La reducción, que llega al 30% en las poblaciones del elefante africano de sabana, aumentó la preocupación en el mundo.
“Teniendo en cuenta lo que sabemos ahora sobre el declive radical de las poblaciones de elefantes, compartimos una responsabilidad colectiva de pasar a la acción y debemos trabajar todos para asegurar la preservación de esta especie icónica”, dijo el filántropo y fundador de Vulcan, Paul Allen.
Una de las causas en la merma de la población de paquidermos en 18 países de África en los que se desarrolló el estudio, es la caza furtiva y que le cuesta a ese continente alrededor de 25 millones de dólares cada año por pérdida del beneficio del turismo.
El estudio sobre los costos fue realizado por científicos del WWF, la Universidad de Vermont y la Universidad de Cambridge, y representa la primera valoración continental de las pérdidas económicas que lleva consigo el furtivismo por su influencia directa en las economías basadas turismo de naturaleza que existen en África.
El mismo fue realizado sobre las dos especies de elefante africano existentes en África: el elefante de la sabana Loxodonta africana y el elefante que habita en las masas forestales Loxodonta cyclotis.
La investigación muestra que invertir en la conservación de los elefantes africanos es económicamente favorable en la mayoría de los casos ya que es una de las especies favoritas para ver en los safaris den naturaleza que se llevan a cabo en África. El estudio ha comparado la pérdida de beneficios con el declive de las poblaciones de elefantes debido al furtivismo.
“Siempre ha habido fuertes razones éticas y morales para conservar los elefantes, pero no todo el mundo comparte ese punto de vista. Nuestra investigación muestra que invertir en la conservación de elefantes es de hecho es una política económica inteligente para muchos países africanos,” declaró Robin Naidoo, investigador líder en vida salvaje en WWF y autor principal del estudio.
Los furtivos matan entre 20.000 y 30.000 elefantes africanos cada año (se estima que en los últimos 5 años han cazado decenas de miles de elefantes sólo en Tanzania y Mozambique) por el comercio ilegal de marfil, financiado por sindicatos del crimen y estimulado por la gran demanda en China y otras partes de Asia. En los últimos 10 años, la población de elefante africano de África se ha reducido en más de un 20%.
“Sabemos que en los parques, el turismo sufre cuando la caza furtiva de elefantes aumenta. Este trabajo da una primera estimación de la escala de esta pérdida, y muestra muy convincentemente que esfuerzos de conservación más fuertes, tiene sentido económico incluso viendo sólo únicamente esta única vía de beneficios”, comentó el coautor del estudio, el catedrático Andrew Balmford del departamento de zoología de la Universidad de Cambridge.
Y es que otro estudio, el de GEC, determinó forma precisa el número y la distribución de la gran mayoría de elefantes africanos de sabana y sentó las bases para futuros estudios y análisis de tendencias.
Los resultados finales muestran que:
•Las poblaciones de elefantes de sabana se redujeron en un 30 por ciento (lo que equivale a 144.000 elefantes) entre 2007 y 2014.
•La tasa de declive actual es de un 8 por ciento por año, principalmente debido a la caza furtiva. La velocidad a la que se reducen las poblaciones ha aumentado entre 2007 y 2014.
•Se contaron 352.271 elefantes en los 18 países en los que se realizó el estudio. Esta cifra representa al menos un 93 por ciento de los elefantes de la sabana en tales países.
•Un 84 por ciento de la población del estudio fue avistada en zonas legalmente protegidas mientras que el 16 por ciento restante se encontraba en zonas no protegidas. Sin embargo, se descubrió un gran número de elefantes muertos en numerosas zonas protegidas, lo que indicaba que los elefantes se enfrentaban a dificultades tanto dentro como fuera de los parques.
“¿Si no podemos salvar al elefante africano, qué esperanza habrá de conservar el resto de la vida salvaje de África?” se preguntó Mike Chase, principal investigador del GEC y fundador de Elefantes sin Fronteras. “Tengo la esperanza de que, con las herramientas adecuadas, la investigación, los esfuerzos por la conservación y la voluntad política, podamos ayudar a conservar a los elefantes en las décadas que están por llegar”.