Luego de los choques sufridos este año por culpa de la pandemia generada por el coronavirus, la recuperación de la economía colombiana puede tomar entre 2 años (en la perspectiva más optimista) y 5,2 años (en la pesimista), con una extensión más probable de 3,1 años.
Así lo considera un informe del Bancolombia sobre el rumbo del país al señalar que “si comparamos estas estimaciones con la duración promedio de las recuperaciones posteriores a las crisis económicas más relevantes desde el siglo XIX (8,3 años para todos los países analizados y 10 años solo para los países emergentes), podemos concluir que la recuperación que nos espera será relativamente corta”.
Sostienen los expertos que “esto se corrobora si tenemos en cuenta que la recuperación que se presentó en nuestro país después de la recesión de finales de los noventa tardó 8 años. Sin embargo, en esta oportunidad el proceso de volver al ingreso real por habitante de 2019 puede percibirse como muy prolongado, ya que la caída de este indicador se presentó en un lapso muy corto”.
De allí que es importante visualizar que el terreno perdido en las semanas de la cuarentena más estricta tomará años en ganarse de nuevo, lo que puede resultar en una perspectiva poco halagadora. No obstante, no podemos perder de vista que la magnitud del desplome del ingreso que se presentó en el segundo trimestre de este año es tan grande que tiene muy pocos precedentes en la historia.
El aislamiento
Con el fin del aislamiento obligatorio desde principios de este mes, Colombia ha entrado de lleno en una nueva fase de coexistencia con el covid-19. Es así como a raíz del reinicio de actividades en cada vez más sectores y el levantamiento de las restricciones a la movilidad que caracterizan esta etapa, se oyen cada vez mayor número de comentarios y se muestra más evidencia a favor de la recuperación de la economía.
En efecto, si se comparan los valores más recientes de muchos indicadores líderes con las lecturas de meses anteriores, sobre todo los de abril y mayo, es evidente que ha habido secuencialmente un mejor desempeño. Incluso, en algunos registros de ventas al por menor se han visto este mes variaciones interanuales positivas por primera vez en los últimos 6 meses.
Sin embargo, pese a este cambio de tendencia, es claro que el estado actual de nuestra economía diste mucho del que vivíamos antes del inicio de la pandemia. Por eso, nos parece interesante analizar en mayor detalle qué implica, en las actuales circunstancias, el término de recuperación económica. “Para tal efecto, tomamos como referencia la definición moderna formulada por Carmen Reinhart y Keneth Rogoff.
De acuerdo con estos autores, la recuperación se produce cuando el ingreso real por habitante alcanza de nuevo los niveles vigentes antes de la crisis por la que se ha atravesado. Esta forma de caracterizar la recuperación implica que una crisis solo puede considerarse superada cuando los ciudadanos consiguen retornar a su estándar de vida previo”, aseguran los analistas.
Contracción
Indican que “es así como la contracción de 9,1% del ingreso real per cápita que calculamos se ha presentado durante esta crisis no solo resulta mucho más pronunciada que el 5,2% de la recesión de 1999, sino que incluso supera la mediana de las crisis analizadas por Reinhart y Rogoff, la cual es de 8,8%”.
Manifiestan que “podemos concluir que, pese a que recibimos de manera positiva las señales más prometedoras de los indicadores anticipados de actividad de las últimas semanas, no podemos pensar que la recuperación de la economía se limita al momento en el que se constata que lo peor ha quedado atrás”.
Al contrario, la historia nos demuestra que las recuperaciones son procesos prolongados, compuestos por múltiples fases y en los que se requiere acumular una tendencia consistente de dinamización de la actividad productiva, la cual logre impactar de manera positiva la senda de ingreso por habitante.
De este modo, las reaperturas que estamos implementando ahora y que han generado unos brotes de esperanza deben ser interpretadas como los primeros pasos de un camino que hasta ahora empezamos a recorrer y que tendrá altibajos, pero que eventualmente nos llevará a equiparar y luego superar el estándar de vida que teníamos antes de los primeros contagios de coronavirus.
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Buen septiembre
De otro lado, un informe reciente de la misma entidad, asegura que el mes de septiembre fue el de mejor desempeño económico desde que inició la pandemia del coronavirus, en marzo pasado. Así lo corrobora el más reciente informe del equipo de Investigaciones Económicas de Bancolombia, que evidenció un alza en el consumo de los colombianos, a partir de la medición y análisis de las transacciones de los tarjetahabientes en los establecimientos comerciales físicos y no presenciales.
“Con base en los datos de los tarjetahabientes Bancolombia, estimamos que el mes pasado las ventas al por menor fueron un 89% de lo observado en diciembre de 2020, el nivel más alto de la pandemia”, señala el informe.
El análisis confirma que el fin del aislamiento obligatorio ha implicado la reapertura de más sectores productivos y el incremento en los niveles de movilidad a lo largo del país, lo cual ha llevado a que la tendencia de gasto de los hogares repunte.
“Destacamos la mejora mensual superior al 70% en los rubros de comida y restaurantes, entretenimiento y belleza, que han sido grandes afectados por las restricciones sanitarias”, dice Bancolombia.
Otros rubros de buena dinámica reciente, y que evidencian una mayor disposición a la adquisición de bienes durables por parte de los consumidores, son vehículos y tecnología, con crecimientos mensuales de 47% y 34%.
Por su parte, los grupos de tecnología, hogar y mercado han sido los grandes ganadores de los últimos meses, ya que presentan ventas que superan en 20% lo observado en el mundo “precovid”.
A pesar de estas buenas señales, los resultados de octubre ponen de manifiesto que Colombia, al igual que otros países que han dejado atrás las cuarentenas, están inmersos en la realidad de la “economía del 90%” planteada por la revista The Economist.
Los sectores
Carlos León, director del programa de Contaduría Pública de la Fundación Universitaria San Martín (FUSM), considera que todos los sectores económicos son importantes para una recuperación económica.
“Se necesitan medidas políticas integrales a gran escala, que se centren en cuatro pilares: apoyar las empresas, el empleo y los ingresos; estimular la economía y el empleo; proteger a los trabajadores en el lugar de trabajo, y utilizar el diálogo social entre el gobierno, los trabajadores y los empleadores para lograr una solución”, destacó el director de Contaduría Pública de la FUSM.
RECUADRO
El aporte de la tecnología
A medida que avanza la tecnología, la globalización ha reducido la brecha cultural con el fin de que mejoren las finanzas y los negocios. De esta manera, los empresarios utilizan nuevas herramientas digitales fáciles de usar para promover el desarrollo empresarial y atraer nuevos clientes que se han mudado de locales, nacionales e internacionales.
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En este caso, la aparición de las TIC (Tecnología de la Información y la Comunicación) también ha convertido a la tienda en una vitrina digital, y el vendedor apostó a que él es el productor, gerente y anunciante de su propia marca. Actualmente, el local o la oficina se pueden potenciar simplemente con un teléfono móvil, que puede proporcionar fácilmente servicios a clientes de todo el mundo. Con la ayuda de plataformas como Facebook, Twitter, WhatsApp e incluso páginas de ventas en línea, la comunicación se vuelve eficiente.
De esta manera, la tecnología y el espíritu empresarial invitan conjuntamente a los empresarios a desarrollar procesos creativos e innovadores, lo que les permite mejorar, reducir costos y optimizar recursos. Sin embargo, es importante que se realice un ejercicio de acompañamiento y muy juicioso desde MinTIC para que este desborde no genere descontrol y posibles de riesgos de ciberseguridad.