En los estados de Minnesota, Dakota del Sur, Wyoming y Virginia ya puede votarse anticipadamente y de manera presencial para las elecciones presidenciales.
Los votantes ahora, podrán acudir a las urnas en estos cuatro estados norteamericanos. En Fairfax, Virginia, cientos de personas han hecho fila para votar.
Las autoridades locales han aseverado que nunca antes han visto una mayor participación en el primer día de votación. La mayoría de los estados estadounidenses, así como la capital, permiten el voto anticipado, ya sea de forma presencial como postal.
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En esta ocasión, el voto anticipado ha ganado adeptos a causa de la pandemia por el coronavirus y el temor de que surjan complicaciones a la hora de acudir a las urnas o hacer llegar las papeletas.
Una encuesta realizada esta semana por el diario The Washington Post indica que un 44% de la población de Wisconsin y un 39% de la de Minnesota tienen intención de votar de forma anticipada.
El presidente estadounidense, Donald Trump, ha aseverado en varias ocasiones que el voto por correo es susceptible de ser fraudulento. Está previsto que tanto el mandatario como el candidato demócrata, Joe Biden, lleven a cabo varios eventos de campaña en Minesota.
Por otra parte, los candidatos intentan ganar aceptación entre el voto latino.
Los hispanos son la primera minoría étnica de Estados Unidos y un número récord puede votar en las elecciones del 3 de noviembre, lo que los convierte en un electorado clave para las campañas del presidente republicano y su rival demócrata.
La población hispana en Estados Unidos se estima en 60,6 millones de personas, un 18% del total a julio de 2019.
México es el lugar de origen de la mayoría (61,9%). Le sigue muy de lejos Puerto Rico, un territorio estadounidense en el Caribe (9,7%, sin contar la población en la isla). En el resto, entre los de mayor porcentaje están Cuba (4%), El Salvador (3,9%) y República Dominicana (3,5%).
Los venezolanos son el grupo que más ha crecido en los últimos años entre los latinos en Estados Unidos, así como los guatemaltecos y hondureños.
Unos 32 millones de hispanos están habilitados para votar en estas elecciones. Esto los vuelve la primera minoría racial y étnica del electorado, con 13,3% del total, frente al 7,4% de 2000.
Una cuarta parte de los votantes latinos habilitados son ciudadanos naturalizados.
Cinco estados tienen la mayor cantidad de votantes hispanos: California (7,9 millones), Texas (5,6 millones), Florida (3,1 millones), Nueva York (2,0 millones) y Arizona (1,2 millones).
En Nuevo México, los latinos constituyen la mayor proporción de toda la población habilitada para votar (43%); en Florida, son el 20% del total.
En Estados Unidos, que una persona esté habilitada para votar no significa que se registre para hacerlo, para que finalmente vote. La abstención de los latinos ha sido tradicionalmente alta. En la última elección presidencial de 2016 se esperaba una participación récord, pero apenas fue del 47,6%, sin lograr superar el 48% de 2012, y por debajo del 49,9% de 2008.
Las elecciones de mitad de mandato de 2018 generaron un mayor entusiasmo entre los hispanos. Pero el temor al Covid-19 y la falta de información sobre el voto por correo pueden frenar la participación de los hispanos, según encuestas.
Como se ha informado en Estados Unidos, el Presidente y el Vicepresidente se eligen por voto indirecto. Para ganar, un candidato debe obtener al menos 270 votos del Colegio Electoral. Salvo en dos estados (Nebraska y Maine), el candidato que obtiene la mayoría de votos se queda con todos los grandes electores del estado.
Esto explica la importancia de los estados "pendulares", donde las preferencias de los votantes oscilan entre republicanos y demócratas, frente a los estados "seguros", donde un Partido suele tener una gran ventaja frente al otro.