Reducir los costos que implica la propagación de la pandemia por el Covid-19, pidió el Banco Mundial (BM) a América Latina y el Caribe que es la región más castigada, lo que pone de relieve la necesidad de proteger a la población mientras se recupera el rumbo de crecimiento.
Indica el organismo multilateral que “se necesitará una combinación de medidas de salud pública y gestión económica, de acuerdo con un nuevo informe del Banco Mundial”.
Señala en un informe, que “las economías de la región se ven afectadas por una caída en la demanda externa, una mayor incertidumbre económica, un colapso del turismo y las consecuencias de meses de confinamiento con el fin de contener la propagación de la enfermedad. Con una pandemia que se prevé continúe por un tiempo prolongado, los sistemas de salud deberían contemplar reformas tendientes a mejorar la efectividad y reducir los costos que deben asumir gobiernos e individuos”.
Estos argumentos están recomendados en el informe “El costo de mantenerse sano”. Asimismo, los gobiernos deberán hallar la manera de retomar la consolidación fiscal luego de un periodo de gasto elevado en estímulos económicos y transferencias sociales de emergencia, indica el informe.
“Nuestra región soporta el peor impacto económico y en salud debido al Covid-19 de todo el mundo, algo que exige mayor claridad respecto a cómo combatir la pandemia y recuperar el rumbo económico de cara a una rápida recuperación”, dijo Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial (BM) para la región de América Latina y el Caribe.
Crecimiento
Debido a la pandemia, se prevé que el Producto Interno Bruto (PIB) en la región de América Latina y el Caribe (excepto Venezuela) retroceda un 7,9% en 2020. Se espera un crecimiento de 4% para 2021.
Esta crisis llega tras años de lento crecimiento económico y escaso progreso en términos de indicadores sociales, e inmediatamente después de una ola de disturbios sociales en muchos países de la región. Además, el impacto de las medidas de confinamiento recayó desproporcionadamente en hogares con trabajos informales. Esto reafirma la necesidad de políticas que apunten a promover la formalización, aunque sin penalizar la tan necesaria creación de empleo. Mientras tanto, la existencia de registros sociales detallados ayudaría a que las transferencias en efectivo llegasen a un número mayor de personas que viven al día.
Se prevé que el Producto Interno Bruto (PIB) en la región de América Latina y el Caribe (excepto Venezuela) retroceda un 7,9% en 2020.
A pesar de las perspectivas negativas, existen señales de que el impacto podría ser menos grave de lo que inicialmente se temía. El comercio mundial de bienes regresa a niveles anteriores a la crisis y los precios de las materias primas se han mantenido relativamente bien. Luego de una caída inicial abrupta, las remesas en general son mayores que hace un año. Y son pocos los países que no pueden acceder a los mercados financieros internacionales. Las políticas económicas deberían apuntar a aprovechar estas oportunidades.
Fue muy importante que los paquetes de estímulo llevados a cabo por distintos gobiernos fueran en general robustos, a pesar de las restricciones fiscales, y que buena parte de los recursos adicionales fueran a transferencias sociales. El efecto multiplicador de estas transferencias sobre la actividad económica es significativo.
En la forma que la entidad ha apoya a las economías, señala que “el Grupo Banco Mundial, una de las principales fuentes de financiamiento y conocimientos para los países en desarrollo, está adoptando medidas rápidas y de amplio alcance a fin de ayudar a esos países a fortalecer su respuesta frente a la pandemia. En tal sentido, respalda intervenciones de salud pública, trabaja para garantizar el suministro de insumos y equipos clave, y ayuda al sector privado a continuar sus operaciones y preservar el empleo. Destinará hasta US$160.000 millones en un plazo de 15 meses como apoyo financiero para ayudar a más de 100 países a proteger a los sectores pobres y vulnerables, apoyar a las empresas e impulsar la recuperación económica. Dicho monto incluye US$50.000 millones correspondientes a nuevos recursos de la Asociación Internacional de Fomento que se ofrecerán mediante donaciones y préstamos en condiciones muy favorables”.
Además, el impacto de las medidas de confinamiento recayó desproporcionadamente en hogares con trabajos informales. Esto reafirma la necesidad de políticas que apunten a promover la formalización.
Sostiene el organismo que “los gobiernos deben proteger a los más vulnerables mientras adecúan las normas sanitarias y de seguridad en todos los sectores y actividades, en especial el de la educación, para que la probabilidad de contagio siga siendo baja mientras la vida continúa”, dijo Martín Rama, economista en jefe del BM para la región de América Latina y el Caribe. “Garantizar un acceso amplio y asequible a la atención médica es fundamental para enfrentar este desafío”, dijo.