Hoja de ruta para liberarse del estrés con ayuda del optimismo | El Nuevo Siglo
Aprendiendo técnicas de respiración, haciendo ejercicio y controlando los pensamientos negativos logrará estabilidad emocional y una vida saludable.
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Domingo, 11 de Octubre de 2020
Redacción Cultura

Luego de seis meses desde el inició de la pandemia, muchos colombianos aún sienten incertidumbre frente a lo que vendrá, lo que ha producido un estado de estrés en la mayoría de ellos, que en ocasiones es incontrolable; pero, ¿el pensamiento positivo ayuda a controlar el estrés y puede mejorar la salud? Practicando algunas de las recomendaciones dadas a continuación por los especialistas de Mayo Clinic, puede llegar a superar ese “diálogo interior negativo”.

¿Ve el vaso medio lleno o medio vacío? Su respuesta a esta típica y conocida pregunta sobre el pensamiento positivo refleja su perspectiva ante la vida, su actitud hacia sí mismo y su optimismo o pesimismo, que también puede afectar su salud.

De hecho, algunos estudios muestran que los rasgos de personalidad, como el optimismo y el pesimismo, afectan muchas áreas de la salud y el bienestar. El pensamiento positivo, que normalmente aparece con el optimismo, es parte fundamental del control eficaz del estrés el cual, a su vez, se relaciona con muchas ventajas para la salud. Si usted tiende hacia el negativismo, no se desespere porque puede aprender a pensar positivamente.



Diálogo interior

Pensar positivamente no significa “enterrar la cabeza como el avestruz” e ignorar las situaciones poco placenteras de la vida. El pensamiento positivo simplemente significa enfrentar lo desagradable de forma más productiva. Es decir, hay que pensar que va a ocurrir lo mejor, no lo peor.

El pensamiento positivo suele empezar con ese diálogo interior que mantenemos con nosotros mismos, que es aquel raudal interminable de pensamientos que, si bien, no se expresan verbalmente, fluyen velozmente por la cabeza. Esos pensamientos automáticos pueden ser positivos o negativos. Parte del diálogo con uno mismo proviene de la lógica y la razón; pero, otra parte surge de conceptos erróneos que creamos por falta de información.

Cuando los pensamientos que corren por la cabeza son mayoritariamente negativos, es más probable que la perspectiva ante la vida sea pesimista. En cambio, cuando los pensamientos son mayoritariamente positivos, posiblemente se trate de una persona que pone en práctica otro tipo de ideas que le aportarán a su vida y salud.

Ventajas en la salud

Los investigadores continúan explorando los efectos del pensamiento positivo y del optimismo sobre la salud, por lo que entre ellos incluyen:

  • Mayor tiempo de vida
  • Menores tasas de depresión
  • Menor nivel de sufrimiento
  • Mayor resistencia al resfriado común
  • Más bienestar psicológico y físico
  • Mejor salud cardiovascular y menor riesgo de morir a consecuencia de una enfermedad cardiovascular
  • Más capacidad de afrontar situaciones difíciles y momentos de estrés

Se cree también que la gente optimista tiende a llevar un estilo de vida más saludable, porque hace más actividad física, se alimenta sano y no fuma, ni bebe alcohol en exceso.

Identifique pensamientos negativos

¿No está seguro de si sus diálogos interiores son positivos o negativos? A continuación mencionamos algunos tipos de diálogos negativos frecuentes con uno mismo:

  • Filtración: ocurre cuando se amplifican los aspectos negativos de una situación y se filtran todos los positivos. Por ejemplo, hoy fue un día estupendo en el trabajo porque terminó todo antes de tiempo y recibió elogios por un trabajo realizado con celeridad y prolijidad, pero esa noche se enfoca solamente en su plan de hacer más trabajos y olvida los elogios recibidos.
  • Personalización: la personalización se da cuando algo malo ocurre y usted automáticamente se echa la culpa. Esto puede suceder cuando al enterarse de que se canceló la velada con los amigos, supone que el cambio de planes se debe a que nadie quiere estar con usted.
  • ‘Catastrofización’: ocurre cuando uno anticipa automáticamente lo peor. Por ejemplo, el pedido de café que hizo en la ventanilla de servicio al automóvil tuvo errores y, automáticamente, usted piensa que el resto del día será un desastre.
  • Polarización: este sentimiento surge cuando las cosas se ven solamente como buenas o malas, sin que exista nada de por medio, por lo que la persona cree que debe ser perfecta porque, de lo contrario, sería un fracaso.

Enfocarse en lo positivo

Es factible aprender a cambiar el pensamiento negativo por el positivo. El proceso es simple, pero requiere de tiempo y práctica porque, después de todo, hay que desarrollar un nuevo hábito. Estas podrían ser algunas maneras de pensar y actuar de forma más optimista:



 

  • Identifique las áreas que necesitan cambios: si desea ser más optimista y atraer pensamientos positivos, primero, identifique las áreas de su vida en las que suele pensar de forma negativa, sea en el trabajo, en sus desplazamientos diarios o en una relación. Empiece con poco y concéntrese en una sola área para abordarla de manera positiva.
  • Contrólese a sí mismo: durante todo el día, deténgase periódicamente y evalúe lo que está pensando. Si descubre que sus pensamientos son principalmente negativos, intente encontrar una manera de virarlos y convertirlos en positivos.
  • Mantenga el sentido del humor. Autorícese a sonreír y reír, especialmente, en momentos difíciles. Encuentre el humor en los sucesos diarios, porque cuando uno puede reírse de la vida, disminuye el estrés.
  • Lleve un estilo de vida sano. Tenga como objetivo hacer ejercicio durante 30 minutos la mayoría de los días de la semana. También, puede dividirlo en periodos de 10 minutos, distribuidos durante el día. El ejercicio influye positivamente sobre el estado de ánimo y reduce el estrés. Aliméntese sano para nutrir su mente y cuerpo. Además, aprenda técnicas para controlar el estrés.
  • Rodéese de gente optimista: asegúrese de que las personas que forman parte de su vida sean positivas, sepan apoyar, a la vez que estén dispuestas a dar consejos y recomendaciones útiles. La gente negativa aumenta el nivel de estrés y nos hace dudar de nuestra propia capacidad de controlar sanamente el estrés.
  • Empiece con una regla simple: no se diga nada que no se lo diría a otra persona. Sea gentil consigo mismo y motívese. Si entra en su mente un pensamiento negativo, evalúelo de forma racional y reaccione afirmando lo que usted tiene de bueno. Piense en todo aquello que forma parte de su vida y que le hace sentirse agradecido.

Si su tendencia es hacia perspectivas negativas, no crea que va a convertirse en optimista de un día para el otro, pero practique hasta que finalmente su diálogo interior sea menos autocrítico y usted se acepte más a sí mismo. También, puede volverse menos crítico con el mundo que le rodea.

Cuando el estado de ánimo suele ser optimista, mayor es la probabilidad de manejar el estrés cotidiano de manera constructiva y esa capacidad es lo que puede contribuir a los beneficios de salud ampliamente observados en quienes tienen pensamientos positivos.