Este martes se conmemoran, 81 años de la invasión alemana a Polonia, hecho tras el cual Francia y Gran Bretaña deciden declararle la guerra a la Alemania Nazi y se inició oficialmente, el conflicto bélico más sangriento y doloroso que ha presenciado la humanidad, la Segunda Guerra Mundial.
La operación conocida con el nombre de “Caso Blanco” culminó el 6 de octubre del mismo año cundo las últimas unidades del ejército polaco se rindieron.
La acción militar del 1 de septiembre de 1939 fue la primera de las agresiones bélicas que el Tercer Reich emprendió en el marco del conflicto y en la que ejército polaco fue derrotado fácilmente, gracias a la novedosa estrategia del ‘blitzkrieg’ (guerra relámpago), técnica basada en la aplicación rápida de la máxima potencia de fuego que se apoyaba en la velocidad de los vehículos blindados de ataque y la fuerza aérea.
Sin embargo la caída absoluta de Polonia se concretaría semanas más tarde con la invasión de la Unión Soviética, en el marco del acuerdo “Ribbentrop-Molotov” en el que ambas potencias se repartirían el país una vez iniciada la invasión por parte de las tropas de Hitler.
La invasión pretendía recuperar territorios perdidos tras la derrota alemana en la Primera Guerra Mundial, considerando que el Tratado de Versalles obligaba al país a renunciar a cualquier tipo de pretensión sobre territorios polacos.
Si bien durante varios años, países como Francia y Gran Bretaña habían cedido ante las intereses expansionistas de Hitler tras las anexiones con Austria, la ocupación de Checoslovaquia, Bohemia, Moravia y la recuperación del territorio de Memel (cedido por el Gobierno lituano), la invasión a Polonia significó la reacción aliada, que de momento, poco pudo hacer contra las decididas tropas alemanas y la potencia de ataque de los bombarderos y cazas de la Luftwaffe que ya había demostrado sus capacidades destructivas en el bombardeo de Guernica en España.
Polonia hizo frente a la invasión lo mejor que pudo, pero pronto la destrucción de las redes de comunicación dejó a decenas de unidades aisladas y sin posibilidad de coordinarse. Fue así como Nazis y soviéticos dieron por terminada la campaña de invasión en Polonia, con un balance aproximado de bajas de 66.000 y 134.000 heridos por el lado polaco y 15.000 muertos y 32.000 heridos por el lado alemán.
Rendición de Japón
Un día después, el 2 de septiembre pero de 1945 se suscribió el “Acta de Rendición Japonesa” acuerdo que formalizó el fin de la guerra.
El documento, que recoge los términos establecidos por los Estados Unidos para la rendición en la Declaración de Potsdam, fue firmado además de por los representantes de Japón y Estados Unidos, por dignatarios de China, Reino Unido y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, entre otros y se produjo tras el anuncio de rendición del Emperador Hirohito el 15 de agosto de 1945 días después de las explosiones atómicas de Hiroshima y Nagasaki.
Como se recordará la bomba nuclear que arrasó Hiroshima el 6 de agosto de ese año, causó instantáneamente la muerte de unas 70.000 personas y dejó a otras decenas de miles más con profundas heridas y secuelas en su salud. La segunda del 9 de agosto que destruyó la ciudad de Nagasaki causó la muerte inmediata de 39.000 personas y se calcula que para 1950 habían fallecido 340.000 personas a causa de los efectos de las bombas, en particular de enfermedades causadas por la exposición a la radiación ionizante.
En el acta de rendición puede leerse que “nosotros, actuando por orden y en nombre del Emperador del Japón… aceptamos los términos de la declaración expedida por los titulares de los gobiernos de los Estados Unidos, China, y la Gran Bretaña el 26 de julio de 1945 en Potsdam…(y) proclamamos la rendición incondicional de las Potencias Aliadas de Cuartel General del Imperio Japonés y de todas las fuerzas armadas japonesas y todas las fuerzas armadas bajo el control japonés donde sea que estén situadas”.
Ana Frank
Finalmente el 2 de septiembre de 1944 y también en el marco de la Segunda Guerra Mundial, la niña alemana de ascendencia judía, Annelies Marie Frank (1929–1945) fue llevada al campo de concentración de Auschwitz, precisamente en Polonia.
Ana es mundialmente famosa por el diario en el que dejó constancia de los casi dos años y medio que pasó ocultándose, con su familia y otras cuatro personas, de los nazis en Ámsterdam.
Después de ser descubiertos Ana y su familia fueron arrestada el 4 de agosto por agentes de las “Escuadras de Protección” Schutzstaffel (SS) y llevados a distintos campos de concentración de los que sólo su padre Otto, salió con vida.
Tras un tiempo en Auschwitz, Ana fue llevada al campo de Bergen-Belsen, donde murió de tifus entre febrero y marzo de 1945, unos dos meses antes de que el campo fuera liberado y a escasos 5 meses del fin de la guerra.
En momentos en los que en la pandemia ha exacerbado los sentimientos nacionalistas y los movimientos antimascarilla en Alemania enarbolan banderas y corean arengas neonazis, el recordatorio del inicio de la Segunda Guerra, la detonación de las bombas atómicas que llevaron a la rendición de Japón y la muerte de la talentosa Ana, a los 15 años de edad, sirvan para aplacar xxx y entender que la salida a la crisis económica y sanitaria generada por la pandemia sólo es posible con el concurso cooperativo de las naciones del mundo y no generando choques que sólo empeoraran la situación.
<DESTACADO> Caída absoluta de Polonia se concretaría semanas más tarde con la invasión de la Unión Soviética, en el marco del acuerdo “Ribbentrop-Molotov”.