Ampliando la propuesta del referendo de tres a seis puntos, incluyendo la derogatoria de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), el expresidente Álvaro Uribe dio este lunes su primera declaración luego que el sábado le fuera concedida la libertad por una jueza de garantías.
Tal como anticipó el lunes mismo EL NUEVO SIGLO, Uribe mencionó el eslogan “Ojo con el 22”, en referencia a las elecciones presidenciales de 2022, proclamando: “Por la defensa de la libertad y la democracia, hasta el final”.
Referendo
En medio de las que llamó “algunas reflexiones sobre el presente y el futuro de Colombia”, Uribe señaló: “Pensemos además en un referendo que disminuya el Congreso y la burocracia, adopte una norma vértice para la cúpula de la justicia, garantice ingreso solidario a los más pobres, y confirme el decomiso de la droga sin criminalizar al consumidor. Que derogue la JEP y confiera garantías a los integrantes de las Fuerzas Armadas, también a los desmovilizados de buena fe”.
En otras palabras, al referendo que planteó originalmente sobre tres temas (Congreso, reforma judicial e ingreso solidario) le añadió otros tres puntos: derogar la JEP, decomiso de la dosis mínima y garantías para uniformados y guerrilleros desmovilizados.
Respecto de la JEP, el expresidente reiteró sus cuestionamientos, señalando que “he meditado mucho sobre las consecuencias del sistema judicial que heredamos del gobierno anterior. Ese conjunto normativo vinculado a la JEP, consagró impunidad total a atrocidades como el secuestro y violación de menores. La verdad se ha convertido en una premeditación para negar o editar los hechos de acuerdo con el interés político”.
Para Uribe, “las víctimas siguen burladas y parece que su único camino sea mendigar unos recursos del Estado. Debemos insistir en la derogatoria de la JEP y en la reforma de los acuerdos de La Habana, salvando el respeto y apoyo a los reinsertados de buena fe. Sin estas reformas será más difícil lograr acuerdos con otras agrupaciones criminales como el Eln”.
Ojo con el 2022
En su declaración, Uribe hizo una defensa de la gestión de su partido en la dirección del Estado, anotando que “con ejemplar dedicación presidencial, durante la pandemia, nuestro sistema de salud se ha dotado mejor y los actores han respondido con mayor presteza en la prevención y atención a los ciudadanos”.
Puntualizó también que “el cumplimiento de los apoyos económicos y sociales deberá generar alivios en el afectado tejido social. El Gobierno mantiene la apuesta educativa con becas, ayudas sociales y los progresos en conectividad. Si sumamos los proyectos de reforma al Contrato de Aprendizaje y de cobertura de la alimentación escolar durante todo el año lectivo, podremos enfrentar la deserción escolar y universitaria, agravada por la crisis”.
Uribe mencionó el eslogan “Ojo con el 22”, en referencia a las elecciones presidenciales de 2022, proclamando: “Por la defensa de la libertad y la democracia, hasta el final”.
Además, sostuvo que “la reducción razonable de los impuestos y la confianza mostraron una gran recuperación económica hasta marzo. Esperamos que con el mismo tino conductor se pueda recuperar la caída por la pandemia. El progreso en infraestructura nos permite pensar en un país cada vez más conectado. La expansión de energías alternativas es formidable. Confiamos que se pueda cumplir la meta de arborización y se ponga en marcha el programa de guardianes ambientales”.
“Insistiremos”, dijo, “a través de los compañeros del Centro Democrático y de otros partidos, en puntos de agenda legislativa que incluyen la reducción de la jornada de trabajo y el bono solidario para los niños de hogares de menores ingresos”.
Esta gestión del Gobierno la contrapuso el expresidente Uribe a las amenazas que, desde su punto de vista, afronta Colombia y que se deben conjurar en las elecciones presidenciales de 2022.
Así, por ejemplo manifestó que “la derrota de la impunidad y del narcoterrorismo, que son parteras de violencias que nos afectan, también constituye premisa para una mayor eficacia del principio de Seguridad con Legalidad, que guía al presidente Duque”.
“No podemos permitir que el narco terrorismo y el proyecto socialista anulen las capacidades colombianas”, expresó.
Propuso avanzar “en iniciativas de progreso social y económico que sean la alternativa al riesgo socialista, que pretende replicar el fracaso de Venezuela y Nicaragua y que tiende mantos de incertidumbre sobre otros países de la región”.
“A las confiscaciones del socialismo, a sus impuestos y restricciones asfixiantes, que inhiben la creatividad, opongámonos con más seguridad, más empresas que ofrezcan más oportunidades, más cohesión social, más educación, más emprendimiento y más remuneración”, expuso, agregando que “al odio de clases del socialismo opongamos nuestra convicción de economía fraterna”.
