cuando manifiestan que se quieren cambiar de colegio. Conocer sus motivos, sus miedos y sus expectativas, permite que los padres evalúen que no siempre el colegio donde se inicia la formación académica, es el mismo en el cual se debe finalizar”.
Los modelos educativos promovidos por Rivero destacan el respeto por el estudiante y su singularidad. “Hay que trabajar en desarrollar la autonomía, el bilingüismo, el emprendimiento a través de fortalezas, buscar excelencia académica, sin olvidar la importancia de las relaciones interpersonales y la inteligencia emocional. Temas como el manejo del bullying y discriminación entre los estudiantes deben ser tenidos en consideración como aspectos claves de evaluación por parte de padres a la hora de elegir la institución educativa para sus hijos”.
Aunque hay una tendencia creciente en encontrar opciones de innovación educativa y desarrollo humano, muchos padres siguen eligiendo colegio por tradición o relación social. Al respecto, Rivero asegura que las guías o pruebas que deberían tener los padres para saber cuál es el tipo adecuado de colegio para sus hijos, corresponde idealmente en medir la función cognitiva y capacidades intelectuales, reconociendo aspectos adicionales en los colegios, como los departamentos de orientación o Learning Center, donde se busca identificar y conocer a profundidad las características del estudiante, así como sus habilidades, pues con base en estos resultados se centra la aplicación del modelo académico adecuado, según las características individuales del estudiante.
Es por ello que Andrés Acuña, director del área de Learning Center del grupo educativo Monterrosales, sugiere tener en cuenta lo siguiente:
1. Plan de estudio: revisar que el pensum sea el adecuado y acorde con los conocimientos que va adquirir el estudiante en su proceso académico.
2. Identificar si el colegio puede brindar cierto grado de personalización en las clases: esto facilitará que en un momento determinado donde exista una dificultad en el aprendizaje, el colegio brinde oportunamente herramientas que garanticen la educación con calidad.
3. La apropiada motivación y trabajo en equipo facilita el aprendizaje: un colegio que tenga una educación basada en inteligencia emocional, proporcionará el aprendizaje significativo de nuevos conceptos en los niños y jóvenes.
4. El aprendizaje de un segundo idioma es fundamental y aún más, si se inicia en los primeros años de vida. Se debe consultar no solo si el colegio dicta materias en un segundo idioma, sino qué programas de apoyo implementa para que se consolide o facilite el aprendizaje.
5. Aunque la pandemia ha traído enormes retos emocionales para las familias, es importante indagar los valores agregados por parte de la institución, especialmente apoyos emocionales, educativos y de convivencia. Por lo tanto, resulta clave que mediante equipos interdisciplinarios los colegios puedan brindar acompañamiento sólido a los procesos educativos, que no solamente se enfoquen en la memorización de conceptos sino en un aprendizaje integral de los estudiantes.