Hoy a las once de la mañana la Alcaldesa Mayor de Bogotá anunciará un lineamiento que la ciudadanía ya conoce desde el domingo en horas de la noche: pedirá a los habitantes de la ciudad que hagan un aislamiento voluntario ochos días antes de que se reúnan con sus familiares.
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Aunque ayer la alcaldesa dijo que hoy se presentarán todas las medidas y parámetros que deberá asumir la ciudadanía para evitar que en navidad se siga aumentando el número de contagiados por Covid-19, y los familiares protejan la vida de sus abuelos y enfermos con alguna comorbilidad, frente a un eventual aislamiento voluntario de ocho días, dos preguntas persisten:
¿Qué tan efectiva sería la aplicación de esta medida? y ¿Por qué ocho días si la ciudadanía lleva todo el año interiorizando que son 15 los días que se toma el virus para manifestarse en los síntomas?
De acuerdo con lo expuesto a EL NUEVO SIGLO por el director del Departamento de Ingeniería Biomédica de la Universidad de los Andes, Juan Manuel Cordovez, “la evidencia más reciente muestra que el tiempo entre el contagio y la aparición de síntomas es de 2,6 días en promedio, con una distribución casi normal”.
A este respecto el epidemológo aclaró que inicialmente se hablaba exclusivamente de 15 días “y todavía algunas personas se demoran 15 días en manifestar síntomas, pero ya sabemos que la dinámica es mucho más rápida”, y estos son paradigmas que se han venido ajustando con el conocimiento sobre el virus.
“Un aislamiento de una semana ayudaría a la gran mayoría de los contagios pues la mayoría de las personas que se encierren en sus casas, alcanzarán a desarrollar los síntomas en ese lapso de tiempo, lo que permitiría evitar un aumento masivo de casos”, concluyó a este respecto el profesor Cordovez.
La alternativa
Por su parte, de acuerdo con el profesor y epidemiólogo de la Universidad de los Andes, Luis Jorge Hernández, en estos momentos la única salida que tiene el Distrito durante la temporada decembrina, es la de hacer un severo llamado al autocuidado y que cada persona efectivamente haga un aislamiento voluntario.
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De hecho, el experto se refirió a tres hechos: en primer lugar, en este punto las cuarentenas generales ya no sirven para nada. En segundo lugar, a estas alturas del año la ciudadanía está desgastada de todas las medidas de confinamiento a las que fue sometida durante el año, y en tercer lugar, de acuerdo con Hernández la ocupación de UCIs ya no está en riesgo de colapsar.
“Cerrar la ciudad no creo que sea necesario y sería contraproducente. Las cuarentenas son un fracaso de la salud pública porque significa que lo que se iba a hacer no se hizo. Por esa razón hay que pensar en otras medidas. Claro, para el gobierno es más facilista decir: “cierren a la gente” como si fuéramos ganado, pero hoy la ciudadanía no se va a encerrar, primero porque las personas ya no están convencidas de que las mismas funcionen, y segundo, porque se dejaron encerrar ocho meses y no se van a dejar encerrar otra vez”, le dijo a este diario el epidemiólogo, quien dijo que el Distrito está comprometido con el programa DAR de Detectar, Aislar y Reportar.
“Incluso medidas como los toques de queda pueden ser medidas efectivas, pero cuarentenas masivas en este punto no sirven y no es recomendable”, puntualizó.
Punto aparte, de acuerdo con el también epidemiólogo de la Universidad del Rosario, Carlos Trillos, “cualquier medida preventiva en este instante, que haga un llamado a la auto regulación, es muy importante y eso implica recomendaciones como la que sugirió la alcaldesa López”.
Lo ideal es que para fin de año todas las personas traten de reunirse lo que menos puedan y hacer contactos ojala por medios electrónicos y conexiones remotas, incluso con el núcleo familiar para evitar la exposición de adultos mayores”, le dijo a EL NUEVO SIGLO Trillos quien dijo que una medida de este tipo si implicaría un aislamiento estricto, y que precisamente por eso la comunidad epidemiológica ha insistido en la autorregulación y en movilizarse lo menos posible en la ciudad.
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UCIs no colapsarán
Con relación a la ocupación de unidades de cuidados intensivos, en estos momentos en la ciudad de Bogotá el nivel de ocupación del total de las UCIs está en el 79,9% y el nivel de ocupación de las unidades destinadas exclusivamente para pacientes Covid-19 está por el 57,4%, con un total de 904 camas ocupadas.
Es cierto que en las últimas dos semanas el número de pacientes con Covid-19 ha aumentado de manera más acelerada de lo que lo hizo en los meses de octubre y noviembre, pero con relación a este aumento, y con el aumento en las unidades de cuidados intensivos, dos cosas deben estar claras:
“Esta semana ha aumentado el uso de las unidades, pero hay que tener en cuenta que este aumento era lo esperado para este momento del año, estaba presupuestado y en todo caso no vamos a llegar a un punto de saturación en las unidades de cuidados intensivos”, añadió el epidemiólogo Hernández.
Frente a esta declaración de que las UCIs ya no están en riesgo de colapsar, declaración que no debe ser tomada a la ligera, el profesor Cordovez se lo explicó a EL NUEVO SIGLO de la siguiente manera:
Las últimas proyecciones epidemiológicas calculan que el porcentaje de infección en Bogotá está alrededor del 60%, aclarando, eso sí, que las cifras de contagios son meras estimaciones, pues hubo un buen número de contagiados asintomáticos que no se detectaron en ninguna medición.
Esto querría decir que a la capital aún le podría estar faltando que alrededor del 40% de la población se contagie para que logre el 100% de la inmunidad contra el virus, lo que las mismas estimaciones arrojan, se podría traducir en alrededor de 5.000 fallecimientos más (la estimación total de fallecimientos que proyectaron los modelos desde el comienzo de la pandemia para Bogotá fue de 14.000 fallecimientos y la ciudad por los 8.919).
“Esta es una cifra insoportable sí, pero que garantiza también que el sistema de salud ya no estará en riesgo de colapsar. Las UCIs no colapsan en Diciembre. Eso es lo que nos dan los modelos. Ya llegamos al 60%. Podrían colapsar si pasara algo inusual y algo inusual en este caso podría ser que haya demasiado eventos súper dispersores en diciembre y por eso es importante que el mensaje que este martes mande la alcaldesa sea de autocuidado”, finalizó su explicación el profesor Cordovez.
Finalmente, el epidemiólogo Hernández indicó y fue reiterativo al afirmar que si las personas pueden evitar viajes es mucho mejor. “Lo ideal es que la gente se quede con su núcleo familiar con el que vive. El mejor regalo que se pueden dar las personas hoy es no viajar y no visitas presenciales”, finalizó diciendo el profesor Hernández.