Proceso judicial
El expresidente Uribe también le dedicó una parte de su declaración a hacer “algunos comentarios sobre el proceso”.
Tras apuntar que “me gradué en la Universidad de Antioquia con un profundo respeto por todos los jueces y magistrados de Colombia”, advirtió que “infortunadamente los hechos me han obligado a hacer referencias particulares, excepcionales y negativas a unos pocos de ellos”.
Al referendo que planteó originalmente sobre tres temas Uribe le añadió otros tres puntos: derogar la JEP, decomiso de la dosis mínima y garantías para uniformados y guerrilleros desmovilizados.
“Mi familia y yo hemos sido objeto del mayor escrutinio periodístico, político y judicial. Varios compañeros y colaboradores han sufrido la más temible persecución. Ha parecido normal que se sobornen testigos para acusarnos, y anormal mi defensa vertical y en el marco de la ley”, reseñó, para luego aseverar que “estoy en un proceso que empezó secretamente, en plena campaña electoral. Interceptaron ilegalmente 22.000 comunicaciones de mi celular. No existe una sola palabra mía que viole el Código Penal. Basta adentrarse en el expediente que periodistas, gracias a sus libertades, han publicado en su completa extensión”.
Recordó que, refiriéndose al togado José Luis Barceló, integrante de la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia, “en aquella campaña de 2018, tanto el magistrado que instruía el proceso secreto, como el gobierno de la época, difundían que yo sería encarcelado”.
“Mi defensa no pudo contra interrogar al mal llamado testigo estrella”, es decir el supuesto paramilitar Juan Guillermo Monsalve, hijo del mayordomo de la fina Guacharacas, propiedad de la familia Uribe, quien, rememoró el exmandatario, fue “capturado durante mi administración presidencial y condenado por secuestro extorsivo. Ese testigo terminó siendo sorpresivamente dueño, desde la cárcel, de la mitad de una finca cafetera de valor superior a $500 millones”.
Sin mencionar tampoco su nombre, Uribe hizo alusión al senador Iván Cepeda, del Polo Democrático, quien, indicó, “visitó durante 11 veces a ese testigo y ha donado grandes sumas de dinero a una ONG política”, el Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes del Estado (Movice). “Esta organización ha pagado dinero a la familia del testigo”, refirió Uribe.
“El senador que me acusa, supuesta víctima, ha sido constante visitante de cárceles en el país y en el extranjero para ofrecer beneficios a cambio de lograr declaraciones en contra de mi familia y de mi persona”, declaró Uribe.
Haciendo referencia al exfiscal Eduardo Montealegre y al exvicefiscal Fernando Perdomo, “supuestas víctimas”, el expresidente Uribe comentó cómo “han ratificado que dirigieron la Fiscalía con rabia contra mis compañeros de acción política, mi familia y mi persona”.
De otra parte, contó que “sigo sin saber qué pensar del magistrado ponente de mi detención”, es decir de César Augusto Reyes, de la Sala Especial de Instrucción de la Corte, de quien subrayó que “sorprende que no hubiera manifestado sus múltiples vínculos contractuales con el proceso de La Habana, del cual yo era público antagonista. El magistrado aduce un contacto directo mío, que nunca ha existido, con un testigo en el extranjero, extraditado por mi gobierno, visitado por el senador”.
Agregó: “El testigo, la investigadora que le recibió la declaración no fueron escuchados por el magistrado, tampoco quien me contó sobre la visita del senador. El magistrado me atribuye una carta para presionar al testigo estrella. El doctor Lombana preparaba era una respuesta en mi nombre a un incidente de desacato de una tutela que perdí”.
Uribe también le dedicó una parte de su declaración a hacer “algunos comentarios sobre el proceso”. “Mi familia y yo hemos sido objeto del mayor escrutinio periodístico, político y judicial. Varios compañeros y colaboradores han sufrido la más temible persecución”
“Me señalan de determinador de soborno de testigos y de cómplice al representante Álvaro Hernán Prada, quien por teléfono me dijo que lo habían abordado porque el testigo quería rectificar la mentira contra mi hermano y mi persona. Le respondí que ‘que diga la verdad’, lo cual nunca se dio”, observó, añadiendo que “consideraron mi temperamento para encarcelarme. Claro, mi temperamento controversial, altivo, con el cual he trabajado por Colombia, con amor”.
Finalmente afirmó que “deseo que el doctor Diego Cadena, las personas investigadas en el Consejo de la Judicatura y los testigos compulsados, intimidados porque confirmaron mis denuncias, puedan aclarar y superar las dificultades”.