Una inédita alianza, promovida por Estados Unidos y otros países, entre ellos China, prevé usar sus reservas estratégicas de petróleo para intentar provocar una baja en los precios del oro negro, anunció la Casa Blanca.
Esta iniciativa se produce justo cuando en Colombia se empieza a hablar de posibles incrementos de la gasolina y el diésel, debido al aumento de los precios del crudo y de la cotización del dólar.
En el mercado nacional, Fedesarrollo advirtió que habrá alzas graduales en el precio de combustibles en poco tiempo. El centro de análisis señala que, con el precio del petróleo y el dólar por las nubes, mantener los precios de la gasolina puede costar más de $8 billones este año.
En declaraciones a Caracol radio, el director de Fedesarrollo, Luis Fernando Mejía, afirmó que será difícil mantener los precios por cuenta de los cambios en el petróleo y el dólar. Sumado a esto, todo está ligado al petróleo Brent en la canasta internacional.
Sostuvo Mejía que antes de la llegada del covid-19, el precio del Brent estaba alrededor de los US$65 por barril y la gasolina en Bogotá se encontraba sobre los $9.700, para diciembre de 2019.
Ingresos
Sin embargo, se vio un cambio en el ingreso al productor, que es el reconocimiento frente al costo de producción y al precio de paridad. El Gobierno nacional, en abril de 2020, redujo en $1.570 el ingreso al productor por la caída del Brent y como medida de reactivación económica. Se mantuvo constante todo el año, pero al final de año sí empezó a aumentar paulatinamente. Entre tanto, a corte del 31 de octubre de 2021, el ingreso al productor aumentó $800, frente a caída de $1.570, para volver a los niveles que se tenían antes de la pandemia. Pero hoy no se tiene un Brent de US$65, sino más cercano a US$80 por barril y una tasa de cambio que está fluctuando alrededor de los $3.800.
A raíz de la reducción del ingreso al productor, se ha acumulado un déficit del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles que actualmente está en $8,7 billones.
Los acuerdos
Respecto al cambio que se puede presentar en el mercado global petrolero, el presidente Joe Biden informó que ordenó liberar 50 millones de barriles de petróleo de las reservas estratégicas de Estados Unidos.
"Esta decisión se toma en paralelo con otras naciones consumidoras de energía importantes, como China, India, Japón, la República de Corea y Reino Unido", dijo la Casa Blanca.
La decisión llega en un momento en que los precios en las estaciones de servicio siguen subiendo en Estados Unidos, lo que representa un problema político importante para Biden, sobre todo en vísperas del Día de Acción de Gracias, una festividad en la que los estadounidenses se desplazan para reunirse con sus familiares.
La iniciativa conjunta, presentada como inédita por los estadounidenses, busca que con el aumento de la oferta los precios bajen de forma mecánica, metiendo presión a los países productores.
El crudo ha subido en medio de la reactivación económica tras el levantamiento de restricciones por la pandemia de covid-19. Y los precios ya han venido bajando cerca de un 10% en los últimos días, entre rumores sobre esta operación coordinada. En los tres meses previos, entre el 19 de agosto y el 22 de noviembre, el WTI había aumentado un 20,5%.
Para llegar al acuerdo, Washington y Pekín dejaron de lado su rivalidad, pues China también es uno de los grandes consumidores de crudo del mundo. Cartel de consumidores
Los intentos de Estados Unidos de presionar a los países productores, especialmente a Arabia Saudita, para que aumentaran su oferta, no habían funcionado hasta ahora. Louise Dickson, analista de la firma Rystad Energy, explica que "esta acción histórica y poco ortodoxa es claramente un mensaje que dice a la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) que no es el único actor en el mercado petrolero".
"Este esfuerzo coordinado forma una alianza informal del lado de los países consumidores", en respuesta al cartel de los países productores, asegura. Pero el presidente estadounidense también tiene en la mira a las grandes empresas del sector, señaladas de trasladar a las estaciones de servicio solamente las subidas de precio, mientras registran gigantescas ganancias.
Así, la Casa Blanca pidió hace días a la autoridad estadounidense de la competencia que se pronuncie "inmediatamente" sobre el comportamiento "eventualmente ilegal" de las compañías petroleras, y no descarta acciones judiciales.
Intervenciones
Las reservas estadounidenses son el suministro de emergencia más grande del mundo. Según un alto funcionario, la liberación comenzará entre mediados y fines de diciembre, y es posible que se produzcan nuevas intervenciones para estabilizar el mercado, en respuesta a la pandemia.
"Como ha dicho el Presidente, los consumidores están sufriendo ahora en las estaciones de servicio", dijo el funcionario. "El Presidente está listo para tomar acciones adicionales si es necesario y está preparado para usar toda su autoridad, trabajando en coordinación con el resto del mundo para mantener un suministro adecuado a medida que se deja atrás la pandemia", agregó.
De los 50 millones de barriles que liberará Estados Unidos, 18 millones serán vendidos directamente en los próximos meses; mientras que los otros 32 millones entrarán al mercado bajo un sistema de "intercambio", pues serán devueltos a las reservas en unos años.
Las reservas de Estados Unidos están almacenadas en locaciones subterráneas de Luisiana y Texas, que contienen 714 millones de barriles, según un reporte de fines de agosto del Departamento de Energía.
Y es bastante inusual que se retiren de allí grandes cantidades, salvo en caso de urgencia. Como, por ejemplo, cuando grandes huracanes afectan el Golfo de México, crucial para la producción petrolera, o en respuesta a crisis internacionales.
El impacto de las reservas
En un contexto de aumento de precios que molesta a los estadounidenses, el presidente Joe Biden anunció que Estados Unidos apelará abundantemente a sus reservas estratégicas de petróleo para bajar los costos de la gasolina, una iniciativa rara vez utilizada.
Cincuenta millones de barriles de crudo estadounidense se volcarán al mercado, acompañados por una contribución en igual sentido, pero no especificada por el momento, de varios países. Aunque inédita, esta iniciativa coordinada de varias naciones tiene un alto valor simbólico.
A los ojos de los mercados, su impacto sobre los precios debería ser de corta duración. El contexto es de oferta de oro negro bajo presión, cuando los países de la Opep mantienen su progresivo aumento de producción sin variar el calendario que decidieron para impulsar los precios en el marco de la pandemia. Las reservas estratégicas estadounidenses fueron creadas en 1975 para contrarrestar los shocks petroleros. Están almacenadas en inmensas cavernas de sal de hasta 800 metros de profundidad a lo largo de la costa del Golfo de México, en Luisiana y Texas, y contienen 609 millones de barriles (mb), según el Departamento de Energía.
Muy vigiladas, estas reservas representan el mayor reservorio de emergencia del mundo, colocadas en unos 60 depósitos ubicados en cuatro sitios. "El consumo de crudo de los estadounidenses asciende a 19,5 mb diarios.
Colocar en el mercado 50 millones de barriles corresponde a tres días de demanda de las refinerías del país", matizó Andy Lipow, de Lipow Oil Associates, para destacar el aspecto simbólico de la medida.