Las cifras de contagios y fallecidos por el covid-19 siguen agravándose en Europa y obligan a países como Francia o España a imponer más medidas, como ocurre en Madrid, donde ayer se instauraron nuevas restricciones pese a la oposición de las autoridades locales.
En el Viejo Continente, donde se multiplican los rebrotes, el aumento en los nuevos casos es vertiginoso.
España, que ya suma 31.800 decesos desde el inicio de la pandemia, es hoy en día el país de la Unión Europea con la peor incidencia del virus, 284 casos por cada 100.000 habitantes, cifra que se dispara en Madrid (735 casos).
Ante esta situación epidemiológica "preocupante", el gobierno de Pedro Sánchez duras restricciones a la movilidad en Madrid, aunque las autoridades locales se oponen a ellas.
En un plazo de 48 horas, la capital de 3,2 millones de habitantes y otros municipios deberán respetar las medidas ya en vigor desde la semana pasada en algunas zonas de la región, donde los vecinos no pueden salir de sus vecindarios salvo para trabajar, ir al médico o llevar a los niños al colegio.
Pero el ejecutivo regional de Madrid estimó que el acuerdo alcanzado con las regiones autonómicas "jurídicamente no es válido", por haber sido aprobado sin unanimidad, y dijo estar estudiando opciones legales.
En Francia, también muy golpeada por la pandemia y que últimamente ha registrado hasta 16.000 nuevos contagios diarios, las autoridades sanitarias tenían previsto anunciar este jueves más restricciones, especialmente en París.
La capital francesa, registra más de 250 casos por cada 100.000 habitantes, según las autoridades.
La situación no es mucho mejor en Reino Unido, el país más enlutado de Europa con más de 42.000 decesos. Las autoridades sanitarias reconocieron que la tasa de infección "no está bajo control" y que "las cosas van por mal rumbo", en palabras del consejero científico del gobierno, Patrick Vallance.
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A nivel mundial, Estados Unidos es, con mucha diferencia, el país más con mayor número de contagios y fallecidos con 7,2 millones y 206.000 respectivamente.
En Nueva York, que en los últimos meses se había considerado un ejemplo de cómo controlar la enfermedad tras ser epicentro nacional con un récord de 23.800 muertos, las cifras epidemiológicas se dispararon estos días.
La tasa de pruebas positivas se situó durante semanas en apenas 1%, pero el martes alcanzó el 3,25%, "un motivo de inquietud real", dijo el alcalde demócrata Bill de Blasio.
Florida, que también fue foco del virus en julio y agosto, registró 175 fallecidos el miércoles, menos de una semana después de se reabriera la economía de este estado.
En América Latina, donde el nuevo coronavirus no ha dado tregua desde que irrumpió en la región, algunos países seguían flexibilizando las restricciones, para intentar relanzar economías asfixiadas por el confinamiento.
Perú anunció que reanudará el lunes los vuelos internacionales con siete países latinoamericanos (Colombia, Ecuador, Panamá, Paraguay, Uruguay, Bolivia y Chile), tras casi siete meses de cierre.
Pero los estragos de la pandemia en la economía no dejan de empeorar.
Con el coronavirus se perdieron unos 34 millones de empleos en América Latina y el Caribe, según la Organización Internacional del Trabajo, que advirtió que la reactivación económica postpandemia amplificará las desigualdades en la región.
"Los ocupados informales, mujeres, jóvenes y de menor nivel educativo son los que, en general, han experimentado con mayor intensidad la pérdida de un empleo", precisó la organización, que tiene su sede regional en Lima.
Un ejemplo de ello es Brasil, el segundo país del mundo más enlutado por el virus (más de 142.000 decesos), que registró una tasa de desempleo de 13,8% en el trimestre mayo-julio, un récord desde el inicio de la serie histórica en 2012.
En Argentina, la pobreza se elevó a 40,9% de la población en el primer semestre de este año, con un 10,5% de las personas en la indigencia, uno de los peores registros en la historia del país.