La existencia de una "guerra mundial para destruir el matrimonio" que no se hace con armas sino "con ideas", denuncio el Papa Francisco hoy en Georgia, durante una reunión con seminaristas, religiosos y fieles católicos en la iglesia de la Inmaculada en Tiflis.
"Existe una guerra mundial para destruir el matrimonio. Pero no con las armas, con la ideas, hay colonizaciones ideológicas que destruyen", dijo. Y añadió: "El gran enemigo del matrimonio es la ideología de género".
En su intervención ante esta comunidad en el segundo y último día de su visita a Georgia, el papa Francisco aseguró que “el matrimonio es lo más bello que Dios ha creado”, llamó “a hacer todo lo posible para salvar el matrimonio”, no sin antes recordar que “El hombre y la mujer son sólo uno a imagen de Dios.
"Cuando hay un divorcio, se ensucia la imagen de Dios", agregó considerando "normal" las disputas entre parejas, que necesitan una reconciliación el mismo día ya que, subrayó, "la guerra fría del día después es muy peligrosa".
Lamentó cómo ante "las dificultades, incomprensiones, tentaciones, se resuelve todo por el camino del divorcio. Yo me busco una, yo me busco otro y empezamos de nuevo" y afirmó que en los divorcios no sólo "pagan" los cónyuges, pues "también paga Dios y los niños". "No sabéis cuánto sufren los niños pequeños cuando ven las peleas y las separaciones de los padres. Hay que hacer todo para salvar el matrimonio", añadió.
Al igual que lo ha hecho reiteradas veces durante su pontificado, explicó que para mantener el matrimonio es importante que se hagan las paces antes de ir a dormir y que se usen siempre las palabras "permiso", "perdona" y "gracias". También pidió a la Iglesia Católica que ayude a salvar los matrimonios "con la acogida, la cercanía, el acompañamiento, el discernimiento y la integración".
Finalmente, durante su improvisado discurso de una media hora, valoró además la importancia de la mujer, de las madres y las abuelas, para transmitir la fe.
Dirigiendose a los sacerdotes y seminaristas, Francisco indicó: "Jesucristo nos cedió a dos mujeres" y explicó: "Una su madre y otra su esposa, la Iglesia". "Será María, la Iglesia, pero también la madre y la abuela las que defiendan la fe", añadió.