Lista cerrada | El Nuevo Siglo
Martes, 5 de Diciembre de 2017

Las campañas políticas en Colombia son de las más costosas del mundo. Hay campañas al Senado de la República que cuestan 10.000 millones de pesos, el mercado electoral ha elevado el “valor” del voto a unos 100.000 pesos. Los “lideres” se cotizan en elecciones y un Edil en Bogotá puede cobrar 100 o 200 millones de pesos por apoyar un candidato al Congreso. Los límites de financiación de las campañas, impuestos por el Consejo Nacional Electoral, son un chiste, muy pocos candidatos los respetan, declaran apenas un 10% de sus gastos de campaña.

La plata en las campañas no solo se va en lechona y aguardiente, el mercado de “líderes” y votos ha encarecido, de manera exagerada, el costo de la política. Esta situación es un factor generador de corrupción, los políticos que gastan esas sumas, una vez llegan al poder, roban o utilizan su posición para favorecer intereses particulares. Las mafias y los contratistas se convierten en las fuentes de financiación de ese tipo de campañas, buscando obtener beneficios indebidos.

Las listas cerradas reducen, notablemente, los costos de las campañas políticas. Las listas cerradas fortalecen a los partidos, pues generan cohesión entre los militantes y los candidatos, el candidato es el partido, sus tesis, su programa, su visión de país. En la lista cerrada se reducen los personalismos, los cacicazgos, permite a los ciudadanos identificarse con ideas más allá de las personas. La lista cerrada genera unidad, trabajo en equipo, la competencia es hacia afuera, mientras que en la lista abierta el “enemigo” es el copartidario. En la lista cerrada se optimizan los recursos, se comunica un mensaje claro y único.

El Centro Democrático nació como Partido gracias a las listas cerradas, son la norma general según los estatutos de la colectividad. La lista cerrada le permitió al Centro Democrático promover nuevas figuras que, de otra manera, no habrían llegado al Congreso de la República. Entre ellos, dos precandidatos presidenciales. Gracias a la lista cerrada, el país le reconoce al Partido, cohesión, coherencia y disciplina.

El gran legado del ex presidente Álvaro Uribe, más allá de su obra de gobierno, es el Centro Democrático. La consolidación del partido y de nuevos liderazgos depende, en gran medida, de las listas cerradas. Somos más competitivos con opinión y con el liderazgo de Álvaro Uribe que con las viejas prácticas de la política, que hoy combatimos: clientelismo y corrupción.

La lista abierta da lugar a que se cuelen los políticos de siempre, a que infiltren al partido con personas y dineros de dudosa reputación y proceder. El beneficio de abrir las listas para que “lleguen” nuevos votos puede significar un costo muy alto para el partido en la calidad de sus dirigentes, pues estos serán más fieles al poder y al dinero que a las ideas y las convicciones. Hay que tener cuidado, en la próxima legislatura estará las Farc.    

@SamuelHoyosM