Los efectos de la guerra en el medio ambiente | El Nuevo Siglo
Foto Agence France Press
Domingo, 18 de Septiembre de 2016
Alvaro Sánchez

He seguido analizando algunos aspectos que se deberían de tener en cuenta en el posconflicto y me surge una especial preocupación por el tema de la reparación. En particular sería muy interesante saber a qué acuerdos se ha llegado sobre la reparación del daño ambiental por parte de la guerrilla y cómo se va a recuperar ese hábitat perdido por todos los colombianos.

Me surge esa duda por varias razones pero principalmente por un informe de la Policía Antinarcóticos del año 2014 en el que se asevera que hay veinte frentes de dicha guerrilla dedicados al negocio del narcotráfico y que en este negocio se soporta la economía de los bloques Sur, Oriental, el Comando Conjunto de Occidente y el Iván Ríos, y que con ellos se financia la estrategia militar de las Farc. Estos frentes se encuentran distribuidos por todo el país y cubren más de 50.000 hectáreas sembradas de coca en 22 departamentos del país. A lo anterior se debe sumar el hecho de que los daños ambientales producidos por estos cultivos son inconmensurables.

Pero el único problema que se ha presentado, desde el punto de vista ambiental en el conflicto, lamentablemente no es el de los cultivos de coca. Es más, quizá no sea ni siquiera el mayor de ellos. Veamos:

 

  • Derrames de hidrocarburos. La afectación al medio ambiente como consecuencia de los derrames de petróleo en las cuencas del país (más de un millón y medio de galones en el último lustro) se prolongará por periodos de decenas de años. Los problemas generados por estos atentados son varios. El primero de ellos recae directamente sobre la zona afectada, dañando vegetación y alterando el hábitat de la fauna propia. Pero el más preocupante es el producido en el agua, pues esta puede llevar la contaminación a varios sitios y se vuelve impotable, además del daño producido a la fauna acuática.

Si esta afectación se concentrara en cuerpos de agua estancados o en ciénagas, los hidrocarburos tenderían a hundirse, causando daños en el lecho del cuerpo de agua, en el cual se reproducen gran cantidad de animales. Esto sin contar con que la presencia del petróleo o de sus derivados en el agua aumentará el consumo de oxígeno, produciendo la muerte por anoxia de otras especies acuáticas. Es muy difícil explicarse cómo un tema como este no ha sido abordado.

  • La minería criminal. Desde hace algunos años se hace una distinción de fondo entre la minería ilegal, en la cual se desarrolla la labor a pequeña escala y sin licencias o en la informalidad, y la minería criminal, que consiste en una minería depredadora sin licencias, sin respeto por el ambiente ni por los sistemas de seguridad industrial en el trabajo. Incluso, en algunos casos esta última tiene algún tipo de esclavitud entre sus trabajadores.

Los mismos informes han identificado más de 6.200 sitios de la geografía nacional impactados por este cáncer absurdo. Se habla también de cerca de 100.000 hectáreas devastadas por este tipo de actividad, e igual de más de 5.000 víctimas mortales en los últimos 10 años. También se cuentan por millares los individuos afectados por enfermedades graves e incluso terminales, asociadas al fenómeno.

Se dice que más de 295 cabeceras municipales están afectadas en mayor o menor medida por la contaminación producida por esta clase de minería. Sumemos a esto los miles de hectáreas deforestadas para poder llevar a cabo labores extractivas y el hecho probado de que en 13 Parques Nacionales se ha detectado este tipo de minería.

  • Desvío de cauces. Este fenómeno se produce por tres motivos, a saber: por necesidad de agua para las labores de minería, para mejorar las condiciones de cultivos ilícitos y para facilitar  las condiciones de transporte de los productos generados. En la práctica los daños son los mismos no importa el motivo, pues se aumentan o disminuyen las velocidades de la corriente, alterando el balance hídrico de las cuencas. También se cambian las condiciones de vida de peces y otras especies acuáticas y se deteriora el normal uso de las cuencas en las zonas más bajas de los ríos, ya que, en general, se afectan  todas las condiciones asociadas a las mismas.
  • Uso indiscriminado de químicos. Aparte de los químicos utilizados en los procesos de minería criminal, también se utilizan grandes cantidades de químicos en los cultivos ilícitos y en los laboratorios de procesamiento de la droga. El asunto de fondo es que el uso de estos elementos se agrava porque, al ser un proceso ilegal, los desechos y sobrantes se retornan al medio ambiente sin control ninguno. Este problema afecta no solo los cuerpos de agua sino la capacidad de resiliencia de los bosques y de las zonas cultivables, poniendo en riesgo la salud e inclusive la seguridad alimentaria de algunas regiones.
  • Construcciones ilegales. Mientras que obras de gran importancia para el país se tardan años y años en lograr licencias ambientales, la guerrilla ha construido carreteras, represas, campamentos, diques y otras muchas obras sin ninguna contemplación con el entorno. Estas obras generan consecuencias en los ecosistemas y en el equilibrio de los mismos. Obras que después de que van perdiendo utilidad, van siendo abandonadas sin tener en cuenta ningún tipo de protocolo ambiental para su cierre.
  • Las minas antipersonas. Podemos decir que el uso de estos aparatos no implica un gran efecto en el medio ambiente. Sin embargo, es claro que muchos mamíferos terminan sus vidas en estos y que esto disminuye las posibilidades de reproducción de las especies a tasa normal, llevándolas lentamente a estar en vía de extinción. De otra parte, su uso incentiva el abandono de los campos y también disminuye las posibilidades de mantener la seguridad alimentaria.

Anotaciones finales

Está documentado que en las dos últimas décadas los movimientos al margen de la ley han sido los causantes de la deforestación de alrededor de 7’000.000 de hectáreas, si se lograra que esto parara hoy, sería un gran logro, pero habría que ver como es el compromiso de reparación de estos daños a nuestro ambiente que nos han convertido en una especie de víctimas colectivas del conflicto armado. Creo sinceramente que cualquier cosa que se haga en el postconflicto deberá contemplar una compensación y reconstrucción de nuestras riquezas naturales.

* alsanchez2006@yahoo.es @alvaro080255