Acelerar y estructurar un mayor ordenamiento territorial y ambiental va a ser la clave para impedir la creciente deforestación a la que está incurso el país, por culpa de la tala indiscriminada de bosques, ya sea por actividades como la minería ilegal y el mal manejo de suelos.
Así lo advierte el director del Instituto Geográfico Agustín Codazzi, IGAC, Juan Antonio Nieto, quien señala que para la recuperación de un terreno que ha sido maltratado con fuego, le esperan entre 10 y 20 años y este tiempo puede variar, a consideración de la gravedad del daño y de las técnicas utilizadas para su reestructuración.
EL NUEVO SIGLO: ¿Qué opinión le merece el hecho de que 2,4 millones de hectáreas de bosques se pierdan por deforestación?
JUAN ANTONIO NIETO: Todo lo resumimos esperando que el Gobierno nacional pueda hacer un ordenamiento ambiental y productivo. Yo creo que Colombia está en mora de tener esas figuras de ordenamiento, acorde con las necesidades que se tienen en los territorios. Esta investigación que hace el IGAC, que está plasmada en el libro de Suelos y Tierras de Colombia, esperamos que sea un instrumento de planificación para las autoridades ambientales, para los ministerios, gobernadores y alcaldes y que puedan focalizar las acciones para rescatar todas esas áreas.
Recuperación
ENS: ¿Cuánto tarda un terreno en recuperarse?
JN: Depende de la agresión, pero hoy existen técnicas que se utilizan para beneficio de las regiones en temas agroforestales. Se trata de aprovechar esas áreas boscosas deterioradas que puedan reemplazarse y generarse nuevas especies y cultivos. Estaríamos hablando entonces de años, ciertas especies demoran entre 10 y 20 años para poder crecer y recuperarse.
ENS: ¿Cómo se realizó el estudio?
JN: Lo primero que hay que decir es que se ha demorado 3 años en actualizarse y participaron más de 18 profesionales porque se están recogiendo más de 75 años de historia de suelos y tierras de Colombia. Se ha hecho una evaluación de los estudios multitemporales que el IGAC ha realizado desde 1967 hasta la fecha y que dan variaciones y estados importantes que se han registrado desde la pérdida de cobertura desde el 67 hasta el 2012 y que arroja la cifra que estamos comentando. De esta manera, se determina cómo ha sido el manejo del suelo, su tratamiento, y se determinan las cifras que hoy conoce la opinión pública.
ENS: ¿Qué inversión se efectuó para el estudio?
JN: En particular, no contratamos un grupo determinado de profesionales para que fueran a estudiar ese caso. Esto hace parte de las labores de la entidad y como tal, obedecen al día a día de los trabajadores. Tengo que decir que particularmente es un estudio propio pero nos hemos basado también en algunos datos ya existentes. Dicho así, se hace por medio de profesionales del Instituto y de recoger todas las variables que hemos hecho en todos estos años.
Llamado
ENS: ¿Cuál es el llamado que le hace al Gobierno nacional?
JN: Yo pienso que la necesidad de que todos tengan en cuenta estos instrumentos para hacer un mejor ordenamiento productivo y ambiental. No olvidemos que uno de los temas fundamentales en los acuerdos que acaban de pactarse, tiene que ver con el manejo de tierras, y esto, insisto, es un instrumento de planificación de primera mano que debe ser tenido en cuenta por los gestores públicos.
ENS: De ahora en adelante ¿cómo podríamos evitar que esto siga sucediendo?
JN: Haciendo planificación de ordenamiento territorial, ejerciendo autoridad ambiental en los lugares donde se ha registrado un mayor avance en la frontera agrícola sobre áreas de protección y esperamos que el Estado colombiano pueda ingresar a territorios donde antes no se podía ingresar por el conflicto armado.
ENS: ¿Qué sucede con las hectáreas ya deterioradas?
JN: Hay que mirar dos cosas. Esas zonas verdes que se han perdido, están conformadas por unas 62 millones de hectáreas de las 68 que hemos mencionado. Estas son primero, terrenos donde no ha habido una intervención de ninguna especie, 2,9 millones de hectáreas de bosques secundarios donde hubo tala indiscriminada y que están en vía de recuperación y 2,5 millones en proceso de tala. Esto significa que podemos recuperar algunas. Y lo podemos hacer, vía restricciones que se establezcan, pero sobre todo, vía inversión en recuperaciones.
Entre 1967 hasta 2012 ha habido periodos muy complejos. Por ejemplo en 1985, pasamos de tener un 60% de cobertura boscosa a tener 41%. Sin embargo, hemos podido aumentar al 58%. Es decir, se ha mejorado paulatinamente el porcentaje de terreno y esto se debe a acciones del Gobierno que deben ser continuadas, porque talar una hectárea de bosque es muy fácil, pero recuperarla no lo es.
ENS: ¿Cómo es el proceso de recuperación de suelos?
JN: En el caso de suelos, lo que hemos recomendado es que haya una agricultura sostenible, por ejemplo, referente a las quemas, así sean controladas y con el propósito de aprovechar el suelo que queda. Esto genera un resultado positivo e inmediato para ellos, pero solamente va a funcionar una cosecha y tendrían que moverse a otra área y eso es parte del riesgo porque se va perdiendo un tejido que tiene el suelo y es lo que permite que se acumule agua y que pueda ser nutrido el suelo. Si el suelo está quemado o averiado, no tiene posibilidad de tomar esos nutrientes que le dan vida de las aguas lluvias y permiten el control de los ecosistemas.