Segundo editorial. Gremio ganadero pendiente de París | El Nuevo Siglo
Miércoles, 6 de Septiembre de 2017

*Tras certificación de OIE

*Lucha contra la aftosa

No son pocas las implicaciones que tendrá la defensa que el gobierno colombiano haga hoy ante los dirigentes de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), en la capital francesa, respecto a porqué es seguro restaurarle a nuestro país el estatus sanitario de nación libre de aftosa y con ciclos de  vacunación efectivos.
No hay que olvidar que tras la detección semanas atrás de tres focos aislados de la enfermedad, Colombia alertó a esa entidad internacional sobre la situación y puso bajo la lupa todas las medidas que se implementaron para controlarlos y neutralizar cualquier riesgo de contagio. La estrategia dio resultado y luego del sacrificio de más de 3.300 animales, el ICA confirmó el pasado 17 de agosto que ya no había casos activos de aftosa en el país.
Lo importante, ahora, es que la OIE certifique ese proceso sanitario y nos devuelva la calificación de nación libre de aftosa con vacunación, ya que ese es un requisito trascendental para que a las exportaciones de carne colombiana le vuelvan a abrir las puertas en distintas partes del mundo.
Aunque todavía no hay un cálculo exacto sobre las pérdidas económicas dejadas por esta corta emergencia, lo cierto es que se habla de cifras millonarias y recuperar la confianza de los compradores internacionales no es un proceso automático, a menos que medie la certificación de la OIE.
Procedimentalmente todo está listo para recibir tal certificación. La norma aplicable indica que deben pasar 28 días sin que haya un brote adicional después de la fecha en que se sacrificó la última res sospechosa de infección. Ello ya ocurrió en Colombia y de allí el optimismo gubernamental respecto a lograr el cometido hoy en París.
Sin embargo, al decir de los expertos, también deberá responderse ante esa autoridad intergubernamental de vigilancia de sanidad animal sobre los controles que se están implementando en la frontera con Venezuela, ya que se sospecha que fue por allí que ingresó el ganado infectado. Reforzar las políticas de lucha contra el contrabando de ganado en la región limítrofe es imperativo, así como los nuevos ciclos de vacunación del hato en toda esa área. Sería imperdonable una nueva emergencia.